Trump amenaza con aranceles a los países que no gasten el 5% del PIB en defensa

Donald Trump ha decidido asistir personalmente a la cumbre de la OTAN, que se celebrará los días 24 y 25 de junio en La Haya, con un objetivo claro: exigir a los aliados un compromiso firme de inversión del 5% del PIB en defensa. … Así se lo planteará este jueves al canciller alemán, Friedrich Merz, en una reunión en el Despacho Oval. Para quienes se opongan, el riesgo -en línea con el estilo Trump- son nuevos aranceles inmediatos. Como ya es norma en esta Administración, la política comercial queda subordinada a la diplomacia y la seguridad.
Según indicaron este miércoles fuentes de la Casa Blanca, de cara a la visita del canciller alemán y la participación del presidente Trump en varios foros internacionales, el objetivo del 5% del PIB en defensa es innegociable. Los países miembros de la OTAN deberán presentar un plan claro para alcanzarlo. «El presidente ha sido muy claro: incumplir los compromisos comunes en materia de defensa colectiva conlleva consecuencias», señalaron esas fuentes en conversación con la prensa. En el foco está España, uno de los países de la Alianza que menos invierte en defensa, como recordó en Bruselas el embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Matthew Whitaker.
Lo que está en duda es la implicación que Trump tendrá en el conflicto ucraniano en adelante, tras una llamada que, lejos de marcar un punto de inflexión, confirmó su falta de voluntad para asumir un papel activo como mediador. Mientras mantiene abiertos canales con Moscú y busca avances diplomáticos en otros frentes, como el iraní, el presidente de EE.UU. parece inclinarse por relegar la guerra en Ucrania a un segundo plano, en contraste con el compromiso que sí mostró con otros asuntos estratégicos. Su postura, ambigua y centrada en evitar costes políticos y económicos, deja en el aire la posibilidad de un liderazgo estadounidense sostenido en la resolución del conflicto.

«Hablamos sobre el ataque a los aviones rusos por parte de Ucrania y también sobre otros ataques ejecutados por ambas partes», dijo Trump sobre la llamada, que se extendió durante una hora y quince minutos. «Fue una buena conversación, pero no una conversación que llevará a una paz inmediata», reconoció Trump, quien durante la pasada campaña electoral insistió en que, si ganaba las elecciones, conseguiría un acuerdo entre ambos países «en 24 horas».
El secretario de Estado, Marco Rubio, ya advirtió de que todos los países miembros de la OTAN habrán acordado el objetivo de alcanzar un 5% del PIB en gasto en defensa a lo largo de la próxima década, antes de la cumbre que la Alianza. En una entrevista con Fox News, Rubio atribuyó ese avance a la presión ejercida por Trump desde su primer mandato, y aseguró que muchos países ya han superado el umbral del 2%, con varios cerca del 4%.
El actual secretario general de la OTAN, Mark Rutte, confirmó en la Casa Blanca que la mayoría de los aliados alcanzarán este año el objetivo inicial del 2 %, pero que será necesario ir más allá. Su propuesta incluye elevar el gasto directo en defensa al 3,5% y destinar otro 1,5% a partidas relacionadas con la seguridad, indirectas. Alemania y Francia ya han expresado su apoyo a esa estrategia más ambiciosa.
Washington acaba de autorizar una venta de armamento a España para equipar con misiles los drones Reaper, que hasta ahora se habían utilizado únicamente en misiones de vigilancia. Con este tipo de contratos, aunque de escala limitada, España ha ido incrementando su inversión en defensa, un gesto que la Casa Blanca valora positivamente.
Aparte de España, Reino Unido es otro de los países a los que la Casa Blanca va a presionar. Trump espera que el primer ministro, Keir Starmer, se vea obligado a aceptar un aumento del gasto militar hasta el 3,5 % del PIB para 2035. Esta presión responde a la propuesta de Rutte para mantener a Trump comprometido plenamente con la organización. El plan supera en 30.000 millones de libras (35.000 millones de euros) el programa actual del gobierno laborista, que había previsto alcanzar el 3% en el próximo mandato, pero sin una fecha concreta.
La propuesta cuenta con amplio respaldo dentro de la Alianza, donde muchos temen que una negativa de sus miembros pueda provocar una reacción imprevisible de Trump, quien ya amenazó con abandonar la OTAN en el pasado mandato por el incumplimiento supuesto de los compromisos financieros.