Publicado: diciembre 3, 2025, 5:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/nasralla-avanza-pone-delante-candidato-trump-honduras-20251203203056-nt.html
Salvador Nasralla, candidato del Partido Liberal y figura de centroderecha, consolidó este miércoles un avance decisivo en el recuento de las elecciones en Honduras. Tras la reanudación de la transmisión oficial de datos, superó a Nasry Asfura por un margen estrecho, convirtiéndose en … el nuevo líder de una contienda muy ajustada desde la noche electoral. Con más del 79% de las actas procesadas, la tendencia favorece al aspirante liberal en los principales centros urbanos, donde se concentra la mayor parte del electorado.
El cambio en la dirección del escrutinio confirma una dinámica observada desde el inicio: Asfura domina una gran extensión territorial, especialmente en municipios rurales, mientras Nasralla concentra apoyos en las ciudades con mayor peso demográfico. A medida que avanzó el procesamiento de actas urbanas, el candidato liberal logró reducir la brecha hasta superarla por varios miles de votos, reforzando la percepción de que el resultado final dependerá de cada actualización del sistema del Consejo Nacional Electoral.
El Consejo Nacional Electoral reanudó este miércoles la transmisión de resultados tras varias horas de interrupción. Lo confirmado a día de hoy es la magnitud de la caída del oficialismo: el Partido Libre, con la exministra de Defensa Rixi Moncada como candidata, se hunde por debajo del 20% de los votos y no alcanza el medio millón de sufragios, muy lejos del millón largo que acumulan tanto Nasralla como el derechista Asfura.
En Tegucigalpa y San Pedro Sula se documentaron retrasos en la apertura de centros, fallos del sistema biométrico, mesas sin material y presiones de activistas del oficialismo sobre las Juntas Receptoras. En varios puntos clave, grupos afines al partido de Gobierno intentaron bloquear a observadores y periodistas, generando episodios de intimidación que derivaron en expulsiones y cierres anticipados de urnas. Estos incidentes reforzaron el temor a prácticas opacas que recordaban crisis electorales anteriores.
El clima político estaba ya marcado antes de la votación por un episodio de alto impacto: la liberación del expresidente Juan Orlando Hernández (JOH), condenado a 45 años de prisión en Estados Unidos por facilitar el tránsito de cientos de toneladas de cocaína hacia territorio estadounidense. Hernández fue excarcelado tras recibir un indulto firmado por Donald Trump, confirmado por el Buró Federal de Prisiones y anunciado por su esposa, Ana García, que difundió la documentación oficial.
Nasralla concentra apoyos en las ciudades con mayor peso demográfico
Impacto del indulto a JOH
La trayectoria judicial de Hernández había provocado un terremoto político en Honduras y en Washington. Detenido en 2022 y extraditado a Nueva York, fue sentenciado por aceptar sobornos de redes narcotraficantes. Sus defensas alegaron que era víctima de represalias de los mismos grupos cuyas extradiciones había permitido. Trump defendió el indulto desde el Air Force One y aseguró haber recibido peticiones de sectores hondureños que sostenían que el expresidente fue víctima de un montaje atribuido a la Administración Biden.
El indulto tuvo un impacto inmediato en la campaña. Aunque polémico, reforzó al candidato nacionalista Asfura, que milita en el mismo partido que Hernández, y movilizó a parte de su base. Asfura comenzó el recuento inicial en primer lugar, apoyado también por el respaldo explícito de Trump en la recta final.
Sin embargo, el avance del escrutinio urbano invirtió la tendencia. Nasralla, candidato de centroderecha con un discurso anticorrupción, amplió su ventaja en los municipios de mayor peso demográfico, especialmente Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba y Choloma. Los datos muestran una división territorial clara: Asfura lidera en 202 municipios, la mayoría rurales, mientras Nasralla se impone en 81 municipios clave donde se concentra el grueso del padrón. El oficialista Libre cae a 14 municipios, un retroceso drástico respecto a 2021.
El proceso continúa bajo una supervisión internacional inusualmente amplia. La OEA desplegó una misión completa, complementada por observadores independientes y por una delegación bipartidista de congresistas estadounidenses. Su presencia reforzó la vigilancia en un escenario tenso y redujo el margen para irregularidades en la fase final del recuento.
