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Portugal vive su primera huelga general en 13 años contra la reforma laboral del Gobierno de Montenegro

Es la primera vez en trece años que los dos grandes sindicatos, la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP) y la Unión General de Trabajadores (UGT), se unen en una huelga conjunta. El objetivo es enviar un mensaje firme al Ejecutivo: no están dispuestos … a negociar una reforma que, según denuncian, supone «una marcha atrás inaceptable» en materia laboral.
En algunos de los principales hospitales del país, especialmente en Lisboa y Oporto, la adhesión a la huelga roza el 100%. Desde primera hora de la madrugada, los transportes también han sufrido los efectos de la paralización. El metro de Lisboa no ha llegado a abrir y, en Oporto, solo funciona una de las líneas. Se han suprimido numerosas rutas de autobús y los ferris que conectan la capital con Almada operan con fuertes restricciones. La aerolínea TAP decidió cancelar más de sesenta vuelos para evitar el caos en los aeropuertos. En el sector privado, los trabajadores de Autoeuropa, el mayor fabricante de automóviles del país, también se han sumado a la huelga.
Cientos de colegios tampoco han abierto sus puertas. Para el sindicato de profesores, FENPROF, esta respuesta masiva refleja el desgaste del sector. «En Portugal siguen existiendo escuelas donde los alumnos se distribuyen en otras clases porque no hay suficientes docentes», denuncia el líder sindicalista José Feliciano Costa. Espera que el Gobierno «saque conclusiones» de la magnitud de esta paralización.

La última vez que un Ejecutivo portugués se enfrentó a una huelga general convocada por CGTP y UGT fue hace 13 años, durante el periodo del rescate financiero. «Ahora que el país vive una situación de pleno empleo, crecimiento económico y valoración internacional, quieren aplicar la misma receta de la troika: retirar derechos, aumentar la precariedad, atacar el derecho a la huelga y facilitar los despidos. Y esta es la respuesta de los trabajadores», afirmó Tiago Oliveira, secretario general de la CGTP, ante uno de los principales hospitales de Lisboa, donde se registró adhesión total.
Consultas médicas y cirugías programadas se han cancelado o pospuesto. En la mayoría de los hospitales, médicos, enfermeros y técnicos de salud han secundado la huelga, mientras solo se mantienen operativos los servicios mínimos: urgencias, cuidados paliativos y tratamientos inaplazables como quimioterapia o radioterapia.
Por su parte, el secretario general del Partido Comunista Portugués (PCP), Paulo Raimundo, calificó la jornada como un «momento de fuerza y afirmación de los trabajadores y de sus derechos, un rechazo claro a la reforma laboral». Sobre la posibilidad de negociar con el Gobierno, fue tajante: «No se trata de retirar una u otra medida. El Ejecutivo debe retirar la reforma en su totalidad porque los trabajadores no se merecen este retroceso».
El pasado mes de julio, el Gobierno liderado por Luís Montenegro presentó un documento con más de cien cambios a la actual legislación laboral. Su intención es llevarlo próximamente a debate y aprobación en el Parlamento, con o sin acuerdo social. Los sindicatos rechazan frontalmente el paquete, asegurando que contiene «líneas rojas inaceptables» que afectarán especialmente a mujeres, familias monoparentales y trabajadores en situación más vulnerable.

Una de las medidas más controvertidas es la creación de un banco de 150 horas extraordinarias que la empresa podría imponer de forma unilateral

Una de las medidas más controvertidas es la creación de un banco de 150 horas extraordinarias que la empresa podría imponer de forma unilateral, con un preaviso de solo tres días y hasta un máximo de 50 horas semanales. Para los sindicatos, se trata de «una forma encubierta» de aumentar la jornada laboral. También critican la ampliación de los contratos temporales de dos a tres años, que consideran «un estímulo directo a la precariedad».
Además, el Ejecutivo propone intensificar las exigencias para las madres con hijos en periodo de lactancia, lo que, según las centrales sindicales, dificulta la flexibilidad horaria y penaliza la conciliación familiar. El texto incluye igualmente más limitaciones para padres y madres con hijos menores de 12 años que soliciten horarios adaptados.
Desde el Gobierno defienden que el objetivo de la reforma es «modernizar» el mercado laboral portugués y aumentar la competitividad del país. En la víspera de la huelga, Montenegro rechazó que su Ejecutivo sea intransigente. «Es mentira. Respetamos el derecho a la huelga, pero también tenemos el derecho y la responsabilidad de defender nuestras opciones como Gobierno», declaró. Y añadió: «Espero que los alumnos que quieran ir a clase puedan hacerlo, que quienes necesiten tratamientos médicos puedan recibirlos y que los derechos de unos no bloqueen los derechos de otros».
Según una encuesta publicada esta semana, el 61% de los portugueses secundan la huelga, así como la mitad de los electores de los dos partidos que gobiernan en coalición, socialdemócratas y cristianodemócratas.

La economía lusa, la mejor del año

Esta semana, la revista británica ‘The Economist’ eligió a Portugal como «Economía del Año» en 2025, situándolo en el primer lugar dentro de un ranking de 36 de las economías más ricas del mundo. El semanario destacó que Portugal ha combinado un crecimiento del PIB más alto que la media europea, una inflación controlada y un mercado bursátil en alza, factores que han impulsado su desempeño económico en un contexto global desafiante.
La publicación resalta también la importancia de sectores como el turismo dinámico y la capacidad del país para atraer residentes extranjeros, sobre todo, en inversión inmobiliaria, lo que ha contribuido a mantener la competitividad fiscal y la creación de empleo.
El primer ministro, Luís Montenegro, calificó este reconocimiento como una justa distinción al mérito y al trabajo de los portugueses, y afirmó que el Gobierno seguirá implementando reformas para aumentar productividad, salarios y reforzar el Estado de bienestar. Las previsiones oficiales sitúan el crecimiento de la economía portuguesa en 2% para 2025 y alrededor de 2,3 % en 2026, según datos recientes del Ejecutivo.

Publicado: diciembre 11, 2025, 5:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/portugal-vive-primera-huelga-general-anos-reforma-20251211123005-nt.html

Es la primera vez en trece años que los dos grandes sindicatos, la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP) y la Unión General de Trabajadores (UGT), se unen en una huelga conjunta. El objetivo es enviar un mensaje firme al Ejecutivo: no están dispuestos a negociar una reforma que, según denuncian, supone «una marcha atrás inaceptable» en materia laboral.

En algunos de los principales hospitales del país, especialmente en Lisboa y Oporto, la adhesión a la huelga roza el 100%. Desde primera hora de la madrugada, los transportes también han sufrido los efectos de la paralización. El metro de Lisboa no ha llegado a abrir y, en Oporto, solo funciona una de las líneas. Se han suprimido numerosas rutas de autobús y los ferris que conectan la capital con Almada operan con fuertes restricciones. La aerolínea TAP decidió cancelar más de sesenta vuelos para evitar el caos en los aeropuertos. En el sector privado, los trabajadores de Autoeuropa, el mayor fabricante de automóviles del país, también se han sumado a la huelga.

Cientos de colegios tampoco han abierto sus puertas. Para el sindicato de profesores, FENPROF, esta respuesta masiva refleja el desgaste del sector. «En Portugal siguen existiendo escuelas donde los alumnos se distribuyen en otras clases porque no hay suficientes docentes», denuncia el líder sindicalista José Feliciano Costa. Espera que el Gobierno «saque conclusiones» de la magnitud de esta paralización.

La última vez que un Ejecutivo portugués se enfrentó a una huelga general convocada por CGTP y UGT fue hace 13 años, durante el periodo del rescate financiero. «Ahora que el país vive una situación de pleno empleo, crecimiento económico y valoración internacional, quieren aplicar la misma receta de la troika: retirar derechos, aumentar la precariedad, atacar el derecho a la huelga y facilitar los despidos. Y esta es la respuesta de los trabajadores», afirmó Tiago Oliveira, secretario general de la CGTP, ante uno de los principales hospitales de Lisboa, donde se registró adhesión total.

Consultas médicas y cirugías programadas se han cancelado o pospuesto. En la mayoría de los hospitales, médicos, enfermeros y técnicos de salud han secundado la huelga, mientras solo se mantienen operativos los servicios mínimos: urgencias, cuidados paliativos y tratamientos inaplazables como quimioterapia o radioterapia.

Por su parte, el secretario general del Partido Comunista Portugués (PCP), Paulo Raimundo, calificó la jornada como un «momento de fuerza y afirmación de los trabajadores y de sus derechos, un rechazo claro a la reforma laboral». Sobre la posibilidad de negociar con el Gobierno, fue tajante: «No se trata de retirar una u otra medida. El Ejecutivo debe retirar la reforma en su totalidad porque los trabajadores no se merecen este retroceso».

El pasado mes de julio, el Gobierno liderado por Luís Montenegro presentó un documento con más de cien cambios a la actual legislación laboral. Su intención es llevarlo próximamente a debate y aprobación en el Parlamento, con o sin acuerdo social. Los sindicatos rechazan frontalmente el paquete, asegurando que contiene «líneas rojas inaceptables» que afectarán especialmente a mujeres, familias monoparentales y trabajadores en situación más vulnerable.

Una de las medidas más controvertidas es la creación de un banco de 150 horas extraordinarias que la empresa podría imponer de forma unilateral

Una de las medidas más controvertidas es la creación de un banco de 150 horas extraordinarias que la empresa podría imponer de forma unilateral, con un preaviso de solo tres días y hasta un máximo de 50 horas semanales. Para los sindicatos, se trata de «una forma encubierta» de aumentar la jornada laboral. También critican la ampliación de los contratos temporales de dos a tres años, que consideran «un estímulo directo a la precariedad».

Además, el Ejecutivo propone intensificar las exigencias para las madres con hijos en periodo de lactancia, lo que, según las centrales sindicales, dificulta la flexibilidad horaria y penaliza la conciliación familiar. El texto incluye igualmente más limitaciones para padres y madres con hijos menores de 12 años que soliciten horarios adaptados.

Desde el Gobierno defienden que el objetivo de la reforma es «modernizar» el mercado laboral portugués y aumentar la competitividad del país. En la víspera de la huelga, Montenegro rechazó que su Ejecutivo sea intransigente. «Es mentira. Respetamos el derecho a la huelga, pero también tenemos el derecho y la responsabilidad de defender nuestras opciones como Gobierno», declaró. Y añadió: «Espero que los alumnos que quieran ir a clase puedan hacerlo, que quienes necesiten tratamientos médicos puedan recibirlos y que los derechos de unos no bloqueen los derechos de otros».

Según una encuesta publicada esta semana, el 61% de los portugueses secundan la huelga, así como la mitad de los electores de los dos partidos que gobiernan en coalición, socialdemócratas y cristianodemócratas.

La economía lusa, la mejor del año

Esta semana, la revista británica ‘The Economist’ eligió a Portugal como «Economía del Año» en 2025, situándolo en el primer lugar dentro de un ranking de 36 de las economías más ricas del mundo. El semanario destacó que Portugal ha combinado un crecimiento del PIB más alto que la media europea, una inflación controlada y un mercado bursátil en alza, factores que han impulsado su desempeño económico en un contexto global desafiante.

La publicación resalta también la importancia de sectores como el turismo dinámico y la capacidad del país para atraer residentes extranjeros, sobre todo, en inversión inmobiliaria, lo que ha contribuido a mantener la competitividad fiscal y la creación de empleo.

El primer ministro, Luís Montenegro, calificó este reconocimiento como una justa distinción al mérito y al trabajo de los portugueses, y afirmó que el Gobierno seguirá implementando reformas para aumentar productividad, salarios y reforzar el Estado de bienestar. Las previsiones oficiales sitúan el crecimiento de la economía portuguesa en 2% para 2025 y alrededor de 2,3 % en 2026, según datos recientes del Ejecutivo.

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