Más de 250 negociadores, sin selfis y con hoja de ruta obligatoria: así se fragua la gran coalición en Alemania - Colombia
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Más de 250 negociadores, sin selfis y con hoja de ruta obligatoria: así se fragua la gran coalición en Alemania

A pesar de ser un domingo, el ajetreo en el barrio gubernamental de Berlín superaba el de casi cualquier día de diario. En un intenso trajín, vehículos del parlamento iban y venían a la Casa Konrad Adenauer y a la Casa Willy Brandt, las sedes … de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), y se cruzaban con mensajeros que trasladaban documentos de unas a otras oficinas. Porque la negociación de una gran coalición no tiene nada que ver con una escena de sofá, que es a lo que queda reducido el contacto del gobierno con la oposición en otras latitudes, sino que implica toda una maquinaria política y legal para garantizar que los acuerdos, son acordes a la legislación vigente, factibles y financiables.
En el caso de la coalición que el conservador Friedrich Merz está tejiendo con el SPD, tras un acuerdo de voluntad política de grandes rasgos y asuntos fundamentales que ocupa a las directivas de los partidos, se ha dado ya paso al trabajo de un total de 256 negociadores repartidos en 16 grupos de trabajo temáticos y diseminados en las oficinas del Bundestag y en las sedes de los partidos.
Sus primeras reuniones son «híbridas», con los portavoces en esa materia de las formaciones políticas y expertos en asuntos adyacentes que ayudan a contextualizar. Después las reuniones se especializan hasta el extremo. Su misión es ir produciendo los módulos de texto para el futuro acuerdo, cada uno de ellos acompañado por un documento aclaratorio que precisa el coste estimado de ese punto en concreto y de qué partida presupuestaria va a salir.

Supervisión tras supervisión

A medida que van cerrando párrafos, estos son supervisados por un equipo coordinador, encargado de eliminar dobles esfuerzos y contradicciones, antes de integrarlos en el texto final. A menudo el párrafo evaluado es devuelto a los equipos con una lista de tareas pendientes. Los grupos negociadores están apoyados por un parque móvil, una red de asesores técnicos e incluso un servicio de catering, en el que abundan los alimentos con ingredientes como frutos secos, arándanos y chocolate negro, que potencian la concentración y reducen el estrés.
Antes del inicio, apenas los partidos designaron a los encargados de la negociación, todos los miembros de los equipos recibieron un «Folleto para las negociaciones de la coalición de 2025» de tres páginas, un estricto catálogo de normas destinadas a contribuir a la formación de una futura coalición de gobierno que aluden a los procedimientos de negociación, reglas de comunicación y confidencialidad, así como protocolos que favorecen el entendimiento y evitan las tensiones.
En el folleto se indica desde la regulación sobre el tipo de letra de los textos (11, Calibri negro, interlineado 1,5) hasta la prohibición absoluta de los selfies. En la matriz de los partidos, las directivas entrenan a sus negociadores y llaman la atención, por ejemplo, sobre la terminología, que cobra gran importancia a la hora de entenderse, según la socialdemócrata Franziska Giffey, en el grupo sobre «Economía, Industria y Turismo» y que sugiere que un mismo punto, denominado de forma diferente, puede dar lugar al deseado acuerdo. Para la CDU, por ejemplo, el nombre de «subsidio ciudadano» para las prestaciones sociales a parados de larga duración, actualmente de 563 euros al mes para personas solteras, ya es un problema.
Sus negociadores alegan que recuerda demasiado a una «renta básica incondicional» e insisten en aumentar las sanciones a los «objetores totales», o personas que rechazan las ofertas de las oficinas de empleo. El SPD ya las recortó un 30% en la última legislatura y está abierto a un nuevo endurecimiento, pero insiste en llamarlo «seguridad básica». El liberal Volker Sissing, que ha participado en varias negociaciones, dice que, en cuanto al contenido, «te puedes pasar días con un solo punto y, si finalmente no hay forma, quedan dos posibilidades: o pasar el punto a revisión al más alto nivel político o dejarlo abierto, garantía de que dañará a la coalición persistentemente durante toda la legislatura. Pero si se recurre a una de esas dos soluciones, el prestigio político de los negociadores queda muy dañado». En su opinión es importante «llevarse bien, crear un clima de confianza». Desaconseja regatear, como en un zoco, porque espera una convivencia de cuatro años no sólo con el otro partido, sino también con el texto del acuerdo. Y no recuerda broncas o discusiones. El tono mitinero se queda siempre fuera de la sala de negociación.
Tradicionalmente, los partidos alemanes han venido negociando las coaliciones sin plazo. Una negociación rápida se asociaba a falta de precisión, a trabajo descuidado. En 2019, por ejemplo, duraron 177 días. Pero esta vez se añade la presión del tiempo. Hay un objetivo muy claro de formar gobierno cuanto antes, para que un nuevo ejecutivo alemán pueda dar respuesta a la nueva situación de seguridad europea, por lo que hay una fecha tope para entregar el resultado, el 24 de marzo a las 17:00 horas.

Publicado: marzo 17, 2025, 12:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/250-negociadores-selfis-hoja-ruta-obligatoria-fragua-20250316045645-nt.html

A pesar de ser un domingo, el ajetreo en el barrio gubernamental de Berlín superaba el de casi cualquier día de diario. En un intenso trajín, vehículos del parlamento iban y venían a la Casa Konrad Adenauer y a la Casa Willy Brandt, las sedes de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), y se cruzaban con mensajeros que trasladaban documentos de unas a otras oficinas. Porque la negociación de una gran coalición no tiene nada que ver con una escena de sofá, que es a lo que queda reducido el contacto del gobierno con la oposición en otras latitudes, sino que implica toda una maquinaria política y legal para garantizar que los acuerdos, son acordes a la legislación vigente, factibles y financiables.

En el caso de la coalición que el conservador Friedrich Merz está tejiendo con el SPD, tras un acuerdo de voluntad política de grandes rasgos y asuntos fundamentales que ocupa a las directivas de los partidos, se ha dado ya paso al trabajo de un total de 256 negociadores repartidos en 16 grupos de trabajo temáticos y diseminados en las oficinas del Bundestag y en las sedes de los partidos.

Sus primeras reuniones son «híbridas», con los portavoces en esa materia de las formaciones políticas y expertos en asuntos adyacentes que ayudan a contextualizar. Después las reuniones se especializan hasta el extremo. Su misión es ir produciendo los módulos de texto para el futuro acuerdo, cada uno de ellos acompañado por un documento aclaratorio que precisa el coste estimado de ese punto en concreto y de qué partida presupuestaria va a salir.

Supervisión tras supervisión

A medida que van cerrando párrafos, estos son supervisados por un equipo coordinador, encargado de eliminar dobles esfuerzos y contradicciones, antes de integrarlos en el texto final. A menudo el párrafo evaluado es devuelto a los equipos con una lista de tareas pendientes. Los grupos negociadores están apoyados por un parque móvil, una red de asesores técnicos e incluso un servicio de catering, en el que abundan los alimentos con ingredientes como frutos secos, arándanos y chocolate negro, que potencian la concentración y reducen el estrés.

Antes del inicio, apenas los partidos designaron a los encargados de la negociación, todos los miembros de los equipos recibieron un «Folleto para las negociaciones de la coalición de 2025» de tres páginas, un estricto catálogo de normas destinadas a contribuir a la formación de una futura coalición de gobierno que aluden a los procedimientos de negociación, reglas de comunicación y confidencialidad, así como protocolos que favorecen el entendimiento y evitan las tensiones.

En el folleto se indica desde la regulación sobre el tipo de letra de los textos (11, Calibri negro, interlineado 1,5) hasta la prohibición absoluta de los selfies. En la matriz de los partidos, las directivas entrenan a sus negociadores y llaman la atención, por ejemplo, sobre la terminología, que cobra gran importancia a la hora de entenderse, según la socialdemócrata Franziska Giffey, en el grupo sobre «Economía, Industria y Turismo» y que sugiere que un mismo punto, denominado de forma diferente, puede dar lugar al deseado acuerdo. Para la CDU, por ejemplo, el nombre de «subsidio ciudadano» para las prestaciones sociales a parados de larga duración, actualmente de 563 euros al mes para personas solteras, ya es un problema.

Sus negociadores alegan que recuerda demasiado a una «renta básica incondicional» e insisten en aumentar las sanciones a los «objetores totales», o personas que rechazan las ofertas de las oficinas de empleo. El SPD ya las recortó un 30% en la última legislatura y está abierto a un nuevo endurecimiento, pero insiste en llamarlo «seguridad básica». El liberal Volker Sissing, que ha participado en varias negociaciones, dice que, en cuanto al contenido, «te puedes pasar días con un solo punto y, si finalmente no hay forma, quedan dos posibilidades: o pasar el punto a revisión al más alto nivel político o dejarlo abierto, garantía de que dañará a la coalición persistentemente durante toda la legislatura. Pero si se recurre a una de esas dos soluciones, el prestigio político de los negociadores queda muy dañado». En su opinión es importante «llevarse bien, crear un clima de confianza». Desaconseja regatear, como en un zoco, porque espera una convivencia de cuatro años no sólo con el otro partido, sino también con el texto del acuerdo. Y no recuerda broncas o discusiones. El tono mitinero se queda siempre fuera de la sala de negociación.

Tradicionalmente, los partidos alemanes han venido negociando las coaliciones sin plazo. Una negociación rápida se asociaba a falta de precisión, a trabajo descuidado. En 2019, por ejemplo, duraron 177 días. Pero esta vez se añade la presión del tiempo. Hay un objetivo muy claro de formar gobierno cuanto antes, para que un nuevo ejecutivo alemán pueda dar respuesta a la nueva situación de seguridad europea, por lo que hay una fecha tope para entregar el resultado, el 24 de marzo a las 17:00 horas.

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