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Musk, Vance, Carlson y Don Jr., el círculo prorruso que alimenta el discurso de Trump contra Zelenski

Donald Trump se ha alineado abiertamente con Vladímir Putin, sin reservas ni disimulos. Tras mantener una conversación de más de 90 minutos con el presidente ruso la semana pasada, ha adoptado y amplificado los argumentos del Kremlin para justificar la invasión de Ucrania … en 2022 y prolongar la guerra a pesar del alto coste en vidas humanas. Trump repite sin fundamento que fueron los ucranianos quienes provocaron el conflicto, que Volodímir Zelenski se negó a negociar y rechazó un acuerdo de paz, que se aferra ilegítimamente al poder pese al rechazo de su pueblo y, sobre todo, que la anexión de territorios ocupados por Rusia debe ser aceptada. Es una guerra de agresión que Trump evita calificar como tal, alineándose con la narrativa de Moscú.
El presidente de Estados Unidos, tras haber superado un juicio político de ‘impeachment’ (destitución) y una investigación sobre su presunta colusión con Rusia, ha regresado al poder decidido a alinearse con el Kremlin. Sus declaraciones y acciones reflejan una asimilación sistemática de la desinformación rusa, repitiendo punto por punto los argumentos que su propio Gobierno ha denunciado durante años como parte de la estrategia intoxicadora de Moscú.
Una prueba contundente de que Trump ha adoptado por completo el discurso del Kremlin es su mensaje en redes sociales de este miércoles, que sorprendió a diplomáticos, legisladores y a no pocos funcionarios de su propia Administración. En él, no solo repitió acusaciones sin fundamento contra Zelenski, sino que amplificó narrativas de desinformación promovidas por Moscú: «Zelenski admite que la mitad del dinero que le enviamos está ‘DESAPARECIDO’. Se niega a celebrar elecciones, tiene un apoyo muy bajo en las encuestas ucranianas y lo único en lo que ha sido bueno es en manipular a Biden. Un dictador sin elecciones, Zelenski más vale que se mueva rápido o se va a quedar sin país».

Es una declaración que no solo tergiversa la realidad de la guerra en Ucrania, sino que también mina el respaldo de Washington a Kiev. En Ucrania hay ley marcial por la invasión, y hasta opositores políticos a Zelenski, como el expresidente Petro Poroshenko, han dicho que este no es el momento de celebrar elecciones con parte del territorio soberano invadido por Rusia.
Un exfuncionario que sirvió a Trump en su primer mandato, pero que no se ha sumado a su equipo en esta nueva Administración, asegura a ABC que un reducido círculo de asesores ha alimentado al presidente con propaganda del Kremlin: su vicepresidente, J. D. Vance; el multimillonario Elon Musk; el presentador de televisión Tucker Carlson; y su hijo mayor, Don Junior.
Los cuatro, habituales en el Despacho Oval, han mantenido una postura abiertamente crítica con Zelenski. Carlson, en particular, llegó a viajar a Moscú para entrevistar a Putin, difundiendo sin cuestionamientos su retórica contra Occidente, Estados Unidos, la OTAN y Europa. En el primer mandato, los jefes de gabinete de Trump, entre ellos un general retirado, intentaron contener sus impulsos, evitando que estableciera largas conversaciones con autócratas y dictadores, y aislando a figuras que podían desestabilizar su gobierno, incluso dentro de su propia familia, como su hijo Don Junior. Por lo general, Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner, guiaban al presidente hacia una postura más centrista, alineada con la ortodoxia republicana.
En esta ocasión, la jefa de gabinete, Susie Wiles, prefiere dejar vía libre a su jefe, sin demasiadas cortapisas. La semana pasada llegó a dar cuatro conferencias de prensa en un día.
Trump ha ignorado el consejo de su propio jefe diplomático, quien, cuando era senador, fue uno de los más duros críticos de Putin. En 2022, Rubio advertía: «El mundo será un lugar muy peligroso si permitimos que matones como Putin invadan naciones soberanas sin consecuencias».
Ahora, sin embargo, Rubio lidera las negociaciones con esos mismos rusos, en unas conversaciones de las que Moscú logró excluir al enviado especial de Trump para Ucrania, Keith Kellogg. En su lugar, en las reuniones en Arabia Saudí, participó el enviado especial para Oriente Próximo, Steven Witkoff. Consultada al respecto, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que Witkoff cuenta con la plena confianza de Trump tras su papel en la tregua entre Hamás e Israel en Gaza, pero evitó pronunciarse sobre el veto a Kellogg, quien hasta ahora solo ha mantenido contactos con líderes europeos.

Purga de fiscales

Trump ha emprendido una purga en el Departamento de Justicia, que abarca tanto a los fiscales como al FBI, con el objetivo de expulsar a quienes participaron en las investigaciones en su contra, desde la injerencia rusa en las elecciones hasta la insurrección de 2021.
En septiembre, ese mismo Departamento de Justicia confiscó una treintena de dominios de internet y sancionó a una decena de ciudadanos rusos por difundir, en plena campaña electoral, mensajes similares a los que ahora replica Trump: contenidos diseñados para blanquear la agresión rusa y culpar a Ucrania. Según una declaración jurada, esos mensajes, promovidos por agitadores rusos, presentaban a Zelenski como un dictador sionista, a la vez neonazi y judío, un drogadicto acusado de corrupción y de dilapidar el dinero de los contribuyentes estadounidenses.
Estos ataques híbridos, como se los conoce, serán ahora difíciles de combatir. El presidente ha destituido a varios funcionarios clave involucrados en la protección de la integridad electoral en Estados Unidos, lo que ha provocado la crítica de los legisladores demócratas. Entre los despidos más destacados se encuentra la remoción de empleados de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad que trabajaban en la lucha contra la desinformación electoral, así como la destitución de la presidenta de la Comisión Federal de Elecciones. Además, la fiscal general Pam Bondi ha disuelto la unidad del FBI encargada de investigar la injerencia extranjera en los comicios estadounidenses.
Los demócratas han descrito estos movimientos como un intento de desmantelar las protecciones contra la desinformación en general. El senador Alex Padilla y el diputado Joe Morelle han exigido explicaciones a la Administración sobre la destitución de los expertos, alertando de que su despido pone en riesgo la seguridad de las instituciones. La Casa Blanca no les ha respondido.
Esta misma semana, el martes, Trump negaba cualquier vínculo con Rusia en una entrevista conjunta con Elon Musk, a quien considera su principal asesor en este momento. Durante la conversación, Musk insistió en que la llamada trama rusa nunca existió y la calificó de una conspiración fabricada para perjudicar a Trump. «Mucha gente sigue creyendo en el engaño de Rusia porque nunca escuchó la versión contraria», afirmó Musk. «Fue una interferencia electoral escandalosa».

Publicado: febrero 20, 2025, 1:48 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/musk-vance-carlson-don-circulo-prorruso-alimenta-20250219214248-nt.html

Donald Trump se ha alineado abiertamente con Vladímir Putin, sin reservas ni disimulos. Tras mantener una conversación de más de 90 minutos con el presidente ruso la semana pasada, ha adoptado y amplificado los argumentos del Kremlin para justificar la invasión de Ucrania en 2022 y prolongar la guerra a pesar del alto coste en vidas humanas. Trump repite sin fundamento que fueron los ucranianos quienes provocaron el conflicto, que Volodímir Zelenski se negó a negociar y rechazó un acuerdo de paz, que se aferra ilegítimamente al poder pese al rechazo de su pueblo y, sobre todo, que la anexión de territorios ocupados por Rusia debe ser aceptada. Es una guerra de agresión que Trump evita calificar como tal, alineándose con la narrativa de Moscú.

El presidente de Estados Unidos, tras haber superado un juicio político de ‘impeachment’ (destitución) y una investigación sobre su presunta colusión con Rusia, ha regresado al poder decidido a alinearse con el Kremlin. Sus declaraciones y acciones reflejan una asimilación sistemática de la desinformación rusa, repitiendo punto por punto los argumentos que su propio Gobierno ha denunciado durante años como parte de la estrategia intoxicadora de Moscú.

Una prueba contundente de que Trump ha adoptado por completo el discurso del Kremlin es su mensaje en redes sociales de este miércoles, que sorprendió a diplomáticos, legisladores y a no pocos funcionarios de su propia Administración. En él, no solo repitió acusaciones sin fundamento contra Zelenski, sino que amplificó narrativas de desinformación promovidas por Moscú: «Zelenski admite que la mitad del dinero que le enviamos está ‘DESAPARECIDO’. Se niega a celebrar elecciones, tiene un apoyo muy bajo en las encuestas ucranianas y lo único en lo que ha sido bueno es en manipular a Biden. Un dictador sin elecciones, Zelenski más vale que se mueva rápido o se va a quedar sin país».

Es una declaración que no solo tergiversa la realidad de la guerra en Ucrania, sino que también mina el respaldo de Washington a Kiev. En Ucrania hay ley marcial por la invasión, y hasta opositores políticos a Zelenski, como el expresidente Petro Poroshenko, han dicho que este no es el momento de celebrar elecciones con parte del territorio soberano invadido por Rusia.

Un exfuncionario que sirvió a Trump en su primer mandato, pero que no se ha sumado a su equipo en esta nueva Administración, asegura a ABC que un reducido círculo de asesores ha alimentado al presidente con propaganda del Kremlin: su vicepresidente, J. D. Vance; el multimillonario Elon Musk; el presentador de televisión Tucker Carlson; y su hijo mayor, Don Junior.

Los cuatro, habituales en el Despacho Oval, han mantenido una postura abiertamente crítica con Zelenski. Carlson, en particular, llegó a viajar a Moscú para entrevistar a Putin, difundiendo sin cuestionamientos su retórica contra Occidente, Estados Unidos, la OTAN y Europa. En el primer mandato, los jefes de gabinete de Trump, entre ellos un general retirado, intentaron contener sus impulsos, evitando que estableciera largas conversaciones con autócratas y dictadores, y aislando a figuras que podían desestabilizar su gobierno, incluso dentro de su propia familia, como su hijo Don Junior. Por lo general, Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner, guiaban al presidente hacia una postura más centrista, alineada con la ortodoxia republicana.

En esta ocasión, la jefa de gabinete, Susie Wiles, prefiere dejar vía libre a su jefe, sin demasiadas cortapisas. La semana pasada llegó a dar cuatro conferencias de prensa en un día.

Trump ha ignorado el consejo de su propio jefe diplomático, quien, cuando era senador, fue uno de los más duros críticos de Putin. En 2022, Rubio advertía: «El mundo será un lugar muy peligroso si permitimos que matones como Putin invadan naciones soberanas sin consecuencias».

Ahora, sin embargo, Rubio lidera las negociaciones con esos mismos rusos, en unas conversaciones de las que Moscú logró excluir al enviado especial de Trump para Ucrania, Keith Kellogg. En su lugar, en las reuniones en Arabia Saudí, participó el enviado especial para Oriente Próximo, Steven Witkoff. Consultada al respecto, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que Witkoff cuenta con la plena confianza de Trump tras su papel en la tregua entre Hamás e Israel en Gaza, pero evitó pronunciarse sobre el veto a Kellogg, quien hasta ahora solo ha mantenido contactos con líderes europeos.

Purga de fiscales

Trump ha emprendido una purga en el Departamento de Justicia, que abarca tanto a los fiscales como al FBI, con el objetivo de expulsar a quienes participaron en las investigaciones en su contra, desde la injerencia rusa en las elecciones hasta la insurrección de 2021.

En septiembre, ese mismo Departamento de Justicia confiscó una treintena de dominios de internet y sancionó a una decena de ciudadanos rusos por difundir, en plena campaña electoral, mensajes similares a los que ahora replica Trump: contenidos diseñados para blanquear la agresión rusa y culpar a Ucrania. Según una declaración jurada, esos mensajes, promovidos por agitadores rusos, presentaban a Zelenski como un dictador sionista, a la vez neonazi y judío, un drogadicto acusado de corrupción y de dilapidar el dinero de los contribuyentes estadounidenses.

Estos ataques híbridos, como se los conoce, serán ahora difíciles de combatir. El presidente ha destituido a varios funcionarios clave involucrados en la protección de la integridad electoral en Estados Unidos, lo que ha provocado la crítica de los legisladores demócratas. Entre los despidos más destacados se encuentra la remoción de empleados de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad que trabajaban en la lucha contra la desinformación electoral, así como la destitución de la presidenta de la Comisión Federal de Elecciones. Además, la fiscal general Pam Bondi ha disuelto la unidad del FBI encargada de investigar la injerencia extranjera en los comicios estadounidenses.

Los demócratas han descrito estos movimientos como un intento de desmantelar las protecciones contra la desinformación en general. El senador Alex Padilla y el diputado Joe Morelle han exigido explicaciones a la Administración sobre la destitución de los expertos, alertando de que su despido pone en riesgo la seguridad de las instituciones. La Casa Blanca no les ha respondido.

Esta misma semana, el martes, Trump negaba cualquier vínculo con Rusia en una entrevista conjunta con Elon Musk, a quien considera su principal asesor en este momento. Durante la conversación, Musk insistió en que la llamada trama rusa nunca existió y la calificó de una conspiración fabricada para perjudicar a Trump. «Mucha gente sigue creyendo en el engaño de Rusia porque nunca escuchó la versión contraria», afirmó Musk. «Fue una interferencia electoral escandalosa».

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