Publicado: julio 29, 2025, 10:45 am
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Final inédito para un viaje sin duda sensacional. Al menos para Donald Trump, que clausuró su gira europea este martes con la inauguración de un nuevo campo de golf que lleva su nombre, Trump Victory Links, en el resort de Balmedie, Escocia. Rodeado de … banderas, cámaras y, a lo lejos, de alguna protesta, Trump cortó la cinta junto a su hijo Eric y varios socios políticos, en un acto que mezcló espectáculo, propaganda y simbolismo familiar.
Mientras, siguen en curso las negociaciones comerciales con la Unión Europea, a falta de concretar los detalles del acuerdo ya anunciado. Pero el viaje ha sido un triunfo personal para el presidente: logró que el primer ministro del país anfitrión, el Reino Unido, peregrinara hasta su resort en Escocia, y arrancó a la presidenta de la Comisión Europea un compromiso político para avanzar en un pacto comercial muy ventajoso para Washington. Y todo ello, mientras promovía sus negocios familiares desde el poder.
Aunque en principio Trump está apartado de la gestión directa de sus negocios, que fueron colocados bajo un fideicomiso operativo administrado por sus hijos, esta imagen dejó patente que el presidente mantiene contacto estrecho con quienes dirigen su emporio familiar.
A diferencia de otros mandatarios, que optaron por fideicomisos ciegos para evitar cualquier apariencia de conflicto de intereses, Trump ha conservado una relación visible con sus activos y sus gestores. La ceremonia, celebrada en uno de los escenarios ya más emblemáticos de su cartera inmobiliaria, consolidó la percepción de que la presidencia sigue entrelazada con su marca personal. Y él ni siquiera lo oculta.
Desde que asumió la presidencia por primera vez en 2017, Trump ha promovido numerosos negocios personales desde el cargo, en ocasiones integrándolos de forma explícita en su agenda oficial. Los hoteles, los campos de golf y los complejos turísticos de su propiedad han acogido actos diplomáticos, cumbres internacionales, reuniones con mandatarios extranjeros y encuentros partidistas, generando ingresos a su conglomerado empresarial.
En este regreso al poder, Trump opera sin limitaciones
Entre los casos más notorios se encuentran el uso recurrente del club de Mar-a-Lago (Florida) como sede oficial de visitas de Estado, el alojamiento de delegaciones oficiales en el Trump International Hotel de Washington durante su primer mandato (lo vendió hace unos años), y el intento de celebración de cumbres del G7 y eventos de campaña en sus propiedades.
Pero en este regreso al poder, Trump opera sin limitaciones. Vende bolsos, perfumes, gorras. Ofrece las fragancias más masculinas, que prometen éxito y seducción. Vende memecoins, es decir, criptomonedas creadas como bromas pero convertidas en activos especulativos con su rostro y su nombre. Monetiza desde su imagen hasta su firma, y convierte cada aparición pública en una oportunidad comercial.
Este martes, tras cortar la cinta, Trump jugó el primer hoyo junto a Eric y Donald Jr., que lo acompañaron durante buena parte de la visita. En la ceremonia estuvieron presentes decenas de invitados y simpatizantes, algunos de ellos vestidos con ropa de golf, apostados entre las grandes dunas del campo. Y un fuerte dispositivo de seguridad, con detectores de metales instalados en los accesos, resguardó el evento.
La instalación, con vistas al mar del Norte, incluye el que se anuncia como el mayor búnker natural del mundo, y presume de respetar el espacio de dunas protegido que la rodea. Eso, para Trump, representa un obstáculo constante.
El presidente aprovechó la ocasión para lanzar críticas contra las energías renovables, visiblemente molesto por la presencia de los molinos del parque eólico vecino, contra los que litigó durante años. También bromeó con la posibilidad de replicar en la Casa Blanca el salón de fiestas que remodeló en su otro resort escocés, Turnberry, donde se alojó durante el fin de semana.
La clausura de la gira tuvo así un cierre acorde al tono general del viaje: un equilibrio entre diplomacia y autopromoción, que sirvió tanto para reforzar su imagen internacional como para posicionar comercialmente sus propiedades en Escocia, que hasta ahora no habían resultado especialmente rentables.