Publicado: mayo 8, 2025, 10:45 am
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La conmemoración oficial del fin de la Segunda Guerra Mundial y la liberación de la dictadura nazi ha comenzado en Berlín con un servicio ecuménico en la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm. «Hoy en día parece como si el nivel de violencia estuviera aumentando en todas … partes, como si el afán de poder autocrático y el egoísmo económico estuvieran en aumento», ha subrayado el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing. «Bienaventurados los mansos, los pacificadores: con este mensaje se puede construir un Estado y moldear la sociedad. Es necesario crear espacio para ello. Debemos contribuir a aumentar la oferta de amor en esta tierra», ha añadido, en una velada alusión a la reciente proliferación de liderazgos más agresivos.
En el acto participaban los presidentes de los cinco órganos constitucionales: el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, el canciller federal, Friedrich Merz, así como los presidentes del Bundestag, del Bundesrat y del Tribunal Constitucional Federal: Julia Klöckner, Anke Rehlinger y Stephan Harbarth.
A continuación depositaron coronas de flores en la Nueva Guardia de Berlín y se trasladaron al Bundestag, donde Steinmeier ha bordado en su discurso ante el pleno del parlamento alemán las lecciones aprendidas del 8 de mayo. Y su tono, al juzgar el papel que están jugando actualmente los países que hace 80 años fueron aliados, ha sido recio y de reproche. Ha lamentado que Rusia no celebre ya con sus otrora países amigos este aniversario y se ha referido a la manipulación de la historia por parte del presidente Putin, en relación con su guerra de agresión contra Ucrania.
En su opinión, la presión sobre el orden jurídico internacional, en particular la de la Administración estadounidense del presidente Trump y el ascenso del extremismo de derecha y el nacionalismo en muchas democracias occidentales, amenaza con romper las costuras de las democracias. «El Ejército Rojo liberó Auschwitz y no lo olvidaremos», ha rendido tributo a Rusia, pero sin olvidar que es necesario hoy también «contrarrestar decisivamente las mentiras históricas del Kremlin». Debido a la guerra de agresión rusa contra Ucrania, el Bundestag no invitó a los embajadores de Rusia y Bielorrusia a la ceremonia conmemorativa.

Pero Steinmeier también ha tenido palabras duras para Donald Trump. Ha señalado que el hecho de que Estados Unidos, de todos los países, que «co-crearon y moldearon de manera decisiva el orden internacional de la posguerra sobre la base del derecho internacional, se aleje ahora de él es una conmoción de una escala completamente nueva». «Vemos con horror que incluso la democracia más antigua del mundo puede verse rápidamente en peligro si se ignora la justicia, se socava la separación de poderes y se ataca la libertad de la ciencia», ha devuelto a la Administración Trump las acusaciones de «tiranía» dedicadas esta misma semana a Alemania desde Washington. Para Friedrich Merz, recién estrenado canciller alemán, que ha asistido también al acto y que está intentando libar asperezas con Trump, este discurso no ha sido precisamente una ayuda.
La reprimenda de Steinmeier ha alcanzado también a la política en Alemania y Europa, donde «la fascinación de las tentaciones autoritarias y populistas» está ganando espacio y donde las «fuerzas extremistas» envenenan los debates, juegan con las preocupaciones de la gente y nos incitan a enfrentarnos entre nosotros». Sin citar expresamente al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), ha criticado a quienes «exigen una llamada línea final bajo nuestra historia y nuestra responsabilidad». Se sorprende «cuando algunos desacreditan la memoria como ‘culto a la culpa’» y lamenta que «desafortunadamente, estas expresiones también se pueden escuchar una y otra vez en el Bundestag en estos días».

La sociedad civil alemana se ha sumado también con especial intención a la celebración de este aniversario, posiblemente el último redondo para los últimos supervivientes del Holocausto. Los directores ejecutivos de 49 grandes empresas alemanas han asumido su responsabilidad en un comunicado conjunto en el que reconocen que «la toma del poder por los nacionalsocialistas en 1933 no habría sido posible sin el fracaso de los que en aquel momento tomaban las decisiones en la política, el ejército, el poder judicial y la economía». «Las empresas alemanas contribuyeron a consolidar el poder de los nacionalsocialistas», entonan el mea culpa, como medio para que una actitud semejante y sus resultados indeseables no se vuelvan a repetir.
Numerosas declaraciones políticas se han centrado en el hecho de que, en coincidencia con este 80º aniversario, los ataques contra los judíos están aumentando de nuevo, no sólo en Alemania, sino en toda Europa. También hay referencias constantes al proceso de rearme en el continente. Según diversas estimaciones, la Segunda Guerra Mundial desatada por la Alemania de Hitler se cobró entre 50 y 60 millones de vidas en todo el mundo, la mayoría de ellas civiles. La Unión Soviética fue especialmente afectada, con alrededor de 27 millones de muertos. Alemania perdió alrededor de 6,3 millones de personas. La guerra terminó en Europa con la rendición incondicional de la Wehrmacht alemana, que se hizo efectiva el 8 de mayo de 1945.