Publicado: octubre 31, 2025, 10:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/resistir-bombas-rusas-donbas-puede-vivir-20251101201105-nt.html
Guenadi y su mujer apilan en el suelo las chapas metálicas que cubrían el tejado de su vecino. Los restos del dron ruso Geran 2 que descabezó varias casas son visibles entre los escombros todavía humeantes. El impacto impuso un color negro en las paredes … que todavía quedan en pie. Al menos dos personas murieron en el ataque. «Mira, puedes comprobar que aquí no había militares. Cuéntalo», destaca el jubilado de 73 años. Sin descansar de su faena autoimpuesta, Guenadi espeta con enfado: «Así no se puede vivir». Kramatorsk, la capital administrativa de la región de Donetsk, enfrenta el invierno más difícil de la guerra a gran escala.
El jueves la ciudad fue bombardeada con un misil Iskander durante la madrugada. La letal potencia del proyectil logró volcar una furgoneta que todavía no ha sido retirada de lugar. Decenas de ventanas estallaron y de las pequeñas casas cercanas queda poco más que el esqueleto. Los afectados trataban de recomponer sus hogares cuando tres vehículos aéreos no tripulados rusos se abalanzaron sobre la misma área a plena luz del día.
«Llegamos ayer, estábamos ayudando a la gente y entonces atacaron los drones», explica Serguei de 24 años voluntario de la organización Los Ángeles Salvadores. El joven, por segundo día consecutivo, continúa repartiendo los paneles de contrachapado para parchear casas y apartamentos a sus paisanos. «La situación empeora cada mes. Los bombardeos son cada vez más frecuentes y hay drones sobrevolando la zona. Son muy malas noticias y el frente se acerca», resume el joven voluntario.
Rusia mantiene desde 2022 una macabra campaña para sumir a toda Ucrania en el frío y la oscuridad. Los bombardeos, por tercer año consecutivo, se han vuelto a intensificar este otoño. Ahora, Moscú trata de quebrar las instalaciones energéticas región por región. Los apagones de varias horas se han impuesto en casi todo el país y este año el inicio de la temporada de calefacción se retrasó.
La central térmica de Sloviansk, localidad hermana de Kramatorsk que forma parte del cinturón de ciudades libres en Donetsk, fue alcanzada el jueves. Dos trabajadores murieron. «La gente normal no libra guerras de esta manera, y el mundo debe responder como corresponde a este tipo de tácticas bélicas rusas», denunció el presidente de Ucrania, Volódimir Zelenski. El suministro eléctrico no es constante desde entonces y el ayuntamiento de Kramatorsk informó que los ascensores dejarán de funcionar.
Con la falta de luz aparece el traqueteo de los generadores se extiende por las calles Los bombardeos rusos afectan también a las conexiones móviles. El Kremlin quiere hacer inhabitable la región de Donetsk para expulsar a las personas que usó como parte de su excusa para atacar al país vecino.
Las tropas de Moscú aniquilan cualquier atisbo de vida a su paso y su objetivo final es dominar toda Ucrania. Los diferentes tipos de drones campan a sus anchas cada vez más cerca de las ciudades de primera línea. Pero las gentes del Donbás siguen plantando cara. A pesar de los ataques, los cortes de luz y el riesgo cada vez mayor, los pequeños empresarios de la zona se las arreglan para poder servir un café caliente.
Pokrovsk al límite
Cientos de soldados rusos en pequeños grupos han logrado infiltrarse en la fortaleza de Pokrovsk. La metrópolis del sur de Donetsk, hogar de 70.000 antes de la guerra, ha resistido una brutal campaña de asedio por más de un año. Desde Kiev admiten que la situación es «difícil» allí.
Zelenski destacó este viernes que «170.000 enemigos están concentrados en esta dirección. Es muchísimo». El presidente ucraniano afirma que, por ahora, «no hay cambios. Hay rusos en Pokrovsk, y los nuestros los están aniquilando poco a poco. Nuestras fuerzas controlan la situación«.
Sin embargo, soldados ucranianos desplegados en la zona ya han advertido días atrás al medio ‘Ukrainska Pravda’ que «Pokrovsk se está desmoronando demasiado rápido; no lo esperábamos».
