Junto a los enfermos con covid persistente, hay un reducido grupo de pacientes a los que ni la medicina ni la Administración han dado aún respuesta: los afectados por la vacuna de AstraZeneca (Vaxzevria), fármaco que la propia farmacéutica retiró en mayo del mercado tras admitir que podía provocar efectos secundarios como trombosis en «casos muy raros». En diferentes países, desde Alemania a España, hay demandas abiertas de ciudadanos contra los gobiernos. Se desconoce cuál es la cifra de afectados, pero los médicos, que reconocen el problema, defienden que es «muy baja» y recuerdan que infectarse de covid implica un riesgo mayor de trombos que este fármaco.