Publicado: julio 26, 2025, 2:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/jose-m-de-areilza-negociar-libre-comercio-20250726171137-nt.html
Hace nueve años, Donald Trump hizo campaña a favor del Brexit desde uno de sus campos de golf en Escocia. Este fin de semana, de nuevo en Turnberry, entre partido y partido dedicará unas horas a negociar con Ursula von der Leyen la … subida de aranceles a la Unión Europea. Esta pasión por el proteccionismo contradice la mejor teoría económica, que ha alentado setenta años de progreso constante inspirando el trabajo del GATT y de la Organización Mundial de Comercio.
Pero Trump necesita contentar a sus votantes MAGA, la América olvidada que culpa a China y a la inmigración de sus problemas económicos y sociales. Por primera vez este grupo se ha revuelto contra el presidente tras su decisión de dar por cerrado el caso Epstein, renegando de una promesa electoral altamente conspiranoica. El camino acertado sería negociar a fondo con Pekín, la potencia que más incumple las reglas del libre comercio, pero resulta más fácil explotar las vulnerabilidades de los aliados.
Antes del 1 de agosto, fecha en la que se dispararían las barreras, los europeos esperan alcanzar un pacto similar al firmado entre Washington y Tokio hace unos días. Se basaría en un arancel medio del 15% a los productos exportados desde la UE, una subida enorme frente al 1,6% que se aplicaba antes de la escalada proteccionista. Los aranceles los pagan sobre todo los consumidores finales, en menos medida las empresas exportadoras, y contribuyen a la subida de la inflación. Los votantes MAGA no se beneficiarán directamente de estas medidas, más bien al contrario. Pero Trump exige también nuevas inversiones en Estados Unidos para reindustrializar el país. Y no solo negocia sobre aranceles, exige modificaciones a la regulación y la fiscalidad de terceros países cuando limitan la libertad económica a sus empresas, en especial las del sector tecnológico.
Asimismo, pone encima de la mesa la decisiva aportación de Washington a la defensa occidental, condicionando su futuro a un buen trato. A corto plazo su victoria está asegurada, un triunfo pasajero con el que celebrar la llegada de unas vacaciones de verano muy esperadas.