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La caída de Amazon demuestra que internet está en manos de tres empresas estadounidenses

El mundo depende tremendamente de la tecnología de Estados Unidos. Especialmente, de los servicios en la nube que ofrecen Amazon, Google o Microsoft, que son los que dan soporte a la mayoría de webs y aplicaciones que utilizamos en nuestro día a día. Por … eso, cuando uno de ellos se rompe, o deja de funcionar como debe, es fácil que arrastre por el camino a decenas de miles de empresas y plataformas digitales. Así quedó claro este lunes, cuando una caída sufrida por Amazon Web Services (AWS) dejó sin funcionamiento a miles de webs y aplicaciones a nivel global. Entre ellas, las ‘apps’ propias de Amazon, el asistente Alexa, Banco Santander, Ticketmaster, McDonalds, las redes sociales Snapchat y Reddit o los videojuegos ‘Fortnite’ y ‘Roblox’.
De acuerdo con la tecnológica estadounidense, el problema tuvo su origen en una las bases de datos principales de AWS (DynamoDB) en la región estadounidense de Virginia. Este causó problemas en 82 servicios distintos del proveedor y provocó que muchas aplicaciones, webs y empresas no pudieran encontrar sus datos o establecer conexión. «El problema ha sido que uno de los servidores que tienen ha dejado de hablar en el idioma correcto, por decirlo de una forma; por lo tanto no ha podido compartir los datos almacenados con las compañías a las que que ofrecen servicio», explica a ABC Josep Albors, jefe de investigación y concienciación de la empresa de ciberseguridad ESET.

Por su parte, Sancho Lerena, director ejecutivo de la empresa española especializada en software de monitorización de sistemas informáticos y redes Pandora FMS, señala la caída de AWS, que se produjo en torno a las 8.45 horas en España peninsular y no comenzó a solucionarse hasta las 11.22, no es un hecho aislado. Por el contrario, lo considera como un «recordatorio» de la enorme dependencia que tiene el mundo, y también Europa, de la tecnología en la nube estadounidense.
Según estimaciones de Synergy Research Group, más del 60% del mercado mundial de servicios en la nube está controlado por tres empresas estadounidenses. A la cabeza se encuentra Amazon (AWS), con cerca del 30 % de cuota, seguida por Microsoft (20%), con su plataforma Azure, y por Google Cloud (13%). Mientras tanto, los proveedores europeos apenas han conseguido abrirse hueco en el negocio. SAP y Deutsche Telekom figuran entre los líderes regionales, con aproximadamente un 2% de cuota cada uno. Les siguen la francesa OVHcloud, Telecom Italia, Orange y una larga lista de actores nacionales y regionales que, en conjunto, no alcanzan ni el 1 % del mercado. «El problema es que la dominancia estadounidense es enorme. El competidor europeo más grande no tiene apenas impacto en el mercado», dice Lerena.
El experto remarca, a su vez, que muchas empresas que contratan servicios estadounidenses desconocen que, cuando hay algún problema técnico en sus centros de datos –incluso si estos están ubicados en Estados Unidos–, su negocio puede verse afectado, porque todo está completamente interconectado: «La conectividad en la nube es muy compleja, y los estadounidenses lo hacen así para que solo podamos depender de ellos. Si algún día surgiera un problema diplomático o estas empresas dejasen de ofrecer servicio, estaríamos digitalmente muertos».

Como darte con un muro

Lerena lamenta que en Europa, como en otros países del mundo, se haya apostado por ir «a lo fácil»: comprar tecnología de terceros en lugar de crear la propia, lo que impide blindarse ante eventuales crisis o conflictos. «Tener nuestra propia infraestructura no sería solo una cuestión económica, sino de soberanía», concluye; exactamente lo mismo que apunta en conversación con este periódico el analista de negocio digital José Luis Casal: «La caída de AWS pone el relieve la existencia de un problema de soberanía digital. Nos han vendido la moto de lo bueno que es tenerlo todo en un solo sitio gestionado por una única empresa. Pero ya hemos visto lo que pasa cuando ese sitio desaparece».
Casal destaca, además, que actualmente «hacer la competencia a empresas como Microsoft, Amazon o Google »es como darte contra un muro«; en parte porque »es muy fácil entrar en sus servicios, pero también es como ponerte unos grilletes; porque salir de ahí y recuperar toda tu información, tecnológicamente, puede ser muy complicado«. Además, realizar la migración puede requerir de muchísimo tiempo y trabajo, incluso cuando el proceso se realiza a la perfección.

Sin Alexa y sin poder usar la tarjeta

La caída de Amazon Web Services (AWS) provocó, efectivamente, problemas a miles de empresas que dependen de la compañía para ofrecer sus servicios digitales. Los usuarios, sin embargo, notaron especialmente los efectos al intentar acceder a las páginas web y aplicaciones que utilizan en su día a día.
La propia aplicación de Amazon, así como Amazon Music o Prime Video, resultaron inaccesibles para muchos usuarios, y lo mismo ocurrió con Alexa, el asistente virtual del gigante tecnológico.
También se vieron afectados bancos y plataformas de pago, entre ellos Banco Santander, BBVA, CaixaBank, ING Direct, Lloyds Bank, Halifax y Bank of Scotland, así como el sistema de transacciones español Redsys, lo que impidió durante un tiempo realizar pagos con tarjeta o acceder a servicios de las aplicaciones de banca online.
En el ámbito del ocio y el entretenimiento, videojuegos como ‘Fortnite’, ‘Roblox’ o ‘Clash Royale’ sufrieron interrupciones, al igual que redes sociales y plataformas como Snapchat y Reddit. También se vio afectada la plataforma de venta de entradas Ticketmaster, propiedad de Live Nation, que se vio en la obligación de retrasar la venta de entradas para la esperada gira de reencuentro de la Oreja de Van Gogh hasta las 16.00 horas de la tarde.
Incluso servicios de comunicación y productividad como Slack, Zoom o Canva experimentaron fallos puntuales.

El cable roto del funicular de Lisboa no cumplía con la normativa para el transporte de personas

El cable que se rompió en el Elevador da Glória, en Lisboa, provocando el accidente que dejó 16 muertos y más de una veintena de heridos, no estaba certificado para el transporte de personas. Así lo concluye el informe preliminar del Gabinete de Prevención … e Investigación de Accidentes con Aeronaves y de Accidentes Ferroviarios (GPIAAF), que apunta además a fallos en la adquisición y el mantenimiento del material por parte de la empresa pública Carris. El documento revela que el cable que unía las dos cabinas del histórico funicular —que conecta la Baixa lisboeta con el Bairro Alto— no cumplía las especificaciones técnicas exigidas y fue erróneamente adquirido durante un proceso interno de compra.
De acuerdo con el GPIAAF, el cable instalado en la cabina número 1, la que se descarriló el pasado 3 de septiembre, presentaba desgaste progresivo y no era apto para el tipo de sistema que utiliza el Elevador da Glória y el del Lavra, otro de los funiculares clásicos de la ciudad.
El GPIAAF detalla que Carris adquirió en marzo de 2022 un lote de dos cables destinados a los elevadores de la Glória y del Lavra, adoptando por error la especificación técnica de otro ascensor de la empresa, el de Santa Justa. El proceso, explica el organismo, se realizó con carácter de urgencia. Por ello, optaron por la propuesta con menor plazo de entrega.

Según el informe, la dirección de mantenimiento de Carris no detectó el error ni las diferencias de composición del cable al recibirlo en el almacén en agosto de 2022. Los trabajadores que participaron en la instalación, realizada en diciembre de ese año, notaron que el material era más flexible y fácil de manipular que el habitual, pero carecían de los conocimientos necesarios para identificar que su estructura interna era distinta.
Una vez sometido al peso de las cabinas, el cable se alargó más de lo previsto, lo que obligó a cortar un tramo de 4,5 metros para ajustar su posición. Ninguno de los técnicos comprendió que ese cambio podía indicar que se trataba de un material inadecuado para el tipo de carruaje.
El informe también revela que el cable llevaba 337 días en funcionamiento, dentro del límite previsto por los técnicos, que recomendaban sustituirlo tras 600 días de uso. Sin embargo, el sistema de frenado del elevador no logró inmovilizar las cabinas, pese a que se activaron todos los mecanismos automáticos y manuales. El GPIAAF advierte además de que el sistema de frenos nunca había sido probado en condiciones reales, lo que agrava las dudas sobre los procedimientos de mantenimiento y seguridad.
El organismo atribuye a Carris la responsabilidad exclusiva del mantenimiento, pero advierte de la falta de un marco legal claro que regule las inspecciones y la cualificación técnica de los equipos encargados. El documento recuerda que tanto el Elevador da Glória como el del Lavra están clasificados como monumentos de interés histórico, pero no se les aplican normas específicas de seguridad ferroviaria, a pesar de tratarse de un tipo de funicular “muy raro, si no único”.
En el momento del accidente, el funicular había realizado 53 viajes y las cabinas circulaban por debajo de su capacidad máxima de 42 personas. En la cabina que se soltó había 27 ocupantes, entre ellos el conductor y un niño; en la otra viajaban 33 personas. El primer impacto se produjo a una velocidad estimada entre 41 y 49 kilómetros por hora, tan solo 33 segundos después de iniciar la maniobra de descenso.
El informe preliminar, aunque aún no establece causas definitivas, alerta sobre una cadena de errores humanos y técnicos que incluye falta de control de calidad, deficiencias en la supervisión y mantenimiento insuficiente. Carris, por el momento, no ha conseguido explicar cómo se produjo el error en la compra del cable ni por qué se aceptó un material no certificado.
El Elevador da Glória, inaugurado en 1885 y uno de los iconos turísticos de la capital, permanece cerrado desde el accidente, al igual que otros funiculares de Lisboa y de distintas localidades portuguesas, como el de Nazaré.

La UE dejará de comprarle gas y petróleo a Rusia en 2028

El Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea aprobó este lunes una norma para prohibir las importaciones de gas natural procedentes de Rusia a partir de finales de 2027, en contra de la posición de Hungría y Eslovaquia, que prefieren … seguir dependiendo de los hidrocarburos de ese país.
Con esta decisión se pretende cortar una importante fuente de financiación para que Putin pueda continuar la guerra en Ucrania. Según la Comisión, el efecto se prolongará incluso después del fin del conflicto para mantener la independencia energética de Europa.
Dinamarca, que ejerce la presidencia rotatoria de la UE, espera lograr la adopción definitiva de esta legislación antes de fin de año, ya que la medida se deberá negociar ahora con el Parlamento Europeo, donde se espera que una mayoría clara la apoyará.

Hungría tiene un contrato para importar gas ruso hasta 2036 y, por ello, su ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, dijo estar considerando la posibilidad de emprender acciones legales contra esta decisión del Consejo. A tenor de Hungría, la medida es en realidad una sanción contra Rusia, algo que solo se puede aprobar por unanimidad, mientras que ha sido tramitada como legislación comercial, que solo requiere una mayoría.
Sin embargo, el comisario de Energía, Dan Jorgensen, entiende que «la base jurídica de nuestra propuesta es bastante clara» y la decisión de prohibir la compra de gas ruso se justifica porque «Rusia no es un socio fiable», lo que abre la puerta a adoptar medidas comerciales. La presidencia danesa, representada por el ministro de Energía Lars Aagaard, también cree que «el servicio jurídico ya ha respondido a esta pregunta y, si otros países tienen los recursos para actuar en el sistema legal, pueden hacerlo». Los países tienen derecho a acudir al tribunal de Luxemburgo si consideran que una institución comunitaria ha violado los tratados.
Por ahora, la UE ya ha frenado casi por completo la importación de petróleo, aunque mantiene una importante dependencia de Moscú para el suministro de gas natural. En 2024, las importaciones de gas ruso aún eran un 19% del total de la UE, contra un 45% antes de la invasión de Ucrania. Eso representaba 52.000 millones de metros cúbicos de gas ruso, cuando en 2021 eran más de 150.000 millones. Actualmente ya ha descendido al 12% y, además de Hungría, aún reciben gas ruso (licuado) Francia, España y Bélgica.
En el Parlamento Europeo, la voluntad es ir más allá y más rápido. Sus comisiones de Industria y Comercio aprobaron el jueves un texto que propone prohibir todas las importaciones de gas ruso desde el 1 de enero de 2026, incluyendo el gas licuado.
En una sala contigua estaban también este lunes los ministros de Asuntos Exteriores, cuya reunión se vio enturbiada por la propuesta norteamericana de celebrar en Budapest un encuentro entre el presidente norteamericano Donald Trump y el dictador ruso Vladímir Putin. La alta representante, Kaja Kallas, ha reconocido que la idea de esta reunión en un país europeo «no es muy bonita de ver», teniendo en cuenta que tendrían que ignorar sanciones como la prohibición de sobrevolar el espacio aéreo de la UE y, más importante aún, la obligación que detener a un perseguido por el Tribunal Penal Internacional, como es el caso de Putin.

«Su único lugar es La Haya»

El ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Kestutis Budrys, dijo a su llegada a Luxemburgo que «no puedo imaginarme a Putin cruzando nuestro espacio aéreo». En su opinión, «no hay lugar para criminales de guerra en Europa. El único lugar para Putin en Europa es La Haya, ante el tribunal, no en ninguna de nuestras capitales».
En todo caso, a los europeos tampoco les gusta el planteamiento de las negociaciones que prepara Washington y presuponen que Ucrania debería ceder los territorios ha ocupado Rusia. «Si simplemente cedemos los territorios, esto envía un mensaje a todos: se puede usar la fuerza y conseguir lo que se quiere», declaró Kallas a la salida de la reunión de ministros. «Creo que esto es muy peligroso», dijo.
Cuando se le preguntó si entonces la paz tendría que esperar a que Ucrania pueda reconquistar esos territorios, la respuesta fue algo diferente: «Una cuestión es qué se puede recuperar, pero la otra es qué se reconoce como parte de otro país». Y para ello citó el caso de su país de origen, Estonia que «estuvo ocupado durante 50 años, pero la mayoría de los países del mundo no reconocieron su pertenencia a Rusia. Y eso también significó mucho».

De luto la familia de trovadores Sanabria

La fuente de la noticia es https://www.elnuevodia.com/entretenimiento/farandula/notas/de-luto-la-familia-de-trovadores-sanabria/ Los trovadores y cantantes de la familia Sanabria se encuentran de luto ante el fallecimiento de Juan …

Un chip implantado en el ojo permite que 27 personas ciegas vuelvan a leer

Un diminuto chip inalámbrico implantado en la parte posterior del ojo y unas gafas de alta tecnología han permitido a 27 personas con degeneración macular asociada a la edad (DMAE) volver a leer. El implante ha logrado restaurar parcialmente la visión en estas personas que … tenían ya una forma avanzada de degeneración macular asociada a la edad que les había dejado sin visión.
De los 32 participantes de un ensayo clínico, 27 recuperaron la capacidad de leer un año después de recibir el dispositivo.

Los resultados del ensayo se publican en la revista ‘The New England Journal of Medicine’.
El dispositivo ha sido desarrollado en la Universidad Stanford Medicine (EE.UU.) y sus autores aseguran que se trata de la primera prótesis ocular que restaura la visión funcional a pacientes con pérdida de visión incurable, dándoles la capacidad de percibir formas y patrones, también conocida como visión de la forma.

Trump, ante las turbulencias en Gaza: «Hamás se va a portar bien. Si no, los erradicaremos»

Después de un fin de semana en el que ha peligrado el acuerdo entre Israel y Hamás para parar la guerra en Gaza, Donald Trump volvió a confiar este lunes en que la organización terrorista palestina cumplirá con su parte para que no … se descarrile el proceso de paz impulsado por el presidente de EE.UU.
«Por primera vez hemos llegado a un acuerdo con Hamás. Y van a ser muy buenos, se van a portar bien, van a ser amables», dijo en la resaca de episodios de violencia vividos en Gaza en los últimos días. Primero, con choques entre Hamás y clanes palestinos rivales, que dejaron decenas de muertos. Pero también, enfrentamientos con Israel, que ha replegado de forma parcial su ejército en la Franja, y que dejaron dos soldados muertos. Israel respondió con bombardeos a objetivos de Hamás, en los que murieron una treintena de palestinos, según la organización terrorista.
«Si no se comportan, vamos a entrar y erradicarlos», agregó Trump. Tanto israelíes como palestinos se acusaron mutuamente durante el fin de semana de haber violado los términos del acuerdo, pero el presidente de EE.UU. dejó claro que quien incumplió fue Hamás. «Vamos a tener que ocuparnos de eso rápidamente, si no se ponen firmes ellos mismos. Porque están violando el acuerdo».

Aunque Trump lleva hablando así, en primera persona del plural, en referencia a EE.UU., sobre cómo responder a Hamás si el acuerdo decae por su culpa, volvió a dejar claro que no será su Ejército quien ponga firme al grupo terrorista.
«No, no mandaremos soldados al terreno. No lo necesitamos. Hay muchos otros países que han firmado el acuerdo, son 59 países», dijo sobre los países que se adhirieron, según su versión, al acuerdo. «Además, Israel podría entrar ahí en dos minutos. Yo podría decirles ‘entrad ahí y arreglad eso’. Pero por ahora no lo hemos dicho. Vamos a darles una pequeña oportunidad y esperemos que haya menos violencia».

Textiles sostenibles, ¿cuándo se recicla realmente la moda?

De media una persona consume aproximadamente 15 kg de ropa al año, lo que supone más de una tonelada a lo largo de su vida. Se estima que las prendas de «fast fashion» se usan menos de 5 veces y sólo se conservan en … el armario 35 días antes de desecharlas, el 73% de esa ropa desechada se envía al vertedero o se incinera en menos de un año tras su fabricación, principalmente debido a su mala calidad. La industria de la moda se ha convertido en uno de los mayores desafíos ambientales de los últimos tiempos con cifras tan asombrosas como que desde 2014 se producen más de 100 mil millones de prendas al año. Esta crisis ambiental pone de manifiesto la urgente necesidad de replantearse los hábitos de consumo poniendo freno a prácticas que incentivan la compra compulsiva y apostando por fomentar la moda circular, la reutilización y el reciclaje efectivo.
El Desierto de Atacama en Chile es un claro ejemplo de este cúmulo de desechos, transformado en un gigantesco vertedero de ropa en el que se depositan ilegalmente más de 39.000 toneladas de ropa usada. Stella Banderas, -hija de Antonio Banderas- y Javier Goyeneche, fundador y presidente de Ecoalf, una de las empresas españolas más concienciadas con la problemática, viajaban al lugar para dar visibilidad al problema en el marco del pasado ‘Black Friday’, una de las jornadas de mayor consumo del año. Ambos dieron voz a un documental para visibilizar el devastador impacto del «fast fashion», en el que la necesidad de una moda más sostenible se hace patente.

Imagen del desierto de Atacama (Chile), uno de los mayores vertederos textiles del mundo

Adobe Stock

Este 2025 ha marcado un punto de inflexión. «Desde el 1 de enero, todos los países de la Unión Europea están obligados a tener recogida separada de residuos textiles, lo que acelera la necesidad de plantas para clasificar, reutilizar y reciclar a gran escala», explica Alberto Egido, responsable de medioambiente y sostenibilidad de Moda re-, una iniciativa de Cáritas en España dedicada a la gestión integral de ropa usada que en 2024 recogió 47.636.779 kg de ropa y calzado. «Además, la UE ha aprobado la implantación de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) en el sector textil. Lo que significa que las marcas y fabricantes deberán financiar la gestión del residuo: desde la recogida hasta el reciclaje«.

Los nuevos tejidos

Si hablamos de moda sostenible es imprescindible detenerse en lo esencial: el tejido. Y es que la tela con la que se fabrica una prenda puede marcar la diferencia entre un consumo responsable y otro que genera un alto impacto ambiental. Según datos de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER), en España se generan aproximadamente 890.000 toneladas de residuos textiles al año. De estos residuos solo se recogen selectivamente 108.296 toneladas, mientras que 781.990 terminan en vertederos. En cuanto a la tasa de reciclaje, según datos de Moda re- en su último Análisis de la recogida de ropa usada en España, solo el 12,16% de los residuos textiles se reutilizan o reciclan; el resto, casi el 88%, se desecha.
En este sentido, los tejidos sostenibles se perfilan como la gran alternativa a la hora de comprar. Prendas hechas a base de un textil que se ha producido minimizando el uso de agua, energía y químicos tóxicos, respetando a las personas que lo elaboran y cuidando los ecosistemas. Se diferencia de los tejidos convencionales porque busca reducir el impacto ambiental en todas sus fases: cultivo, hilado, teñido y confección. Un informe de McKinsey reveló que el 67% de los consumidores considera ahora que los materiales sostenibles son un factor importante en sus decisiones de compra y es hacia aquí hacia donde apuntan las nuevas directrices de la industria.

El rumbo de la moda

Abrigo Lora Jacket con lana 100% reciclada y reciclable de Ecoalf(475€); zapatillas de running ecológica Condor 3 de Veja (180€) y vestido ‘zero waste’ de SKFK (145€)

La diseñadora británica Stella McCartney fue pionera en apostar por la sostenibilidad. Fundada en 2001, desde sus inicios abogó por no usar pieles ni plumas en sus creaciones y cuenta con una cronología de sostenibilidad innovadora que incluye la eliminación del termoplástico PVC en el 2010. «Era imposible que la moda pensara en el lujo y la sostenibilidad al mismo tiempo antes de que Stella cambiara eso», afirmaba la propia Anna Wintour en una entrevista. El 95% de su colección Primavera-Verano 2024 se realizó de «materiales conscientes» como seda reciclada.
En España, la firma bilbaína SKFK diseña y produce sus propios tejidos, controlando desde la composición de las fibras hasta el hilado y confección final. Con una firme apuesta por los valores ‘zero waste’ o lo que es lo mismo, minimizar al máximo el desperdicio textil, sus colecciones se realizan con materiales orgánicos y reciclados; además, su compromiso con la transparencia, la trazabilidad y la ética en toda su cadena de producción establece un estándar ejemplar para la industria: «Para nosotros es muy importante poder desarrollar este tipo de prendas. Somos totalmente transparentes con nuestros diseños y por ello encontrarás un patrón en la etiqueta de cada una de las prendas», apuntan desde la marca. El cuidado del origen y de la materia prima, la fabricación de cápsulas bajo demanda o la producción de cercanía son otras de sus apuestas para contribuir al cuidado del planeta. La marca de zapatillas Veja utiliza materiales de comercio justo y minimiza el desperdicio en su proceso de producción, en 2019, tras cuatro años de investigación y desarrollo, Veja lanza su primera zapatilla de running ecológica. «Nuestro objetivo es combinar el rendimiento con materiales reciclados y de origen biológico», cuentan desde la marca. Otras como Blue Banana también se ponen en marcha lanzando su plan de sostenibilidad con el objetivo de mejorar su consumo de agua, las emisiones de CO₂, o el uso de recursos no renovables, entre otros aspectos.

Reciclados y reciclables

El nuevo chubasquero de Ecoalf está hecho de prendas recicladas y se puede reciclar por completo (199,90€)
D.R.

Pero lo cierto es que aunque cualquier pequeña aportación contribuye, el avance reside en el logro de lograr un tejido que, además de hacerse a base de desechos, pueda volver a reciclarse por completo. Hace ahora unos 15 años, la española Ecoalf era pionera en transformar botellas de plástico en tejidos innovadores, un proceso que hoy se ha popularizado en la industria, y en el que ellos avanzan hacia el siguiente nivel: «dar una nueva vida a los propios residuos textiles que la moda ha generado». «La verdadera circularidad no consiste en usar materiales reciclados que inevitablemente acabarán siendo residuo, sino en diseñar productos que nunca se conviertan en desperdicio», explican. La marca, reconocida internacionalmente por su constante innovación tiene claros los pasos a seguir: «No es suficiente con incorporar materiales reciclados, nos cuestionamos todos los procesos para crear artículos que además de estar hechos con residuos convertidos en materiales de primera calidad, además sean durables. El objetivo es cerrar el ciclo para que ninguna prenda acabe en el vertedero», explica Carolina Blázquez, responsable de innovación y sostenibilidad de Ecoalf. Aquí entra en juego un concepto clave y es el de los «monomateriales» prendas hechas tan solo con un material, lo que facilitará más tarde su reciclaje. «Tenemos abrigos de lana que son 100% recicladas y 100% reciclables. Utilizamos una lana post-consumo (hecha de jerseys que han llegado al final de su ciclo de vidas). Es una calidad muy suave que mucha gente ni cree que es una lana reciclada», cuenta Blázquez.
Para este invierno, la marca ha desarrollado un chubasquero hecho con prendas desechadas, dando una segunda vida a residuos que normalmente irían a vertedero y, «monomaterial», por lo que se puede volver a reciclar. Llegar al 100% algodón reciclado, siendo ésta la fibra más difícil de reciclar o el desarrollo de su famosos ‘hilo del mar’ realizado a base de las más de 2.000 toneladas que llevan recogidas de los fondos marinos, son otros de los grandes avances de la firma capitaneada por Javier Goyeneche.

Cuestión de precio

Puedes comprarte una chaqueta cada invierno por 40 euros porque está de moda, pero el año siguiente ya no se lleva o la calidad no resiste y tienes que reemplazarla. O puedes invertir en un abrigo atemporal y de buena calidad por 200 euros que te acompañará durante 5, 7 o incluso 10 años. «Si lo piensas, el impacto económico y medioambiental del primer caso es mucho mayor. Cuando entiendes esto, empiezas a ver el valor real de una prenda bien hecha», cuenta Carolina.
Identificar este tipo de prendas será en un futuro mucho más sencillo. «Mirar la etiqueta sigue siendo clave, pero pronto tendremos una herramienta mucho más potente: el Pasaporte Digital del Producto (DPP)«, cuenta Alberto Egido. Este sistema, obligatorio en la UE para textiles a partir de 2027-2028, será como el «DNI» de cada prenda: un código QR en la etiqueta que permitirá acceder a la información completa sobre su composición, origen, impacto ambiental y opciones de reciclaje. »Esperemos que también se incluya el impacto social de la prenda y se pueda acreditar que está producida en condiciones de trabajo digno. De esta forma, la persona que compre la prenda podrá tomar decisiones informadas en pocos segundos«, explica el experto.
Producir de forma responsable es más complejo y tiene un precio más elevado: los materiales requieren años de I+D, trabajar a veces con procesos que están aún en fase experimental o convencer a los distintos actores en la cadena de valor de hacer cambios en sus procesos productivos, todo esto requiere, energía, tiempo y recursos invertidos. Más allá de los avances de la industria, la concienciación del consumidor y la educación en la materia serán claves para contribuir con una compra responsable. «No se trata de pagar más, sino de invertir en una prenda que valga realmente lo que cuesta, que dure muchos años y que nos lleve hacia el futuro que queremos para las próximas generaciones», sentencia la responsable de Ecoalf.