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Trump anuncia la muerte de uno de los dos soldados de la Guardia Nacional tiroteados junto a la Casa Blanca

Se trata de Sarah Beckstrom, de 20 años, integrante de la Guardia Nacional de Virginia Occidental. Había sido enviada a la … capital como parte del despliegue ordenado por Trump por la «emergencia criminal» declarada por él mismo en Washington.
El segundo guardia, Andrew Wolfe, de 24 años, sigue en estado crítico y «luchando por su vida», según dijo el presidente en una breve intervención de Acción de Gracias en su mansión de Florida.
El ataque ocurrió el miércoles hacia las 14.15, en una zona concurrida cerca del complejo de la Casa Blanca. Las autoridades creen que fue una emboscada.

La alcaldesa Muriel Bowser lo definió como un «tiroteo dirigido»

Los dos guardias, Beckstrom y Wolfe, estaban en el contingente de seguridad desplegado en Washington y, según la fiscal federal Jeanine Pirro, habían sido juramentados menos de 24 horas antes.
Eran parte del dispositivo que Trump activó para reforzar la presencia de tropas ante lo que llamó una crisis de delincuencia en la capital. Los demócratas lo criticaron por exponer a esos soldados reservistas en acciones que no son de combate.
El sospechoso, Rahmanullah Lakanwal, afgano de 29 años, fue reducido por otros miembros de la Guardia Nacional tras los disparos. Iba armado con un revólver Smith & Wesson.

Pirro explicó que Lakanwal residía en Bellingham, en el estado de Washington, y que condujo más de 4.500 kilómetros hasta D.C. con la intención de cometer el ataque. El FBI envió el arma al laboratorio de Quantico para un análisis inmediato y está ejecutando órdenes de registro en varios puntos del país, incluido el último domicilio del sospechoso.
Su director, Kash Patel, describió el caso como una investigación de terrorismo «activa y en evolución».
Lakanwal fue reasentado en Estados Unidos en 2021 tras haber trabajado en Afganistán para una de las unidades de contraterrorismo organizadas por la CIA, conocidas como «Zero Units».
Estas unidades participaron durante años en operaciones para capturar o eliminar a sospechosos de terrorismo. El director de la CIA, John Ratcliffe, confirmó que el sospechoso fue traído al país por su colaboración con el Gobierno estadounidense en Kandahar.
La fiscalía ha presentado cargos por posesión de arma de fuego y tres delitos de asalto con intención de matar mientras portaba un arma, pero el Departamento de Justicia prevé añadir cargos de terrorismo. La fiscal general Pam Bondi dijo que buscarán la pena de muerte. No se ha establecido aún un motivo.

El impacto político ha sido inmediato

El Gobierno ha suspendido todas las solicitudes migratorias de ciudadanos afganos «a la espera de una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad». Trump ha aprovechado el caso para atacar las políticas migratorias de la anterior administración y ordenó revisar el estatus de las tarjetas de residencia de ciudadanos de «países de preocupación».
La comunidad afgana en Estados Unidos condenó el ataque y pidió que se castigue al autor sin responsabilizar al conjunto de afganos. En Bellingham, la alcaldesa Kim Lund dijo que el crimen «no representa los valores» de la ciudad y ofreció plena cooperación al FBI.
En Washington, el Pentágono ha acelerado el envío de 500 soldados adicionales a la capital, lo que aviva el debate sobre la presencia prolongada de la Guardia Nacional en tareas de patrulla urbana.

Publicado: noviembre 27, 2025, 7:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-anuncia-muerte-dos-soldados-guardia-nacional-20251128012106-nt.html

Se trata de Sarah Beckstrom, de 20 años, integrante de la Guardia Nacional de Virginia Occidental. Había sido enviada a la capital como parte del despliegue ordenado por Trump por la «emergencia criminal» declarada por él mismo en Washington.

El segundo guardia, Andrew Wolfe, de 24 años, sigue en estado crítico y «luchando por su vida», según dijo el presidente en una breve intervención de Acción de Gracias en su mansión de Florida.

El ataque ocurrió el miércoles hacia las 14.15, en una zona concurrida cerca del complejo de la Casa Blanca. Las autoridades creen que fue una emboscada.

La alcaldesa Muriel Bowser lo definió como un «tiroteo dirigido»

Los dos guardias, Beckstrom y Wolfe, estaban en el contingente de seguridad desplegado en Washington y, según la fiscal federal Jeanine Pirro, habían sido juramentados menos de 24 horas antes.

Eran parte del dispositivo que Trump activó para reforzar la presencia de tropas ante lo que llamó una crisis de delincuencia en la capital. Los demócratas lo criticaron por exponer a esos soldados reservistas en acciones que no son de combate.

El sospechoso, Rahmanullah Lakanwal, afgano de 29 años, fue reducido por otros miembros de la Guardia Nacional tras los disparos. Iba armado con un revólver Smith & Wesson.

Pirro explicó que Lakanwal residía en Bellingham, en el estado de Washington, y que condujo más de 4.500 kilómetros hasta D.C. con la intención de cometer el ataque. El FBI envió el arma al laboratorio de Quantico para un análisis inmediato y está ejecutando órdenes de registro en varios puntos del país, incluido el último domicilio del sospechoso.

Su director, Kash Patel, describió el caso como una investigación de terrorismo «activa y en evolución».

Lakanwal fue reasentado en Estados Unidos en 2021 tras haber trabajado en Afganistán para una de las unidades de contraterrorismo organizadas por la CIA, conocidas como «Zero Units».

Estas unidades participaron durante años en operaciones para capturar o eliminar a sospechosos de terrorismo. El director de la CIA, John Ratcliffe, confirmó que el sospechoso fue traído al país por su colaboración con el Gobierno estadounidense en Kandahar.

La fiscalía ha presentado cargos por posesión de arma de fuego y tres delitos de asalto con intención de matar mientras portaba un arma, pero el Departamento de Justicia prevé añadir cargos de terrorismo. La fiscal general Pam Bondi dijo que buscarán la pena de muerte. No se ha establecido aún un motivo.

El impacto político ha sido inmediato

El Gobierno ha suspendido todas las solicitudes migratorias de ciudadanos afganos «a la espera de una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad». Trump ha aprovechado el caso para atacar las políticas migratorias de la anterior administración y ordenó revisar el estatus de las tarjetas de residencia de ciudadanos de «países de preocupación».

La comunidad afgana en Estados Unidos condenó el ataque y pidió que se castigue al autor sin responsabilizar al conjunto de afganos. En Bellingham, la alcaldesa Kim Lund dijo que el crimen «no representa los valores» de la ciudad y ofreció plena cooperación al FBI.

En Washington, el Pentágono ha acelerado el envío de 500 soldados adicionales a la capital, lo que aviva el debate sobre la presencia prolongada de la Guardia Nacional en tareas de patrulla urbana.

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