Ana Mateos, científica del CENIEH: «Comer carroña nos hizo humanos»
Comer carroña nos hizo humanos, en una estrategia de subsistencia complementaria a la caza y la recolección que jugó un papel fundamental en los …
Comer carroña nos hizo humanos, en una estrategia de subsistencia complementaria a la caza y la recolección que jugó un papel fundamental en los …
Vienen tiempos de recortes económicos y los bolivianos han optado por la fórmula que parece menos dolorosa al elegir a Rodrigo Paz, de centroderecha, como nuevo presidente del país, con el 54,5% de los votos. Jorge Quiroga, que con un apoyo del … 45,5% perdió su cuarto intento presidencial tras haber dirigido Bolivia en 2001-2002, apostaba, desde la derecha, por soluciones más drásticas.
Está por ver que Paz pueda darle la vuelta a la grave situación del país, en su peor crisis en cuarenta años, sin recurrir a medidas avanzadas por su oponente (llamar a la puerta del Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, puede ser irremediable), pero de momento se asegura un arranque socialmente tranquilo en esta transición desde los veinte años del Movimiento al Socialismo (MAS), formación de izquierda que situó como presidentes a Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (2020-2025).
A Paz le toca corregir los excesos del «ciclo bolivariano». Durante los años del superciclo de las materias primas (desde comienzos de siglo hasta mediados de la década pasada) los gobiernos del llamado Socialismo del Siglo XXI realizaron un gran gasto público sin cultivar debidamente las fuentes económicas. Han sido los gobiernos que han venido detrás los que han tenido que aplicar los recortes requeridos por el empeoramiento económico: así ocurrió con Macri y ahora Milei en Argentina; con Moreno, Lasso y ahora Noboa en Ecuador, y algún día tocará hacer en Venezuela.
A Macri y a Lasso su moderación no les fue bien, y la tardanza en resultados dio paso al descontento social. No sabemos lo que ocurrirá con Milei, con políticas más duras y mejoras más rápidas, pero en una progresión positiva que quizá se ha encallado. En Bolivia, Rodrigo Paz se estrenará al menos con un apoyo parlamentario mayor que el tuvieron esos otros presidentes mencionados.
Al haber ganado la primera vuelta, momento en que también tuvieron lugar las elecciones legislativas, el Partido Demócrata Cristiano de Paz logró 49 diputados, que con los 26 de Unidad, liderados por el empresario Samuel Doria, superan la mayoría absoluta en una Cámara Baja de 130 asientos. Doria quedó en tercer lugar en la primera vuelta presidencial y prometió su apoyo a Paz para la segunda; ahora ha expresado su compromiso a conformar la mayoría oficialista. Aunque los 39 diputados de Libre, de Jorge Quiroga, tendrán que ejercer de oposición, se supone que pueden sumarse también en la aprobación de ciertos paquetes económicos. Parecida situación ocurre en el Senado, donde el PDC tiene 16 puestos, Unidad 7 y Libre 12, de un total de 36.
La izquierda ha sido prácticamente borrada de las dos cámaras (se ha quedado sin senadores y solo 11 diputados), lo que puede llevar a sectores más extremos a intentar hacer política desde la calle. Puede ser el caso de la Alianza Popular de Andrónico Rodríguez, joven pupilo de Morales, quien intenta recoger la bandera de este, y del propio Morales, que se resiste a entender que su tiempo político ya pasó. El expresidente promovió el voto nulo en la primera vuelta presidencial, donde cosechó el 19,8%; en la segunda el voto nulo bajó ligeramente a 17,1%, demostrando que Morales sigue teniendo adeptos, por más que claramente insuficientes para encabezar una renovación de la izquierda.
El triunfo de Rodrigo Paz en las áreas en las que solía vencer el MAS (Quiroga solo ha vencido en tres de los nueve departamentos, entre ellos el de Santa Cruz) supone un cierto aval de partida. En La Paz obtuvo el 65% de los votos y se acercó a esa cifra en Cochabamba, mostrando que ha contado ampliamente con el voto indígena que en su día alimentó al MAS.
La retirada o recorte sustancial del subsidio a los carburantes (ayudas estatales que los bolivianos juzgan obligatorias debido a las reservas de hidrocarburos, sobre todo de gas, que tiene el país) será la primera piedra de toque del nuevo gobierno. Se trata de un asunto socialmente muy sensible, como se ha visto en otros países de la región (ahora ocurre en Ecuador, cuyo gobierno se ve confrontado por protestas callejeras). Solo en 2024, Bolivia empleó 2.000 millones de dólares (casi el 4% de PIB) a esos subsidios, complicando un cuadro macroeconómico ya muy negativo.
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Amazon Web Services (AWS), la mayor plataforma de infraestructuras en la nube del mundo, está experimentando este lunes problemas técnicos que afectan a sus usuarios en diferentes regiones. En redes sociales se han multiplicado los reportes de fallos de conectividad, errores en las aplicaciones y … caídas de servicios que dependen de esta infraestructura.
Entre los servicios afectados, en estos momentos en Estados Unidos es imposible acceder a Amazon, Amazon Alexa, PrimeVideo, Crunchyroll, Canva, Perplexity o Duolingo. También se han visto afectadas redes sociales como Snapchat o Goodreads, e incluso videojuegos como Fortnite, Roblox o Clash Royale. En Europa algunos servicios, como los propios de Amazon, si que están operativos, pero otros presentan los mismos fallos de acceso que en EE.UU.
Por su parte, desde la página de soporte de AWS, confirman «un aumento de las tasas de error y las latencias de varios servicios de AWS en la región US-EAST-1. Este problema también podría estar afectando a la creación a través del Centro de Soporte de AWS o la API de Soporte. Estamos trabajando activamente para mitigar el problema y comprender su causa de raíz».
(noticia en ampliación)
Pakistán y Afganistán han acordado un «alto el fuego inmediato» en las conversaciones celebradas en Doha, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Catar el domingo por la mañana, después de que al menos diez afganos murieran en ataques aéreos pakistaníes que rompieron … una tregua anterior, recoge Afp.
Kabul había acusado a Islamabad de violar un alto el fuego de 48 horas, que puso fin brevemente a casi una semana de enfrentamientos transfronterizos que causaron la muerte de decenas de soldados y civiles de ambos bandos.
Fuentes de seguridad en Islamabad afirmaron que los ataques en las zonas fronterizas afganas tenían como objetivo a un grupo militante vinculado a los talibanes paquistaníes, en represalia por un ataque contra tropas paramilitares paquistaníes.
Tras las conversaciones del sábado en Doha, mediadas por Catar y Turquía para aliviar las tensiones, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Catar afirmó que «ambas partes acordaron un alto el fuego inmediato y el establecimiento de mecanismos para consolidar la paz y la estabilidad duraderas entre los dos países».
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/zelenski-asegura-estar-dispuesto-unirse-putin-trump-20251020092746-nt.html El líder estadounidense continúa intentando negociar un acuerdo de paz para poner fin a la guerra de …
El día en que la bota militar rusa pisó suelo ucraniano, Elena Kostyuchenko cruzó la frontera para ser testigo de la invasión que su país ejecutaba en su nombre. Estaba trabajando como enviada especial de ‘Novaya Gazeta’, un periódico de oposición que el … régimen de Putin no tardaría muchos días en cerrar.
Estuvo cubriendo el frente desde el lado ucraniano hasta que, cuatro semanas después, recibió una llamada de fuentes que prefiere no revelar. Sabían que se iba a desplazar a Mariúpol, que todavía no estaba ocupada. «Muy pocas personas conocían mis planes: algunos en mi periódico, mi esposa y nadie más», comenta a ABC a través de una videollamada. «Y me dijeron que en los controles de carretera había soldados rusos con la orden de no arrestarme ni detenerme, sino de matarme». Más tarde, los servicios secretos ucranianos confirmaron la información, y su jefe le obligó a abandonar el terreno, pero le pidió que no regresara a Rusia de inmediato. Desde entonces sigue en el exilio al no haber garantías de que su patria haya dejado de ser un lugar inseguro para ella.
Al alejarse de su país, lo que más le impactó fue ver lo poco informada que está la gente fuera de Rusia sobre lo que ocurre allí. «Como había trabajado 17 años en ‘Novaya Gazeta’, creía que lo que mis colegas y yo publicábamos se leía no solo dentro del país, sino también en Occidente. Pero, al parecer, la invasión a gran escala y el ascenso del fascismo en Rusia tomaron a todos por sorpresa, aunque llevaba años gestándose bajo Putin. Fue entonces cuando decidí que tenía que escribir ‘Amo A Rusia’ (Capitán Swing, 2025)».
Esa desconexión se agrava por el miedo que domina a la población. Sobre lo que piensan hoy los rusos acerca de la guerra, Kostyuchenko admite que es casi imposible saberlo con precisión. «Ser honesto sobre lo que piensas puede llevarte a prisión», explica. «Hay casos de periodistas occidentales que viajaron a Moscú, hicieron preguntas en la calle y, quienes respondieron sinceramente -diciendo, por ejemplo, ‘odiamos esta guerra’-, acabaron encarcelados».
«Según el Centro Lavanda, el 85% de los rusos quieren que la guerra termine ya; y un 40% cree que nunca debió comenzar»
Aun así, hay trabajos clandestinos que arrojan algunas cifras. «Hace poco hablé con un colega de ‘Novaya Gazeta’, que sigue operando dentro de Rusia, aunque ilegalmente. Ellos colaboran con el Centro Levada, el instituto sociológico más serio que queda en el país, y me compartieron algunos datos reveladores: el 85% de los rusos quieren que la guerra termine ya. Un 40% cree que nunca debió comenzar, y un 60% no apoyaría a un familiar que decidiera alistarse en el Ejército ruso hoy».
Por supuesto, no todos piensan igual sobre cómo debería terminar. Algunos creen que Rusia primero debe conquistar Kiev; otros, que hay que retirar las tropas hasta las fronteras anteriores; o que Moscú debería aceptar la derrota y pagar las reparaciones. «Pero el hecho central es que el 85% quiere que acabe», reitera Kostyuchenko.
Una oposición que resiste
Ese deseo se evidencia en algunas voces disidentes. A pesar del asesinato de Alexéi Navalni, Kostyuchenko asegura que la oposición no ha desaparecido del todo en Rusia. Cita el ejemplo de Yekaterina Duntsova, periodista y diputada en la región de Tver, que intentó postularse como candidata a las elecciones presidenciales de 2024. Duntsova declaró públicamente su rechazo a la guerra y exigió la liberación de los presos políticos -más de 1.500-, pero la comisión electoral impidió su participación y ahora se organiza para presentarse a las próximas elecciones de la Duma. Sin embargo, las condiciones para hacer oposición siguen siendo mínimas: la represión continúa, los activistas son detenidos y muchas iniciativas políticas solo pueden sobrevivir desde la clandestinidad.
El periodismo en Rusia también se ha convertido en una actividad criminalizada. Las leyes contra la «difusión de información falsa» o la «difamación del Ejército» castigan con hasta 15 años de prisión a quienes publiquen o, incluso, reaccionen ante contenidos que contradigan la versión oficial. A esto se suman las etiquetas de ‘agente extranjero’ y ‘organización indeseable’, que anulan derechos básicos y exponen a periodistas y colaboradores a la cárcel. La censura es total: los medios independientes están prohibidos y casi todas las redes sociales bloqueadas.
«Hoy, unos 60 periodistas rusos están presos, mientras otros trabajan en la clandestinidad o el exilio. Pero las nuevas generaciones continúan informando bajo riesgo constante de detención o asesinato, en un país donde el Estado ya considera al periodismo como un enemigo», subraya Elena Kostyuchenko.
Ella conoce el peligro. En los 17 años que estuvo trabajando en el diario, al menos cuatro de sus colegas fueron asesinados; otros sobrevivieron a atentados. Por eso, en 2021, cuando el jefe de la redacción, Dmitri Murátov, recibió el premio Nobel de la Paz, Kostyuchenko respiró aliviada, creyendo que aquel reconocimiento sería una forma de protección frente al régimen. «Siempre temí que algún día pudieran matarlo y veía el Nobel como un escudo». Sin embargo, la periodista ya no cree que el galardón pueda servir como una defensa real porque «el régimen ruso sabe que la atención internacional no servirá para parar sus crímenes».
Dmitri Murátov subastó la medalla del premio Nobel de la Paz y destinó los 98 millones de euros recaudados a la ayuda de los niños ucranianos desplazados por la guerra
Reuters
Murátov utilizó su premio para alertar al mundo sobre la guerra que se avecinaba, pero «nadie le escuchó realmente; su advertencia no tuvo efecto». Más tarde subastó la medalla del premio por 103,5 millones de dólares (98 millones de euros) y donó el dinero a la respuesta humanitaria de Unicef para los niños ucranianos desplazados por la guerra.
En ‘Amo a Rusia’, Kostyuchenko explica que quiso dar voz a quienes el régimen ha silenciado: personas de la comunidad LGTBI, mujeres, adictos o cualquiera considerado «enemigo del Estado». Y en el libro recoge algunas de esas historias para mostrar que el país no se reduce al poder de un solo hombre. «Occidente mira demasiado a Putin -dice-, pero Rusia no es solo él. Hay 150 millones de personas más cuya historia también merece ser escuchada».
Dos miembros del personal de seguridad del aeropuerto de Hong Kong han muerto este lunes después de que un avión de carga procedente de Dubai se saliera de la pista al aterrizar, chocara con su vehículo de patrulla de seguridad y lo empujara al mar, … según informó el operador del aeropuerto de la ciudad.
El Boeing 747 implicado en el accidente aéreo más mortífero ocurrido en el centro financiero en más de 25 años también cayó al agua y quedó parcialmente sumergido, pero los cuatro miembros de la tripulación que iban a bordo lograron escapar.
Los agentes de seguridad del aeropuerto no respiraban cuando fueron rescatados del agua, y uno de ellos fue declarado muerto en el lugar del accidente y otro más tarde en el hospital, según informó Steven Yiu, director ejecutivo de operaciones aeroportuarias de la Autoridad Aeroportuaria de Hong Kong.
El accidente, ocurrido en el aeropuerto de carga más transitado del mundo, involucró a un avión operado por la compañía turca ACT Airlines en nombre de Emirates, según informó la aerolínea con sede en Dubái en un comunicado.