Trump aumentará la presencia militar de EE.UU. en el entorno del Canal de Panamá - Colombia
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Trump aumentará la presencia militar de EE.UU. en el entorno del Canal de Panamá

De poco parecen estar sirviendo los gestos llevados a cabo por el gobierno panameño para superar la incomodidad estadounidense por la presencia que China había ido ganando los últimos años en el entorno del Canal de Panamá. A pesar de las decisiones tomadas por el … presidente José Raúl Mulino para apartar a China de las orillas del canal, Donald Trump mantiene su exigencia de que Estados Unidos tome el control de esta vía interoceánica. Esto lleva a pensar que el objetivo de las presiones del presidente estadounidense va más allá de «echar a los chinos» y que quizá Trump va en serio cuando habla de querer «recuperar» el canal.
Esta última sospecha se ha visto reforzada con la confirmación por parte del Pentágono de que la Casa Blanca le ha pedido que elabore planes de contingencia para garantizar el «acceso» estadounidense al canal. Aunque con ello EE.UU. se mantiene en la ambigüedad intencionalmente deseada por Trump sobre su objetivo final, queda claro que el camino buscado por Washington pasa por el incremento de su presencia militar en el canal.

«Opciones militares creíbles»

De acuerdo con la información trascendida hace unos días, el Pentágono ya ha trasladado al secretario de Defensa, Pete Hegseth, las posibles opciones, que se enmarcan en una actualización de la doctrina de seguridad nacional, que otorga una atención antes no prestada al área centroamericana.

Estas «opciones militares creíbles» van desde un mayor despliegue de militares de Estados Unidos en cooperación con las fuerzas de seguridad panameñas, a la toma del canal directamente por la fuerza. Fuentes de Defensa consultadas por los medios estadounidenses, apuntan que consideran «menos probable» lo que constituiría una invasión militar en toda regla, como la llevada a cabo por EE.UU. en 1989 para derrocar a Manuel Noriega.
La solución preferida sería una mayor visibilidad de las tropas estadounidense en el canal, en colaboración con las Fuerzas Públicas de Panamá (el país no tiene propiamente ejército). Si el gobierno panameño rechazara ese incremento militar de EE.UU. (por el tratado de cesión del canal, implementado del todo a finales de 1999, a ambos países les corresponde garantizar la seguridad en el canal), esas mismas fuentes indican que entonces Washington posiblemente tomaría medidas de fuerza.
Todo esto, en realidad, se sigue moviendo en la ambigüedad diseñada por Trump. Con mayor presencia militar de Estados Unidos, a Panamá le podría resultar difícil preservar su soberanía sobre la infraestructura, aunque conservara la propiedad. Esta también se vería cuestionada si las operaciones de tránsito fueran ejecutadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. u otro personal estadounidense, como también se ha barajado.

Viaje de Hegseth a Panamá

El almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, la división del Pentágono atenta al ámbito latinoamericano, ha trasladado las posibles estrategias a Hegseth, quien visitará Panamá el próximo mes. En las conversaciones que el secretario de Defensa mantendrá con el gobierno de Mulino se tratará probablemente la petición de EE.UU. de que sus buques de guerra no paguen peaje en su paso por el canal.
Esa última medida fue anunciada a comienzos de febrero por el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, tras visitar Panamá, pero Mulino negó que se hubiera concertado nada al respecto. Una mayor dotación militar estadounidense en el canal, más allá de los 200 militares normalmente destacados en Panamá, trasladando la idea de que son las Fuerzas Armadas de EE.UU. las que gestionan el día a día del tránsito, haría más fácil eximirles de peaje en su uso del canal.
El portavoz del Pentágono, John Ullyot, no quiso pronunciarse en términos de riesgo de invasión y prefirió poner el acento en los ejercicios militares conjuntos que los dos países realizan y que se incrementarán a lo largo de este año. «Estos ejercicios implicarán el movimiento de tropas en la región y fortalecerán nuestra excelente relación militar con Panamá», dijo.

La invasión de 1989

En cualquier caso, el Pentágono planea un mayor despliegue tanto en el Caribe como en el Golfo de México, en parte atendiendo a la petición de Trump de que el Ejército colabore en bloquear la migración ilegal hacia Estados Unidos. En la guía interina de seguridad nacional que se ha elaborado, como venía pidiendo Trump, se atribuye al Ejército la función de «sellar» las fronteras, repeliendo cualquier «forma de invasión, incluida la migración ilegal en masa, el narcotráfico, así como el tráfico de personas y contrabando»; asimismo, se le encarga participar en la «deportación de extranjeros ilegales».
Si al gobierno panameño le puede resultar difícil aceptar un mayor papel del Ejército de EE.UU. en su territorio, aún más complicada sería la decisión de Washington de invadir. La invasión de 1989, durante la presidencia de George H. W. Bush, llevada a cabo con 26.000 hombres bajo el nombre de «Operación Causa Justa», se realizó contra un usurpador del poder, implicado además en narcotráfico. En la operación, que duró cuarenta días, murieron varios cientos de civiles (algunos cálculos elevan la cifra más de 3.000). Una acción de este tipo contra un presidente democrático generaría una gran inestabilidad en el país y provocaría una duradera animadversión de los países americanos hacia Washington.

Publicado: marzo 24, 2025, 8:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-aumentara-presencia-militar-eeuu-entorno-canal-20250324135700-nt.html

De poco parecen estar sirviendo los gestos llevados a cabo por el gobierno panameño para superar la incomodidad estadounidense por la presencia que China había ido ganando los últimos años en el entorno del Canal de Panamá. A pesar de las decisiones tomadas por el presidente José Raúl Mulino para apartar a China de las orillas del canal, Donald Trump mantiene su exigencia de que Estados Unidos tome el control de esta vía interoceánica. Esto lleva a pensar que el objetivo de las presiones del presidente estadounidense va más allá de «echar a los chinos» y que quizá Trump va en serio cuando habla de querer «recuperar» el canal.

Esta última sospecha se ha visto reforzada con la confirmación por parte del Pentágono de que la Casa Blanca le ha pedido que elabore planes de contingencia para garantizar el «acceso» estadounidense al canal. Aunque con ello EE.UU. se mantiene en la ambigüedad intencionalmente deseada por Trump sobre su objetivo final, queda claro que el camino buscado por Washington pasa por el incremento de su presencia militar en el canal.

«Opciones militares creíbles»

De acuerdo con la información trascendida hace unos días, el Pentágono ya ha trasladado al secretario de Defensa, Pete Hegseth, las posibles opciones, que se enmarcan en una actualización de la doctrina de seguridad nacional, que otorga una atención antes no prestada al área centroamericana.

Estas «opciones militares creíbles» van desde un mayor despliegue de militares de Estados Unidos en cooperación con las fuerzas de seguridad panameñas, a la toma del canal directamente por la fuerza. Fuentes de Defensa consultadas por los medios estadounidenses, apuntan que consideran «menos probable» lo que constituiría una invasión militar en toda regla, como la llevada a cabo por EE.UU. en 1989 para derrocar a Manuel Noriega.

La solución preferida sería una mayor visibilidad de las tropas estadounidense en el canal, en colaboración con las Fuerzas Públicas de Panamá (el país no tiene propiamente ejército). Si el gobierno panameño rechazara ese incremento militar de EE.UU. (por el tratado de cesión del canal, implementado del todo a finales de 1999, a ambos países les corresponde garantizar la seguridad en el canal), esas mismas fuentes indican que entonces Washington posiblemente tomaría medidas de fuerza.

Todo esto, en realidad, se sigue moviendo en la ambigüedad diseñada por Trump. Con mayor presencia militar de Estados Unidos, a Panamá le podría resultar difícil preservar su soberanía sobre la infraestructura, aunque conservara la propiedad. Esta también se vería cuestionada si las operaciones de tránsito fueran ejecutadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. u otro personal estadounidense, como también se ha barajado.

Viaje de Hegseth a Panamá

El almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, la división del Pentágono atenta al ámbito latinoamericano, ha trasladado las posibles estrategias a Hegseth, quien visitará Panamá el próximo mes. En las conversaciones que el secretario de Defensa mantendrá con el gobierno de Mulino se tratará probablemente la petición de EE.UU. de que sus buques de guerra no paguen peaje en su paso por el canal.

Esa última medida fue anunciada a comienzos de febrero por el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, tras visitar Panamá, pero Mulino negó que se hubiera concertado nada al respecto. Una mayor dotación militar estadounidense en el canal, más allá de los 200 militares normalmente destacados en Panamá, trasladando la idea de que son las Fuerzas Armadas de EE.UU. las que gestionan el día a día del tránsito, haría más fácil eximirles de peaje en su uso del canal.

El portavoz del Pentágono, John Ullyot, no quiso pronunciarse en términos de riesgo de invasión y prefirió poner el acento en los ejercicios militares conjuntos que los dos países realizan y que se incrementarán a lo largo de este año. «Estos ejercicios implicarán el movimiento de tropas en la región y fortalecerán nuestra excelente relación militar con Panamá», dijo.

La invasión de 1989

En cualquier caso, el Pentágono planea un mayor despliegue tanto en el Caribe como en el Golfo de México, en parte atendiendo a la petición de Trump de que el Ejército colabore en bloquear la migración ilegal hacia Estados Unidos. En la guía interina de seguridad nacional que se ha elaborado, como venía pidiendo Trump, se atribuye al Ejército la función de «sellar» las fronteras, repeliendo cualquier «forma de invasión, incluida la migración ilegal en masa, el narcotráfico, así como el tráfico de personas y contrabando»; asimismo, se le encarga participar en la «deportación de extranjeros ilegales».

Si al gobierno panameño le puede resultar difícil aceptar un mayor papel del Ejército de EE.UU. en su territorio, aún más complicada sería la decisión de Washington de invadir. La invasión de 1989, durante la presidencia de George H. W. Bush, llevada a cabo con 26.000 hombres bajo el nombre de «Operación Causa Justa», se realizó contra un usurpador del poder, implicado además en narcotráfico. En la operación, que duró cuarenta días, murieron varios cientos de civiles (algunos cálculos elevan la cifra más de 3.000). Una acción de este tipo contra un presidente democrático generaría una gran inestabilidad en el país y provocaría una duradera animadversión de los países americanos hacia Washington.

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