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El Gobierno de Milei se enfrenta a Ricardo Darín por el precio de las empanadas: «Me dio vergüencita ajena»

28/05/2025 a las 09:08h.

El precio de las empanadillas en Argentina ha desatado una crisis entre el presidente del Gobierno Javier Milei y el actor Ricardo Darín. El intérprete comentó las dificultades para ahorrar refiriéndose a una de las últimas medidas del Ejecutivo que insta a los ciudadanos a «sacar los dólares del colchón». Darín expuso que una «una docena de empanadas vale 48 mil pesos» (unos 36 euros).
«Me llama un poco la atención eso de sacar los dólares del colchón. ¿De quién están hablando? No sé, una docena de empanadas vale 48 mil pesos. ¡48 mil pesos!», afirmó el domingo Darín en el programa de la famosa presentadora Mirtha Legrand, al que acudió junto a parte del elenco de El Eternauta, un éxito mundial de Netflix.

Darín está «desconectado de la realidad», dijo el ministro argentino de Economía, Luis Caputo, al tiempo que el presidente Milei compartía mensajes por las redes sociales contra Darín, entre ellos una imagen del protagonista de ‘El Eternauta’ junto a una empanada de oro. El actor, que no suele referirse a asuntos políticos, se ha convertido así en blanco de críticas por parte de funcionarios del Gobierno y de cuentas alineadas con el oficialismo en las redes sociales.

A continuación, el ministro Caputo declaró en el canal LN+: «Terrible lo de Darín. Una sorpresa. Es un tipo que aprecio. Y perdón por la sinceridad, pero me dio vergüencita ajena. Se quiso hacer el nacional y popular y dijo una estupidez que todavía lo están gastando en las redes».

Las defensas ucranianas, desbordadas por la peor oleada de drones rusos

A las nueve de la noche, Vitaliy y Fiodor ya están a medio camino entre Járkov y la frontera rusa, a menos de 20 kilómetros de las líneas enemigas. Escondida entre los árboles, tienen una Nissan Navara con el volante a la derecha y … un rifle FN FAL 7.62 belga montado detrás. Es una defensa antiaérea móvil y la tarea de los dos soldados es interceptar cualquier dron que se acerque. Vitaliy ve en una tableta todo lo que detectan los radares en un radio de 100 kilómetros. Los drones del frente vuelan demasiado bajo como para verlos. Tampoco ven nada que vuele muy alto. De vez en cuando aparece algún dron en el radar, lejos de aquí, pero ninguno se adentra demasiado en territorio ucraniano.
Cerca de Kupiansk, uno de los puntos más calientes del frente de Járkov, aparece un icono distinto: es una bomba planeadora. Vitaliy dice que no es ninguna amenaza: «Está lejos. Y nosotros no somos un objetivo. Atacan edificios o almacenes o grupos grandes de militares. Si acaso nos atacarían con drones pequeños, pero aquí no nos ven».
Vitaliy lleva un año en esta unidad de defensa antiaérea móvil. «No hay nada que me guste de la guerra –dice Vitaliy–; estoy aquí para proteger a la gente que quiero». Fiodor lleva solo un mes; hasta ahora estaba con morteros, así que sus perspectivas de sobrevivir a la guerra son ahora mucho más altas. A las nueve y cuarenta y cinco minutos ya ha caído la noche, el cielo está lleno de estrellas y se escucha el croar de miles de ranas a la vez, desacompasadas.

Ucrania tiene cada vez más dificultades para interceptar los ataques aéreos rusos. Rusia lanza drones en oleadas, seguidos de oleadas de misiles, tratando así de superar las capacidades de la defensa ucraniana. Los sistemas de defensa antiaérea Patriot son escasos, tienen ocho en todo el país, y cada misil disparado para realizar una interceptación cuesta alrededor de cuatro millones de dólares. Ucrania no tiene capacidad de interceptar todos los ataques, así los mandos deben elegir cuándo utilizarlos. ¿Es necesario proteger más esta ciudad o esta otra? ¿Merece la pena gastar cuatro millones para detener un dron que tendrá solo 50 kilos de explosivo? Si interceptas un dron de miles de dólares con un misil de millones de dólares, ¿es el misil el que destruye el dron o es el dron el que destruye el misil? Para tratar de tapar los agujeros que dejan los Patriot, los sistemas móviles con ametralladora son un apoyo para interceptar los drones. Es mucho menos efectivo y no sirven contra los misiles, pero sobre todo es mucho más barato.

‘Shahed’, la mayor amenaza

Si un dron se acercase a su posición, lo verían en el radar y les avisarían por radio. Saldrían de los árboles con la furgoneta, Fiodor se pondría donde la ametralladora y trataría de abatir el dron. Vitaliy continuaría pendiente del radar y la radio. Luego volverían a cubierto y, quizá, moverían la posición. Pero la noche transcurre de forma anodina y nada de todo esto ocurre.
Los drones ‘Shahed’ son ahora la principal amenaza lejos del frente. Son drones de diseño iraní, miden poco más o poco menos de tres metros de largo, dependiendo del modelo, y son ciegos: el trayecto y el objetivo son previamente programados. Son relativamente lentos y ruidosos, y no tienen tanto poder destructivo como los misiles, pero tienen una trayectoria imprevisible y cada unidad tiene un coste de apenas 15.000 dólares. Van evolucionando, y cada vez tienen motores más potentes que les permiten llevar más explosivo y volar más rápido y más alto. Además, ahora los pintan de negro para camuflarlos en la noche. También los ucranianos se adaptan, y ahora usan visores térmicos para detectar mejor los drones pero, con todo, cada vez les cuesta más hacer blanco. Dice Fiodor que la dificultad principal es la altura a la que vuelan. El alcance efectivo del FN FAL 7.62 es de 650 metros; el alcance máximo son 2.000.

Noches de miedo y muerte desde el aire
Arriba, Vitaliy y Fiodor observan el cielo en busca de drones, que apenas valen 15.000 euros frente a la millonada que cuestan los misiles. Debajo, preparados para neutralizarlos, tras hacer un segumiento de los aparatos en la tableta
ALFONS CABRERA

A las once de la noche, se meten en el coche. Vitaliy no le quita el ojo a la tableta: «Lo peor es el silencio, porque no sabes qué puedes esperar». ¿Y no es peor cuando no hay silencio? A las doce y cuarto, a unos diez kilómetros al este, un dron vuela en dirección sur, luego da la vuelta y va hacia el norte siguiendo el río Donets hasta llegar a Rusia de vuelta. Debía de ser un dron en vuelo de reconocimiento.
A las doce y 41 minutos, Vitaliy enciende el motor y pone el aire acondicionado un rato. A la una y 28 minutos ya no se escuchan las ranas: ¿cuándo se han callado? Cuando son las tres de la madrugada, un ‘Shahed’ vuela en dirección a Járkov desde el noroeste, a unos treinta kilómetros de aquí. En medio de una oscuridad y un silencio absolutos (lo que se conoce como una noche plácida), uno ve en el radar cómo un dron kamikaze se acerca lentamente a la gran ciudad. Pasa de largo.
A las 3.25 comienza a clarear el horizonte, y en el radar aparecen otros dos ‘Shahed’ que acaban de cruzar la frontera y van también hacia Járkov. Cuando ya están cerca, salen dos más de la nada, cuando el radar los ha detectado. También pasan de largo. Mientras tanto, dos usuarios de X alertan del zumbido de los drones en el cielo de Járkov. Otros cuelgan fotos de edificios en llamas en Kiev. A las 4.28, los cuatro drones han salido del radio del radar en dirección a Kramatorsk. En el horizonte, al este, se ve la estela de salida de un misil ruso delante del cielo enrojecido, y entonces sale el sol.

El Gobierno de Milei, en el ojo del huracán por el presunto espionaje a opositores y periodistas

La acusación fue realizada a comienzos de esta semana, pero ha ido creciendo en dimensión con el avance de los días. Un periodista argentino señaló al Gobierno de Milei por una presunta utilización de los servicios de inteligencia del Estado para investigar a opositores … y a periodistas. Tras ello, un diputado ha pedido que se den explicaciones en el Congreso, dadas las sospechas de que podría tratarse de un caso de espionaje interno.
Todo comenzó con un artículo del periodista Hugo Alconada Mon, célebre por sus investigaciones, donde aseguraba que el Gobierno de Javier Milei usaba el Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE) para espiar tanto a las voces opositoras como a la prensa crítica. «Reafirmo y ratifico lo publicado hoy: la SIDE pone la mira en quienes ‘manipulen la opinión pública’ o ‘erosionen la confianza en los funcionarios», escribió en sus redes sociales.
Tras publicarse el texto, Alconada Mon denunció haber recibido amenazas en varias ocasiones, además de haber sufrido intentos de hackeo. El asunto puso en alerta a gran parte de la prensa argentina, cuya relación con la Casa Rosada ya venía siendo tensa —hace apenas una semana se anunciaron nuevas limitaciones al ejercicio de la prensa dentro de la Casa de Gobierno—.

Un plan de Inteligencia de 170 páginas

El programa, que ha sido desvelado por el centenario periódico argentino ‘La Nación’, lleva el nombre de Plan de Inteligencia Nacional (PIN) y, según informa este medio, se trata de un documento de unas 170 páginas. Allí no solamente se refiere a algunas cuestiones que se mantienen de anteriores gestiones —como es el caso del combate del terrorismo y el crimen—, sino que tendría una particularidad que ha encendido las alarmas de la prensa argentina.
«Entreabrió la puerta a eventuales tareas de espionaje interno que podrían recaer sobre periodistas, economistas y todo aquel que cuestione al presidente Javier Milei o a sus funcionarios», asegura ‘La Nación’ que, además, menciona que el Gobierno argentino no ha extendido los recortes al área de inteligencia dado que, en apenas cinco meses, su presupuesto se habría incrementado en más de un 200%.
En la misma línea, el llamado PIN, sostiene ‘La Nación’, coloca «bajo la lupa todos aquellos que busquen ‘erosionar’ la confianza de la opinión pública sobre los funcionarios a cargo de velar por la seguridad de la nación o que generen o puedan generar una ‘pérdida de confianza’ en las ‘políticas económicas’ del Gobierno. También, todos aquellos que puedan ‘manipular’ a la opinión pública durante los procesos electorales o propagar la ‘desinformación’, sin precisar si alude a periodistas, analistas u otras opciones».
A su vez, el mismo plan hace referencia concreta a «actores, hechos o circunstancias que condicionen, impidan o limiten el relacionamiento estratégico con Estados Unidos».

Desmentido por la Casa Rosada

Tras darse a conocer esa información, la Casa Rosada salió rápidamente a desmentir el uso de los servicios de inteligencia estatales «para perseguir opositores, periodistas o adversarios políticos» a través de un comunicado oficial. No obstante, admitió la existencia del PIN, pero no hizo referencia a las acusaciones del periodista de haber sido víctima de amenazas y ataques cibernéticos tras haber desvelado esa información.
Tras el escándalo desatado al difundirse este informe en la prensa, el diputado Pablo Juliano, perteneciente al bloque Democracia para Siempre, ha solicitado que el titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Sergio Neiffert, se presente en la Cámara de Diputados con el objetivo de aclarar la situación. Lo hizo apelando al artículo 71 de la Constitución argentina, que habilita a diputados y senadores a citar a ministros y funcionarios con rango ministerial en el Congreso.
El objetivo de esta convocatoria, según explica el proyecto presentado este martes, es «buscar llevar tranquilidad a la población de que no existe un avance autoritario en el país y no están en el mismo periodistas, opositores, economistas o partidos políticos».

Excepto Trump, todos aspiran a prolongar la guerra en Ucrania

Aparte de lo económico, que condiciona todo, la actual estrategia general de desgaste de Ucrania diseñada por Putin se sustenta sobre dos estrategias parciales: política y operativa. La política se centra en desprestigiar a Zelenski, cuestionando su legitimidad para liderar Ucrania. Tal supuesto déficit … democrático lo basa aquél, por un lado, en que el mandato del presidente ucraniano caducó hace un año. Y, por el otro, en que la propia ley ucraniana impide a Zelenski negociar con Rusia. Dos excusas para que el líder ruso rechace sentarse a negociar directamente con el ucraniano. Con ello, además, Putin pretende prevenir que un futuro dirigente ucraniano adujera que lo ahora acordado lo hubiera sido ilegalmente. Tras la poco productiva reunión ruso-ucraniana, el 15 de mayo, en Estambul, para hablar de paz, no cabe esperar grandes logros en sucesivas rondas negociadoras más allá de acuerdos técnicos del tenor de canje de prisioneros, gestión del espacio aéreo, corredores comerciales y de evacuaciones, o asuntos humanitarios. Con tal estrategia política, Putin no solo erosiona a Zelenski, tanto doméstica como internacionalmente, sino que también gana tiempo para seguir debilitando y reduciendo territorialmente a Ucrania.
La estrategia operativa de Putin es tripolar y complementaria de la política favoreciendo el destrozo del tejido social y económico ucranianos. Un polo reside en el incremento de los ataques rusos con drones artillados y misiles contra objetivos por toda Ucrania, pero especialmente en las zonas de Kiev, Odesa, Járkov, Dnipropetrovsk y Zaporiyia. Otro polo se materializa en el norte ucraniano intentando crear entre Járkov y Sumy una zona colchón, supuestamente desmilitarizada, que alejara el peligro de nuevas intentonas ucranianas de perforar por allí el territorio ruso.
Y el tercer polo consiste en introducir en la campaña rusa de primavera, de la que el pleno dominio del Donbás es su finalidad esencial, la profusión de penetraciones y golpes de mano de objetivo limitado por todo el frente. Acciones para fijar las tropas ucranianas por el fuego y el sembrado aéreo de minas, obligando al mando ucraniano, con recursos y reservas muy limitados, a tener que multiplicar los desgastantes movimientos de sus tropas de un sitio a otro y, muchas veces, sin contar con las adecuadas protección y cobertura.

El Saceur (Comandante Supremo Aliado de la OTAN), general norteamericano Cavoli, ha reconocido recientemente que, desde la invasión de Ucrania (2022), las FAS rusas han mostrado una resiliencia extraordinaria. Tanto por su capacidad de reposición rápida de bajas, como de toda clase de equipamiento militar. Pueden calcularse en 1,5 millones los efectivos actuales rusos, de los que alrededor de 600.000 están embebidos en las operaciones en Ucrania. Lo que significa el triple de los que, inicialmente, se dispusieron por el Kremlin para su Operación Militar Especial. Considerando que Rusia ya está funcionando con una economía y producción industrial de guerra, podría afirmarse que posee capacidades suficientes para proseguir indefinidamente las negociaciones de paz mientras hace la guerra. Y en ello está.
Además, la guerra en Ucrania ha servido para incrementar las capacidades operativas rusas, porque no hay mejores maniobras preparatorias que el combate real. Tampoco puede ignorarse que el vigente Concepto Estratégico de la OTAN, aprobado en la Cumbre Atlántica de Madrid, en junio de 2022, establece que «la Federación Rusa es la amenaza más significativa y directa para la seguridad de los aliados». Por tanto, es esperable que, para poder contrarrestar tan formidable amenaza, que está evolucionando al alza, los estados mayores militares europeos y norteamericanos estén afanándose en el análisis y planeamiento correspondientes. Fundamentando así ese gigantesco rearme, con el consiguiente incremento de los gastos de defensa, que los aliados europeos de la OTAN necesitamos. Pero rearmarse demanda su tiempo. De ahí, quizás, según ha desvelado el flamante canciller alemán Merz, el pasado lunes, la decisión de EE.UU., el Reino Unido, Francia y Alemania de levantar las restricciones a Ucrania para emplear armas de largo alcance contra objetivos en profundidad en el territorio ruso.
Arriesgado y confuso panorama que aclarar en la Cumbre Atlántica, a celebrar en La Haya, entre los días 24 y 26 del próximo mes de junio. Bien que, me temo, todo parece indicar que, excepto Trump, todos aspiran a la prolongación indefinida de la guerra en Ucrania.

Beatriz Mesa : «El Sahel busca recuperar la relación bilateral con España»

El Sahel ha servido como escenario de uno de los mayores fracasos de la política exterior europea en la última década. Lo que comenzó como una ambiciosa intervención militar en 2013 para frenar el avance del yihadismo, y encabezada principalmente por Francia, terminó en marzo … de 2024 con la retirada de las tropas, que dejaron tras de sí un balance negativo. A lo largo de estos años, la amenaza terrorista en la región no solo sobrevivió, sino que proliferaron los grupos armados que contribuyeron aún más a erosionar la soberanía de los Estados sahelianos.
Beatriz Mesa, periodista especializada y autora del libro ‘El fracaso de Occidente en África’ (Almuzara, 2024), analiza en profundidad las causas de este colapso en una entrevista con ABC. Según la experta, las estrategias europeas en la región fueron construidas sin comprender ni atender las dinámicas locales que alimentan los conflictos. Una desconexión que derivó en un profundo rechazo hacia los actores occidentales y que dejó la vía libre para que naciones como Rusia o China pudieran ejercer su influencia en el continente sin ningún tipo de contrapeso.
—¿Qué le impide a África manejarse por sí sola? ¿Por qué necesita de actores externos? Ya sean Occidente o Rusia o China…

—Europa logró desarrollarse en los siglos XIX y XX gracias a sus propias revoluciones industriales. La industrialización de un país es fundamental, y ese es el problema de África: tenemos los recursos, pero no la infraestructura ni la tecnología necesarias para transformarlos. Y la tecnología viene del exterior. Si a Occidente realmente le preocupa el futuro de África podríamos pensar en cómo apoyar procesos que fortalezcan su autonomía económica. Ahora está surgiendo un nuevo discurso de soberanía nacional por parte de los Estados del Sahel en el que se cuestionan los contratos mineros, donde el 80% de las ganancias se va fuera y solo el 20% queda dentro.
—Algunas naciones que basan su economía en la explotación mineral no suelen destinar los beneficios para desarrollar otras áreas productivas, ¿la abundancia en recursos naturales es una maldición para estos países?
—En el caso del Sahel ni siquiera hemos llegado a ese punto en el que su economía se haya podido asentar exclusivamente en la explotación mineral, porque todavía no hemos podido materializar eso. Para crear empresas que transformen esos recursos, primero hay que tener control sobre ellos. En Malí, por ejemplo, su recurso más importante es el oro y el algodón, pero solo benefician a una pequeñísima élite. ¿Y qué pasa con la población que vive alrededor de las minas? Hay un aspecto muy importante en los códigos mineros que es desarrollar la comunidad en donde se sitúa esa mina pero lo que vemos es pobreza extrema a su alrededor y eso es inaceptable.
—Un informe reciente del Índice Global de Terrorismo señala que más del 50% de los atentados se concentran en el Sahel. ¿Qué sucede en esa región que permite la proliferación del yihadismo?
—Es que ni siquiera estoy de acuerdo con esos datos porque este tipo de informes recogen cualquier tipo de conflicto, ya sea comunitario o delincuencial, y lo asocian al terrorismo internacional. Esto es un problema muy serio y con falta de rigurosidad a la hora de de explicar la amenaza. En primer lugar, porque no estamos ante una amenaza global. En el Sahel no enfrentamos una amenaza global como la que se vivió en Europa o en Oriente Próximo tras el 11S. Los grupos armados que se parapetan en los eslóganes de la yihad responden a situaciones locales. Es decir, a una situación de injusticia social, liderazgo local, o a una situación comunitaria en donde, por ejemplo, hay facciones que quieren emanciparse y que no quieren verse más sometidas al poder de otras facciones dentro de su misma etnia. No estamos ante una franquicia a un yihad global en el Sahel, esto es un error de estudio. La verdadera amenaza en la región es el crimen organizado: el tráfico de drogas, de armas y el ajuste de cuentas entre grupos. Esto representa nuestro día a día en el Sahel y es lo que lleva a la gente hacia la violencia.
—Cuando ocurrieron los últimos golpes de Estado en el Sahel, desde Occidente se miraron con alarma, pero desde la región de un modo optimista. ¿Cómo evalúa estos cambios de régimen?
—Los últimos golpes de Estado del Sahel no son golpes de Estado per se, como los que hemos vivido en el pasado en la historia contemporánea de África. Estos han sido apoyados por movilizaciones sociales. Son golpes de Estado que responden a una contestación de soberanía, y esto la gente no lo entiende. Son respuestas al fracaso de las intervenciones extranjeras, como las de Francia y EE.UU., que fueron incapaces de frenar la violencia ni mejorar las condiciones de vida, con lo cual los militares han encontrado una ventana de oportunidad para volver a una silla presidencial.

«En África, estamos retrocediendo en materia de libertades y derechos fundamentales»

Sin embargo, más allá de lo que se logre en términos de seguridad económica, hay otro problema emergente: los militares están cerrando el espacio público. La libertad de expresión y el acceso al espacio público como lugar de debate están siendo gravemente afectados. Estamos retrocediendo en materia de libertades y derechos fundamentales, con controles sobre los medios de comunicación, detenciones de líderes políticos y periodistas, con lo cual las señales que nos están enviando no son buenas. Esto no augura un buen futuro para estos regímenes militares, ya que una sociedad civil cada vez más activa está emergiendo para denunciar y criticar el giro hacia sistemas autocráticos impulsados por los nuevos liderazgos militares.
—¿Cuál es la diferencia entre la manera de actuar entre Rusia y Occidente y los resultados que se están obteniendo?
—El resultado es negativo, ya que se están atacando civiles, lo cual afecta la imagen de la intervención de Wagner y, especialmente, la de los Estados del Sahel. Si estos ataques continúan, será perjudicial para el futuro de los regímenes militares, ya que perderán credibilidad ante sus poblaciones. Pero también puede ser bueno para estos Estados del Sahel porque están consiguiendo lo que no consiguieron los europeos: la recuperación territorial de zonas que habían quedado en manos de los grupos armados.
—¿Qué oportunidades tendría España en el Sahel, considerando que, a diferencia de Francia, no es percibida como una potencia neocolonial?
—Hemos dejado una buena herencia. No se nos ha visto como operadores neocoloniales, sino que ha habido una relación de igual a igual. Esto lo puedo confirmar por mi experiencia trabajando en las bases militares y me consta que hay una ambición por parte de los Estados del Sahel, o una necesidad, de recuperar las relaciones bilaterales con España. Una relación que se podría mantener más allá de la bandera de Europa. Porque es cierto que España se retira en solidaridad con Francia, pero puede mantener una cooperación bilateral, como ocurre con la Guardia Civil española y la participación de GARSI (un proyecto de colaboración en materia de seguridad), que continúa trabajando con las poblaciones locales y los Estados del Sahel. Por otra parte, Europa tiene que repensar su estrategia con respecto al Sahel después del caso de Francia, porque no podemos hablar de un fracaso de Europa en su globalidad. Yo hablo de un fracaso de Europa a partir de una Francia que sí que ha fracasado. Eso hay que recomponerlo y reestudiarlo.
—¿Cómo puede Occidente colaborar de manera efectiva?
—Hay una absoluta desconexión con lo local. No hemos querido preguntarle a África cuáles son sus percepciones de amenazas. No hemos sido capaces de preguntar a las poblaciones cuáles son sus necesidades básicas o cuáles son los proyectos de desarrollo que realmente necesitan.
—¿Porque siempre se vio el problema con una perspectiva europea para el problema africano?
—Eurocentrista y neocolonial. Una posición absurda que no ha dado resultados…

El doble impacto de la esclerosis múltiple: «A mi hija le pasó con 17 años, no teníamos antecedentes»

28/05/2025 a las 04:49h.

Cuando a la hija de Ana Torredemer, con solo 17 años, le diagnosticaron esclerosis múltiple, su vida y la de toda su familia cambió para siempre. «No teníamos antecedentes de esta enfermedad en la familia, fue un shock», recuerda. «De un día para otro, en casa tuvimos que aprender a convivir con una realidad compleja, incierta y profundamente emocional».
Hoy, años después, Ana no solo convive con la enfermedad como madre y cuidadora, sino que también preside la principal organización nacional de pacientes: Esclerosis Múltiple España (EME), una de las organizaciones integradas en la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), entidad colaboradora de la iniciativa ABC Cuidamos Contigo.

Ana lo hace con una doble mirada, profundamente personal y profesional, que le permite hablar con claridad sobre lo que significa vivir —y cuidar— en medio de esta enfermedad neurológica, crónica y de momento incurable.

Mil caras y miles de retrasos en diagnóstico

Conocida como «la enfermedad de las mil caras» por su amplia y diversa sintomatología, la esclerosis múltiple afecta principalmente a mujeres jóvenes. Tres de cada cuatro pacientes son mujeres, y la edad media del diagnóstico se sitúa en plena juventud, entre los 20 y los 40 años. Justo en el momento, dice Torredemer, en que la vida se proyecta hacia adelante, el momento de escoger estudios, empleo, independencia, maternidad…

Alemania da garantías a Finlandia frente a Putin: «Defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN»

Europa llevaba tanto tiempo esperando un gobierno operativo en Alemania que el nuevo canciller, Friedrich Merz, apenas ha parado en Berlín desde que ocupa el cargo. El lunes y este martes ha sido requerido en la Cumbre Nórdica, en la que los jefes … de gobierno de Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca e Islandia, a los que se unía como invitado especial el presidente regional de Groenlandia, coordinaban sus inminentes medidas de defensa.
Recientes imágenes por satélite muestran una intensa actividad militar en el lado ruso de la frontera con Finlandia. Para los funcionarios de la OTAN, a la que Finlandia se unió en 2023, es señal de que Rusia se está preparando para la posguerra de Ucrania, con un despliegue a largo plazo en el norte. Los países nórdicos han puesto al alemán al día de sus esfuerzos estratégicos y han obtenido las dos muestras de apoyo que demandaban.
En primer lugar, Merz ha reconocido la situación crítica de seguridad, tanto en el Báltico como en los 1.300 kilómetros de frontera entre Rusia y Finlandia, con las palabras «estamos siendo atacadas», que ha pronunciado en la rueda de prensa conjunta con su homólogo finlandés, Peteri Orpo. Además, en coincidencia con la reunión, ha reiterado que Alemania ha levantado la restricción a las armas entregadas a Kiev y que el ejército ucraniano puede utilizarlas en ataques contra el territorio ruso.

Esta última declaración tiene serias consecuencias. Para empezar, Rusia ha reiterado periódicamente que una acción de ese tipo sería considerada ‘casus belli’ por el Kremlin, lo que en Berlín despierta gran inquietud. Además, el socio de gobierno de Merz, el Partido Socialdemócrata (SPD), no está completamente de acuerdo y el asunto podría abrir una primera brecha en la coalición.
Merz se ha reafirmado en esa posición, aunque ha tratado de quitar hierro recordando que «es lo que miembros de la OTAN llevan haciendo ya meses», pero para los nórdicos es importante su firmeza, porque garantiza tácitamente que, en caso de ataque ruso en la frontera finlandesa, gozarán de ese mismo permiso para atacar a Rusia en su propio territorio.
«Tenemos que entender todos que Rusia nos está amenazando de verdad. Queremos enviar el mensaje a Rusia de que reaccionamos a esta amenaza», ha resumido Orpo. «Los terribles ataques del fin de semana demuestran lo que lamentablemente ya sabemos: que Rusia no está interesada en la paz», ha lamentado la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen.
A cambio, Merz no ha obtenido más rédito político directo que el de confirmarse como figura europea de referencia en el norte de Europa y seguramente dirigir al menos parte de los esfuerzos nórdicos de rearme hacia la industria alemana. Al final de su visita de dos días a Finlandia, Merz se ha reunido también con el presidente finlandés, Alexander Stubb, en su residencia de verano en una isla cerca de Turku.

Jugando al golf con Trump

Esta conversación ha sido para él particularmente interesante porque Stubb es uno de los pocos jefes de Estado y de Gobierno europeos que se llevan verdaderamente bien con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Incluso ha jugado al golf con él en su propiedad de Mar-a-Lago en Florida. Merz ha tenido la oportunidad de allanar con él su próxima visita a Trump en la Casa Blanca.
Las autoridades de Finlandia están supervisando actualmente la construcción de infraestructuras militares en la frontera oriental rusa. Junto con sus aliados, Finlandia «monitorea y evalúa de cerca las actividades e intenciones de Rusia», ha declarado el ministro de Defensa, Antti Häkkänen, que asegura que Finlandia tiene una «sólida defensa nacional» basada en el servicio militar obligatorio y grandes fuerzas de reserva. «Toda nuestra sociedad ha invertido mucho en prepararse para todo tipo de interrupciones y crisis», llama a la calma, pero su gran capacidad de defensa depende de su reciente adhesión a la OTAN y Alemania es el corredor logístico natural para una movilización de la Alianza en esa dirección.
Uno de los principales objetivos de esta Cumbre Nórdica era precisar el peligro de un ataque ruso en la frontera con Finlandia, una valoración que los gobiernos participantes mantienen en secreto. El analista militar finlandés Emil Kastehelmi considera que «podemos esperar ver decenas de miles de nuevas tropas estacionadas permanentemente en nuestras fronteras. Estamos viendo ya una situación que se parece a la que tuvimos durante la Guerra Fría». Sin embargo, señala también, «nada indica que Rusia esté preparando una invasión o un ataque inminente contra el nuevo miembro de la OTAN».
«Es su forma de demostrar que están presentes y también que son capaces de cualquier tipo de acción», explica Kastehelmi. En este sentido, el mensaje de Merz en Finlandia ha sido «defenderemos cada centímetro del territorio de la OTAN».