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Probamos el Motorola Edge 70: la delgadez extrema ya no exige sacrificios (o casi)

Hace apenas un mes, Motorola subió al escenario para presentar una promesa audaz: un teléfono que, casi casi, desafiaba las leyes vigentes en la industria de la telefonía móvil. Y es que el nuevo Motorola Edge 70 llegaba con la etiqueta de ser … el dispositivo más delgado de su categoría, con un perfil de apenas 5,99 milímetros.
Normalmente, cuando recibimos unidades tan finas para analizar, en ABC solemos ser bastante escépticos. Porque la historia nos enseña que la delgadez extrema se paga con una moneda muy cara: la autonomía y la temperatura. Sin embargo, tras dos semanas llevando el Motorola Edge 70 en el bolsillo (y a veces olvidando que estaba ahí debido a su peso pluma), hay que admitir que la marca ha logrado algo que ni los gigantes coreanos ni los de Cupertino han conseguido equilibrar del todo: un diseño ‘de pasarela’ con una resistencia ‘de trinchera’.

Lo cual no significa que estemos ante el móvil perfecto. No lo es, aunque no duelen prendas al decir que sí es una de las piezas de ingeniería más interesantes que han pasado por nuestras manos este año en cuanto a móviles de gama media-alta.

Un diseño impactante

Lo primero que llama la atención al sacar el Edge 70 de la caja es la sensación táctil que transmite. Estamos acostumbrados al cristal frío y resbaladizo, o al plástico que intenta imitarlo. Pero Motorola, en colaboración con Pantone, ha optado por un camino diferente. Así, la trasera tiene un acabado inspirado en el nailon, con una textura rugosa que no solo es increíblemente agradable al tacto, sino que soluciona de un plumazo el eterno problema de las huellas y, más importante aún, mejora exponencialmente el agarre.

Publicado: diciembre 15, 2025, 10:00 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/tecnologia/probamos-motorola-edge-delgadez-extrema-exige-sacrificios-20251215105645-nt.html

Hace apenas un mes, Motorola subió al escenario para presentar una promesa audaz: un teléfono que, casi casi, desafiaba las leyes vigentes en la industria de la telefonía móvil. Y es que el nuevo Motorola Edge 70 llegaba con la etiqueta de ser el dispositivo más delgado de su categoría, con un perfil de apenas 5,99 milímetros.

Normalmente, cuando recibimos unidades tan finas para analizar, en ABC solemos ser bastante escépticos. Porque la historia nos enseña que la delgadez extrema se paga con una moneda muy cara: la autonomía y la temperatura. Sin embargo, tras dos semanas llevando el Motorola Edge 70 en el bolsillo (y a veces olvidando que estaba ahí debido a su peso pluma), hay que admitir que la marca ha logrado algo que ni los gigantes coreanos ni los de Cupertino han conseguido equilibrar del todo: un diseño ‘de pasarela’ con una resistencia ‘de trinchera’.

Lo cual no significa que estemos ante el móvil perfecto. No lo es, aunque no duelen prendas al decir que sí es una de las piezas de ingeniería más interesantes que han pasado por nuestras manos este año en cuanto a móviles de gama media-alta.

Un diseño impactante

Lo primero que llama la atención al sacar el Edge 70 de la caja es la sensación táctil que transmite. Estamos acostumbrados al cristal frío y resbaladizo, o al plástico que intenta imitarlo. Pero Motorola, en colaboración con Pantone, ha optado por un camino diferente. Así, la trasera tiene un acabado inspirado en el nailon, con una textura rugosa que no solo es increíblemente agradable al tacto, sino que soluciona de un plumazo el eterno problema de las huellas y, más importante aún, mejora exponencialmente el agarre.

Y luego está el peso. Con sus apenas 159 gramos, el teléfono parece, casi casi, de mentira. Y desde luego que comparado con los ‘ladrillos’ de más de 200 gramos que solemos probar, el Edge 70 es toda una liberación para la muñeca. Aunque no hay que dejarse engañar por su apariencia delicada. El chasis es de aluminio de calidad aeronáutica y el terminal cuenta con certificaciones IP68 e IP69, además del estándar militar MIL-STD-810H. Es decir, que es totalmente resistente al agua y el polvo y además también a golpes, temperatura o humedad extremas y vibraciones de cualquier tipo. Un ‘titán’ disfrazado de princesa.

Durante las pruebas, sucedió que al salir un día a correr el teléfono se quedó ‘olvidado’ en el bolsillo junto a las llaves (algo que no es recomendable, pero que a veces ocurre). Y al sacarlo, no tenía ni siquiera un rasguño. El Edge 70 puede ser un móvil fino y de apariencia delicada, sí, pero podemos usarlo en cualquier condición y sin ningún miedo.

Pantalla, el adiós a las curvas

Si hay una marca que ha apostado siempre por las curvas, no hay duda de que esa es Motorola. De ahí el propio nombre ‘Edge’ de los terminales de esta familia. Sin embargo, en este modelo el panel pOLED de 6,67 pulgadas es plano, o al menos ‘visualmente plano’, con una sutil curvatura en el cristal 2.5D que da justo para suavizar el gesto de deslizamiento.

En pantalla, la calidad de la imagen Super HD (2.712 x 1.220 píxeles) es extraordinaria. Y gracias a una tasa de refresco de hasta 120 Hz, la fluidez está más que garantizada. Pero donde este terminal realmente saca pecho es en el brillo. Sus 4.500 nits de pico, de hecho, hacen que leer un correo bajo el sol directo de mediodía no sea un problema. Además, la calibración de color validada por Pantone ofrece unos tonos de piel realistas, alejándose de esa saturación artificial que tanto gusta a otras marcas asiáticas.

Eso sí, no todo es perfecto. Y es que los marcos, aunque reducidos, no son simétricos del todo. Hay que fijarse mucho, pero la ‘barbilla’ inferior es ligeramente más gruesa. Desde luego, se trata de un detalle menor, pero en un móvil de casi 800 euros, los maniáticos del diseño lo notarán sin duda.

Una batería milagrosa

En este apartado es donde Motorola consigue dar un golpe en la mesa y mirar por encima del hombro a sus competidores. Porque no resulta nada fácil meter una batería de 4.800 miliamperios en un cuerpo de menos de 6 milímetros de grosor. La respuesta dada por la marca de Lenovo está en la química: baterías de ánodo de silicio-carbono, que permiten una densidad energética muy superior a las baterías tradicionales de litio. Para ponerlo en perspectiva: la batería del iPhone Air, el móvil más delgado de Apple (5,6 mm) se queda en 3.149 mAh y la del Samsung Galaxy S25 Edge (con un grosor de 5,8 mm) en 3.900 mAh. Literalmente, Motorola los barre del mapa en capacidad bruta.

En nuestras pruebas, el Edge 70 siempre consiguió llegar al final del día más o menos holgadamente. En jornadas de uso ‘normal’ (correos, WhatsApp, un par de horas de Spotify y navegación web), el terminal llegaba a la noche con un 20-25% de energía restante. Desde luego, no es una autonomía de dos días, pero teniendo en cuenta el grosor, es todo un hito técnico.

Por si lo necesitamos, además, el terminal viene equipado con el sistema de carga rápida TurboPower de 68W (cargador incluido en la promoción de lanzamiento, ojo), que recupera el 50% en unos 15 minutos de carga. Además, y esto es un gran tanto a su favor, incluye carga inalámbrica de 15W con estándar Qi2. Lo cual significa que es compatible con los accesorios MagSafe de Apple. Una jugada maestra.

¿Un rendimiento suficiente?

A ver, aquí entramos en un terreno algo pantanoso. El Motorola Edge 70 monta un procesador Snapdragon 7 Gen 4. Desde luego, es un chip excelente, eficiente y capaz, pero no deja de ser un procesador de gama media-alta, lejos de un ‘flagship’ como es el Snapdragon 8 Elite.

A pesar de lo cual, hay que admitir que durante estas dos semanas el rendimiento del móvil ha sido impecable en tareas cotidianas. La multitarea vuela gracias a los 12 GB de RAM y el almacenamiento de 512 GB es generoso. Incluso jugando juegos exigentes, el teléfono se comporta con dignidad, aunque nadie espere poder jugar en ‘Ultra’ a 120fps constantes sin que el terminal se caliente un poco.

La gran pregunta es: ¿Es justo este procesador por 799 euros? Pues sí, y no. Si lo que buscamos es potencia bruta, hay opciones mejores por este mismo precio. Pero si valoramos la eficiencia térmica y energética (clave en un móvil tan fino), la elección de Motorola tiene todo el sentido. De hecho, durante las pruebas en ningún momento notamos un ‘estrangulamiento’ térmico severo, algo que era de temer dado el escaso espacio para disipar calor.

Software e IA: luces y sombras

El terminal llega con Android 16 y la capa Hello UI, que sigue siendo una de las más limpias y que más se parecen al Pixel de Google. Sin embargo, Motorola insiste en empujar su propia IA, Moto AI, que convive (y a veces compite) con Gemini de Google.

Pero veamos. Durante estas dos semanas de prueba, hemos dedicado una considerable cantidad de tiempo a ‘hablar’ con el teléfono. Y es que la inteligencia artificial en el Edge 70 no es una simple aplicación más, sino una capa que intenta permear toda la experiencia de uso. Para lo cual Motorola ha integrado su suite Moto AI profundamente en el sistema. Pero dejando a la vez la puerta abierta de par en par a Google Gemini. El resultado es un dispositivo potente, sí, pero con una ligera ‘crisis de identidad’.

Veamos algunos ejemplos. El teléfono dispone de un botón físico dedicado en el lateral izquierdo. Por defecto, lanza funciones de Moto AI o búsquedas. Y sinceramente, es un botón que hemos pulsado más por error que por voluntad propia. Nuestra opinión es que la duplicidad de asistentes (Moto AI y Google Gemini) confunde más que ayuda. Es verdad que hay funciones que resultan especialmente útiles, como ‘Ponerme al día’, que después, por ejemplo, de una reunión de tres horas resume los 50 whatsapps y los 20 correos que nos han llegado. O ‘Prestar atención’, que convierte el móvil en una grabadora inteligente que no solo graba el audio de una conversación o reunión, sino que lo transcribe en tiempo real y genera un resumen con los puntos clave y las tareas pendientes.

A lo cual se suman las funciones automáticas en fotografía, como ‘Action Shot’ , que ajusta la velocidad de obturación y la ISO cuando detecta movimiento rápido; o ‘Group shot’ que toma múltiples exposiciones en una fotografía de grupo y, mediante IA, combina las mejores expresiones de cada rostro en una sola imagen final; o ‘Image Studio’, que permite generar imágenes, avatares o stickers desde cero mediante descripciones de texto (prompts), directamente en el teléfono. Una función divertida para redes sociales, aunque la calidad todavía no rivaliza con herramientas de escritorio como Midjourney.

Sin embargo, y a pesar de todo el esfuerzo de Motorola con Moto AI, Google sigue estando muy presente. Y lo cierto es que esa integración aún está un paso por detrás de lo que ofrecen Samsung o Google directamente. De hecho, hay veces que no se sabe muy bien si pedirle algo a Moto AI o a Gemini. Nuestro consejo tras las pruebas: es mejor usar Moto AI para cosas ‘internas’ del teléfono (resumir notificaciones, fotos, etc) y Gemini para preguntas generales al mundo.

En cuanto a la privacidad, otra de las grandes preocupaciones de los usuarios, Motorola asegura que gran parte del procesamiento sensible se intenta hacer dentro del propio dispositivo (gracias a la NPU del Snapdragon 7 Gen 4), pero las funciones más complejas de resumen y generación inevitablemente pasan por la nube, lo cual deja muchos de nuestros datos expuestos. Es el precio a pagar por tener un secretario en el bolsillo. En este apartado, por lo tanto, la nota de ABC es un ‘necesita mejorar’.

Cámaras, las grandes víctimas

Si en algún sitio se nota la falta de espacio físico, es en el sistema de cámaras. Aquí Motorola presume de tres sensores de 50 MP (Principal, Ultra Gran Angular/Macro y Selfie). Algo que sobre el papel suena bien, pero que en la realidad tiene matices.

En un uso ‘normal’ no tendremos problemas. La cámara principal (f/1.8, OIS) se comporta muy bien de día. El rango dinámico ha mejorado notablemente y el HDR es menos agresivo que en generaciones anteriores. El Ultra Gran Angular (120º) también cumple, y su capacidad para hacer fotos Macro es sorprendentemente buena, permitiendo enfocar perfectamente a pocos centímetros del objeto.

Sin embargo, la ausencia de un teleobjetivo óptico es algo que duele en este rango de precios. El zoom digital es aceptable hasta 2x o 3x gracias al recorte del sensor de 50MP, pero más allá de eso, las imágenes empiezan a aparecer borrosas. Muy lejos de lo que ofrecen otros competidores.

Pero donde el Edge 70 sin duda sufre más es de noche. Aunque la apertura es correcta, el sensor no es lo suficientemente grande (física pura, no cabe). Y es cierto que el modo noche rescata luz de donde no la hay, pero a costa de perder detalle fino y generar cierto ruido. No es una mala cámara, ni mucho menos, pero no compite con los reyes de la fotografía nocturna.

Mención aparte merece la cámara selfie, también de 50 MP, con un enfoque rápido y un modo retrato muy natural, ideal para videollamadas de alta calidad o redes sociales.

Sonido: la física manda

Y llegamos al audio, otro punto donde la delgadez pasa factura.

El Edge 70 está equipado con altavoces estéreo y Dolby Atmos, pero la falta de caja de resonancia se nota. El sonido es claro y potente, sí, pero algo carente de cuerpo. Los graves son tímidos y, si subimos el volumen al máximo, los agudos pueden volverse estridentes. Por eso, lo más recomendable es usar auriculares (los Moto Buds Bass son un gran complemento) para disfrutar de contenido multimedia.

¿Vale la pena, entonces, gastar 799 euros en comprar este terminal? Recordemos que a favor están su diseño y ligereza, que pueden llegar a ser adictivos, además de la batería de silicio-carbono, que es un prodigio técnico, o la pantalla, de las mejores del mercado. Y también la compatibilidad con MagSafe es un acierto.

Pero, por ese precio, la falta de un teleobjetivo es criticable. Y el procesador, aunque capaz, está lejos de los más potentes del mercado. Por no hablar del sonido que, como hemos visto, también es muy mejorable.

La conclusión es que si usted es un usuario que valora la estética, la portabilidad y la resistencia, y no necesita hacer fotos con un zoom a 100 metros ni jugar campeonatos de videojuegos, este móvil le resultará una auténtica delicia. Si no, hará bien en pensarlo detenidamente antes de hacer el gasto.

Por último, y para ser justos, y a pesar de que 799 euros pueden parecer muchos para un Snapdragon serie 7, hay que admitir que la promoción de lanzamiento (que incluye auriculares, reloj, cargador y accesorios valorados en más de 300 euros) convierte la oferta en una de las más agresivas y atractivas del mercado.

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