Publicado: mayo 9, 2025, 6:45 am
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En sus primeras 48 horas en el cargo, Friedrich Merz ha conseguido ya logros significativos en su primera y fulminante ofensiva diplomática. En una conversación telefónica de 30 minutos de duración con Donald Trump, «notablemente positiva, relajada y educada», según los círculos gubernamentales … de Berlín, Trump felicitó a Merz por su nombramiento y le aseguró que Estados Unidos sigue siendo un país «amigo y socio de Alemania».
Ambos mandatarios acordaron cooperar para poner fin a la guerra de Ucrania. «Rusia debería ahora aceptar un alto el fuego para crear espacio para que haya negociaciones», señaló Merz, mientras que Trump dijo que apoyaría los esfuerzos de Alemania, Francia, Reino Unido y Polonia para respaldar una paz duradera. Los dos están de acuerdo en que «la matanza en Ucrania debe tener un final rápido» y Merz comparte la demanda de Trump de que Rusia deba aprobar un alto el fuego. Esto debería «crear espacio para la negociación», ha explicado el portavoz del Gobierno alemán.
Sin embargo, en lo que respecta al camino hacia una posible solución de paz, existen diferencias considerables entre los Estados Unidos y los aliados europeos. Mientras Trump presiona a Ucrania para que haga concesiones a Rusia, países como Alemania, Francia y Gran Bretaña advierten contra una paz dictada.
Merz aseguró al presidente estadounidense que a 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. sigue siendo un «amigo indispensable y socio» de Alemania. Respecto a la disputa comercial, estuvieron de acuerdo en que quieren «dejar de lado rápidamente« este conflicto. Incluso se han invitado mútuamente a visitar sus países y Trump ha sugerido que puede imaginar ese viaje. Como presidente de Estados Unidos, aparte de las escalas en la base estadounidense de Ramstein, hasta ahora solo ha estado en Alemania para la cumbre del G20 de 2017.
El canciller ya había declarado por suparte públicamente que le gustaría viajar a Estados Unidos antes de las cumbres del G7 y la OTAN en junio, es decir, dentro de las próximas seis semanas. Quedaron en que «seguirán en contacto», lo que satisface la ambición de Merz de retomar una comunicación fluida con la Casa Blanca desde Berlín. Para dos Gobiernos enfrentados frontalmente desde que Trump llegó por segunda vez a la Casa Blanca, se trata de pasos muy significativos.
El anterior Ejecutivo alemán, la coalición semáforo de Olaf Scholz, había sido abiertamente hostil contra la Administración Trump. El Gobierno estadounidense, por su parte, había molestado ampliamente con su apoyo explícito y electoralmente activo durante la campaña, al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).
«Me gustaría animar al Gobierno estadounidense a dejar que la política interna en Alemania sea política interna y a mantenerse en gran medida al margen de estas consideraciones políticas partidistas», había indicado Merz antes de la conversación con Trump y sin que haya trascendido después si, efectivamente, se tocó este tema durante la charla. Merz había mencionado previamente que quería hablar «abierto» con Trump.
Estos exitosos primeros pasos son atribuibles al buen hacer diplomático del nuevo ministro de Exteriores alemán, Johannes Wadephul, que ya estaba trabajando en ello incluso antes de terminar las negociaciones del acuerdo para la coalición de gobierno entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Friedrich Merz y el Partido Socialdemócrata (SPD). Al contrario que el embajador alemán en Estados Unidos, todavía activo, Wadephul ha comenzado una tarea de acercamiento.
El embajador Andreas Michaelis había disgustado expresamente a la Administración Trump con una carta en la que advertía contra la agenda Trump 2.0, por considerarla «de máximo nivel de disrupción, ruptura del orden político establecido y de las estructuras burocráticas, así como sus planes de venganza» que, en su opinión, «significan en última instancia una redefinición del orden constitucional». Alertó también que el objetivo de Trump era «la máxima concentración de poder en el presidente a expensas del Congreso y los estados». «Los principios democráticos básicos, así como los controles y equilibrios (control y equilibrio) se socavan en gran medida, la legislación, la aplicación de la ley y los medios de comunicación son privados de su independencia y se abusa como brazo político del Big-Tech , que recibe poder de cogobierno».
A diferencia de esta línea, el nuevo Gobierno alemán está adoptando una posición más neutral en lo que respecta a la política interna de EE.UU. Y exige a cambio un respeto igualmente exquisito con los asuntos internos alemanes. Wadephul está retomando la línea de actualización del Gobierno Merkel durante la primera legislatura de Trump, en la que Alemania mantuvo una distancia cortés con Washington, al tiempo que multiplicaba los contactos y las relaciones con muchos otros actores estadounidenses, tanto políticos como militares y de la sociedad civil.