Marjorie Taylor Greene, la trumpista que rompió con Trump, deja el Congreso - Colombia
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Marjorie Taylor Greene, la trumpista que rompió con Trump, deja el Congreso

Es difícil encontrar republicanos dispuestos a enfrentarse al capo del partido, Donald Trump, y será todavía más complicado a partir de enero: Marjorie Taylor Greene, la diputada que fue aliada acérrima del presidente de EE.UU., ha anunciado que dejará su escaño en … la Cámara de Representantes. La razón: la reciente y virulenta ruptura con Trump, marcada por su apoyo a la desclasificación de los documentos de Jeffrey Epstein, y la campaña contra ella del presidente, que la llamó «traidora» y dijo que apoyaría a otros candidatos en primarias.
«Dimitiré de mi cargo y mi último día al frente será el 5 de enero de 2026», dijo la diputada en un mensaje de vídeo que compartió en sus redes sociales. «Mi único objetivo y deseo ha sido hacer al Partido Republicano responsable de las promesas que hace al pueblo de EE.UU. y poner primero a EE.UU.», aseguró.
«Me presenté al Congreso en 2020 y he peleado cada día bajo la creencia de que ‘Make America Great Again’ (‘Hacer a EE.UU. grande otra vez’, el lema político de Trump) significa ‘EE.UU. primero’», aseguró en el comunicado, en referencia a la ideología con la que el actual presidente desembarcó en política y en la que Taylor Greene ha sido radical: protección a las clases medias y trabajadoras deterioradas, fin a las guerras caras y dolorosas para los estadounidenses, adiós a la ayuda exterior, mano dura en inmigración, batalla contra los intereses corporativos…
En las últimas semanas, la grieta de Taylor Greene con su partido y con Trump se ha ensanchado. Taylor Greene combatió el reciente cierre gubernamental, al que se llegó por el bloqueo mutuo entre republicanos y demócratas y defendió los subsidios para seguros médicos que estos últimos buscaban mantener. También ha sido crítica con la negativa de Trump a limitar los visados para trabajadores cualificados extranjeros. Y las tensiones estallaron con el caso Epstein, una de sus obsesiones: ella estuvo en el pequeño grupo de republicanos que se unió a los demócratas para forzar un voto sobre la desclasificación de todos sus documentos, a lo que Trump y los republicanos se oponían.
El presidente, que tiene en su relación con el malogrado pedófilo uno de sus talones de Aquiles, se vio forzado a apoyar en el último minuto la desclasificación, que fue después aprobada por el Congreso.

Pero, en medio de las turbulencias, estalló su relación con Taylor Greene. Trump la llamó «traidora» y «chiflada» y le dio su sentencia de muerte política: dijo que el año que viene apoyaría otros candidatos en primarias para su escaño por un distrito de Georgia.
«Tengo demasiado respeto por mí misma, quiero demasiado a mi familia y no quiero que mi querido distrito tenga que aguantar una primaria dolorosa y con odio organizada contra mí por el presidente por el que peleé», defendió.
En el último lustro, Taylor Greene ha sido una de las figuras más agitadas de la ya muy agitada política de EE.UU. Ganó su escaño en 2020, en la misma elección en la que Trump perdió la presidencia ante Joe Biden.
Era un personaje volcánico, adherido a teorías conspiranoicas disparatadas -como que unos incendios de California habían sido causados por láseres lanzados desde el espacio por una poderosa familia judía-, divisivo, con un mensaje extremista. Sus propios compañeros de partido la marginaron nada más llegar a su escaño en enero de 2021.
Después mejoró su relación con los líderes republicanos, en especial con el que después sería presidente de la Cámara, Kevin McCarthy. Taylor Greene ha seguido siendo una figura adorada por el sector más fetén del ‘trumpismo’, las bases leales de Trump, su movimiento populista de derechas.
En los dos últimos años, la diputada relajó su retórica explosiva y la ruptura de las últimas semanas la han acercado a los que antes fueron sus enemigos. Los medios convencionales, que la retrataban como la imagen del extremismo de Trump, no han dejado de invitarle a sus programas. Por ejemplo, con apariciones en CNN o en uno de los programas más progresistas de la mañana, ‘The View’, en la cadena ABC.
«La lealtad tiene que ser una calle de dos sentidos», dijo en el comunicado en relación a su relación con Trump, que solo la entiende en un sentido. «Si MAGA Inc me tira a un lado para ser ser sustituida por neocons, las grandes farmacéuticas, las grandes tecnológicas, el complejo industrial-militar para la guerra, líderes extranjeros y la clase elitista de donantes que no saben quiénes son los verdaderos estadounidenses, entonces muchos estadounidenses comunes también han sido tirado al lado y sustituidos», defendió.
El anuncio de la dimisión de Taylor Greene ha coincidido con la visita a la Casa Blanca de Zohran Mamdani, el joven socialista y musulmán que ha ganado la elección a la alcaldía de Nueva York. Todo un contraste: Trump daba palmadas y mostraba sintonía y admiración por Mamdani, mientras se confirmaba la ruptura con una de las grandes figuras de MAGA.

Publicado: noviembre 22, 2025, 1:45 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/marjorie-taylor-greene-trumpista-rompio-trump-deja-20251122070208-nt.html

Es difícil encontrar republicanos dispuestos a enfrentarse al capo del partido, Donald Trump, y será todavía más complicado a partir de enero: Marjorie Taylor Greene, la diputada que fue aliada acérrima del presidente de EE.UU., ha anunciado que dejará su escaño en la Cámara de Representantes. La razón: la reciente y virulenta ruptura con Trump, marcada por su apoyo a la desclasificación de los documentos de Jeffrey Epstein, y la campaña contra ella del presidente, que la llamó «traidora» y dijo que apoyaría a otros candidatos en primarias.

«Dimitiré de mi cargo y mi último día al frente será el 5 de enero de 2026», dijo la diputada en un mensaje de vídeo que compartió en sus redes sociales. «Mi único objetivo y deseo ha sido hacer al Partido Republicano responsable de las promesas que hace al pueblo de EE.UU. y poner primero a EE.UU.», aseguró.

«Me presenté al Congreso en 2020 y he peleado cada día bajo la creencia de que ‘Make America Great Again’ (‘Hacer a EE.UU. grande otra vez’, el lema político de Trump) significa ‘EE.UU. primero’», aseguró en el comunicado, en referencia a la ideología con la que el actual presidente desembarcó en política y en la que Taylor Greene ha sido radical: protección a las clases medias y trabajadoras deterioradas, fin a las guerras caras y dolorosas para los estadounidenses, adiós a la ayuda exterior, mano dura en inmigración, batalla contra los intereses corporativos…

En las últimas semanas, la grieta de Taylor Greene con su partido y con Trump se ha ensanchado. Taylor Greene combatió el reciente cierre gubernamental, al que se llegó por el bloqueo mutuo entre republicanos y demócratas y defendió los subsidios para seguros médicos que estos últimos buscaban mantener. También ha sido crítica con la negativa de Trump a limitar los visados para trabajadores cualificados extranjeros. Y las tensiones estallaron con el caso Epstein, una de sus obsesiones: ella estuvo en el pequeño grupo de republicanos que se unió a los demócratas para forzar un voto sobre la desclasificación de todos sus documentos, a lo que Trump y los republicanos se oponían.

El presidente, que tiene en su relación con el malogrado pedófilo uno de sus talones de Aquiles, se vio forzado a apoyar en el último minuto la desclasificación, que fue después aprobada por el Congreso.

Pero, en medio de las turbulencias, estalló su relación con Taylor Greene. Trump la llamó «traidora» y «chiflada» y le dio su sentencia de muerte política: dijo que el año que viene apoyaría otros candidatos en primarias para su escaño por un distrito de Georgia.

«Tengo demasiado respeto por mí misma, quiero demasiado a mi familia y no quiero que mi querido distrito tenga que aguantar una primaria dolorosa y con odio organizada contra mí por el presidente por el que peleé», defendió.

En el último lustro, Taylor Greene ha sido una de las figuras más agitadas de la ya muy agitada política de EE.UU. Ganó su escaño en 2020, en la misma elección en la que Trump perdió la presidencia ante Joe Biden.

Era un personaje volcánico, adherido a teorías conspiranoicas disparatadas -como que unos incendios de California habían sido causados por láseres lanzados desde el espacio por una poderosa familia judía-, divisivo, con un mensaje extremista. Sus propios compañeros de partido la marginaron nada más llegar a su escaño en enero de 2021.

Después mejoró su relación con los líderes republicanos, en especial con el que después sería presidente de la Cámara, Kevin McCarthy. Taylor Greene ha seguido siendo una figura adorada por el sector más fetén del ‘trumpismo’, las bases leales de Trump, su movimiento populista de derechas.

En los dos últimos años, la diputada relajó su retórica explosiva y la ruptura de las últimas semanas la han acercado a los que antes fueron sus enemigos. Los medios convencionales, que la retrataban como la imagen del extremismo de Trump, no han dejado de invitarle a sus programas. Por ejemplo, con apariciones en CNN o en uno de los programas más progresistas de la mañana, ‘The View’, en la cadena ABC.

«La lealtad tiene que ser una calle de dos sentidos», dijo en el comunicado en relación a su relación con Trump, que solo la entiende en un sentido. «Si MAGA Inc me tira a un lado para ser ser sustituida por neocons, las grandes farmacéuticas, las grandes tecnológicas, el complejo industrial-militar para la guerra, líderes extranjeros y la clase elitista de donantes que no saben quiénes son los verdaderos estadounidenses, entonces muchos estadounidenses comunes también han sido tirado al lado y sustituidos», defendió.

El anuncio de la dimisión de Taylor Greene ha coincidido con la visita a la Casa Blanca de Zohran Mamdani, el joven socialista y musulmán que ha ganado la elección a la alcaldía de Nueva York. Todo un contraste: Trump daba palmadas y mostraba sintonía y admiración por Mamdani, mientras se confirmaba la ruptura con una de las grandes figuras de MAGA.

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