La misteriosa relación entre los herpes y el alzhéimer
Ignacio López-Goñi Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología (SEM), Universidad de Navarra
15/04/2025 a las 10:24h.
Posiblemente, alguna vez ha tenido una infección por herpes: unas ampollitas que aparecen en la zona labial, al cabo de unos días se secan y desaparecen, y misteriosamente vuelven a aparecer más o menos en la misma zona algún tiempo después. ¿Por qué ocurre eso?
El virus causante del herpes –que puede infectar a varios tipos de células distintas: epiteliales, neuronas, linfocitos…– se multiplica en las células epiteliales, donde forma vesículas repletas de un líquido que contiene millones de partículas virales. Esas ampollas acaban secándose y forman costras.
Pero el patógeno es capaz de infectar también las neuronas que inervan esa misma zona de la piel. Asciende por el axón de la célula nerviosa hasta su núcleo. Ahí, queda latente o escondido durante meses o incluso años. En un determinado momento, que suele coincidir con una etapa de cierta inmunodepresión, se reactiva y vuelve a través de las terminaciones nerviosas a las células del epitelio de la piel. Entonces comienza una nueva infección.
El herpes se puede reactivar asimismo por factores ambientales: desde cambios de temperatura o mayor irradiación solar hasta cambios hormonales o estrés.