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Peter Navarro, asesor de Trump para el comercio: el talibán de los aranceles

En su primera campaña presidencial, Donald Trump no buscaba asesorarse con economistas de prestigio, sino encontrar a alguien que justificara su instinto: que el libre comercio es una amenaza para EE.UU. No le interesaban los datos, sino la validación. Fue su yerno –entonces … asesor de máxima confianza, hoy apartado– Jared Kushner, quien encontró al hombre adecuado.
Tras ver el documental ‘Muerte por China’ (2011), narrado por Martin Sheen y basado en un libro de Peter Navarro, Kushner localizó al autor: un académico marginal, con pasado demócrata y una visión ferozmente crítica del comercio global y de China. A Trump le bastó saber que Navarro pensaba como él para integrarlo de inmediato al equipo. Desde entonces, cada vez que se acerca una gran decisión comercial, Trump lanza una sola pregunta: «¿Dónde está Peter?».
Navarro siempre está cerca. No tiene cargo formal, no firma decretos ni lidera agencias, pero es una figura constante en los pasillos de la Casa Blanca. Se le ve a diario cruzando el Ala Oeste con fajos de documentos bajo el brazo, pasando de entrevista en entrevista, o llegando los fines de semana sudoroso en bicicleta, enfundado en ropa de gimnasio.

De todo el entorno del presidente, ha sido el mayor defensor de la guerra arancelaria que, tras provocar el desplome de los bonos del Tesoro y sembrar el caos comercial, se ha convertido en una de las derrotas más evidentes de esta presidencia. Fue él quien convenció a Trump de que merecía la pena desafiar décadas de política económica. Sus ideas, consideradas excéntricas por buena parte del gabinete, empujaron al presidente a un ensayo de suicidio económico.
No todos comparten la fascinación de Trump por Navarro. Elon Musk lo ha calificado de «inutilizable» y «más tonto que un saco de piedras».

Pasado demócrata

Navarro (Cambridge, Massachusetts, 1949) no es tampoco alguien muy coherente en su trayectoria. Fue durante años un demócrata convencido, admirador de Hillary Clinton, defensor del libre comercio, el medioambiente, los impuestos progresivos y los derechos sociales. Llegó a llamar a los republicanos «sociópatas» y «fanáticos» por su política económica y su intolerancia. Se presentó como demócrata a cuatro cargos públicos entre 1992 y 2001, incluyendo la alcaldía de San Diego y la Cámara de Representantes. Perdió todas las elecciones. Fue criticado por su carácter agresivo y arrogante, incluso por sus propios aliados. Su postura cambió tras la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Empezó a ver en las prácticas comerciales de Pekín una amenaza para los trabajadores estadounidenses, lo que lo llevó a escribir varios libros contra China.
Fue entonces cuando comenzó a citar en sus escritos a supuestos expertos que respaldaban su visión. Entre ellos, Ron Vara, autor de una frase que Trump llegó a repetir: «Puedes ganar con los aranceles». Pero Ron Vara no existe. Es un anagrama de ‘Navarro’, un personaje ficticio creado por el propio autor, que él mismo reconoció como un «recurso narrativo».

Peter Navarro, Stephen Miller y Elon Musk, reunidos en la Casa Blanca

AFP

Por razones como esa, Navarro es considerado un paria en la comunidad académica. Harvard, su alma mater, no lo incluye entre los economistas más influyentes. Sus ideas sobre aranceles y proteccionismo están fuera del consenso, y ahora se ha demostrado empíricamente que llevan a una rápida destrucción de riqueza.
La pelea con Musk es solo una muestra del rechazo que genera, incluso dentro del propio gobierno. Se le describe como una figura combativa, que bloquea opiniones contrarias y degrada a quienes lo contradicen. Para Musk y sus aliados, ha impulsado políticas que han generado represalias comerciales, inflación y el cierre de fábricas en EE.UU.
A diferencia de otros asesores que ven los aranceles como una herramienta de presión negociadora, Navarro defiende un sistema permanente de barreras comerciales. Ha impulsado la reconfiguración de tratados para favorecer al acero estadounidense y ha boicoteado el funcionamiento de la OMC bloqueando designaciones judiciales.
Navarro no representa una estrategia. Representa una idea fija, fundamentalista. Y hoy, incluso dentro del círculo presidencial, muchos se preguntan cuánto daño más puede causar.

Publicado: abril 13, 2025, 12:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/peter-navarro-asesor-trump-comercio-taliban-aranceles-20250412041222-nt.html

En su primera campaña presidencial, Donald Trump no buscaba asesorarse con economistas de prestigio, sino encontrar a alguien que justificara su instinto: que el libre comercio es una amenaza para EE.UU. No le interesaban los datos, sino la validación. Fue su yerno –entonces asesor de máxima confianza, hoy apartado– Jared Kushner, quien encontró al hombre adecuado.

Tras ver el documental ‘Muerte por China’ (2011), narrado por Martin Sheen y basado en un libro de Peter Navarro, Kushner localizó al autor: un académico marginal, con pasado demócrata y una visión ferozmente crítica del comercio global y de China. A Trump le bastó saber que Navarro pensaba como él para integrarlo de inmediato al equipo. Desde entonces, cada vez que se acerca una gran decisión comercial, Trump lanza una sola pregunta: «¿Dónde está Peter?».

Navarro siempre está cerca. No tiene cargo formal, no firma decretos ni lidera agencias, pero es una figura constante en los pasillos de la Casa Blanca. Se le ve a diario cruzando el Ala Oeste con fajos de documentos bajo el brazo, pasando de entrevista en entrevista, o llegando los fines de semana sudoroso en bicicleta, enfundado en ropa de gimnasio.

De todo el entorno del presidente, ha sido el mayor defensor de la guerra arancelaria que, tras provocar el desplome de los bonos del Tesoro y sembrar el caos comercial, se ha convertido en una de las derrotas más evidentes de esta presidencia. Fue él quien convenció a Trump de que merecía la pena desafiar décadas de política económica. Sus ideas, consideradas excéntricas por buena parte del gabinete, empujaron al presidente a un ensayo de suicidio económico.

No todos comparten la fascinación de Trump por Navarro. Elon Musk lo ha calificado de «inutilizable» y «más tonto que un saco de piedras».

Pasado demócrata

Navarro (Cambridge, Massachusetts, 1949) no es tampoco alguien muy coherente en su trayectoria. Fue durante años un demócrata convencido, admirador de Hillary Clinton, defensor del libre comercio, el medioambiente, los impuestos progresivos y los derechos sociales. Llegó a llamar a los republicanos «sociópatas» y «fanáticos» por su política económica y su intolerancia. Se presentó como demócrata a cuatro cargos públicos entre 1992 y 2001, incluyendo la alcaldía de San Diego y la Cámara de Representantes. Perdió todas las elecciones. Fue criticado por su carácter agresivo y arrogante, incluso por sus propios aliados. Su postura cambió tras la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Empezó a ver en las prácticas comerciales de Pekín una amenaza para los trabajadores estadounidenses, lo que lo llevó a escribir varios libros contra China.

Fue entonces cuando comenzó a citar en sus escritos a supuestos expertos que respaldaban su visión. Entre ellos, Ron Vara, autor de una frase que Trump llegó a repetir: «Puedes ganar con los aranceles». Pero Ron Vara no existe. Es un anagrama de ‘Navarro’, un personaje ficticio creado por el propio autor, que él mismo reconoció como un «recurso narrativo».


Peter Navarro, Stephen Miller y Elon Musk, reunidos en la Casa Blanca


AFP

Por razones como esa, Navarro es considerado un paria en la comunidad académica. Harvard, su alma mater, no lo incluye entre los economistas más influyentes. Sus ideas sobre aranceles y proteccionismo están fuera del consenso, y ahora se ha demostrado empíricamente que llevan a una rápida destrucción de riqueza.

La pelea con Musk es solo una muestra del rechazo que genera, incluso dentro del propio gobierno. Se le describe como una figura combativa, que bloquea opiniones contrarias y degrada a quienes lo contradicen. Para Musk y sus aliados, ha impulsado políticas que han generado represalias comerciales, inflación y el cierre de fábricas en EE.UU.

A diferencia de otros asesores que ven los aranceles como una herramienta de presión negociadora, Navarro defiende un sistema permanente de barreras comerciales. Ha impulsado la reconfiguración de tratados para favorecer al acero estadounidense y ha boicoteado el funcionamiento de la OMC bloqueando designaciones judiciales.

Navarro no representa una estrategia. Representa una idea fija, fundamentalista. Y hoy, incluso dentro del círculo presidencial, muchos se preguntan cuánto daño más puede causar.

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