Publicado: octubre 2, 2025, 12:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/protestas-juveniles-marruecos-agudizan-crisis-reinado-mohamed-20251001193750-nt.html
No son masivas pero son constantes desde el pasado sábado. Las protestas de jóvenes marroquíes, convocadas a través de las redes sociales en un intento de movilizar a la Generación Z, están lejos de asemejarse a las de la Primavera Árabe, que a raíz … de los incidentes en Túnez en 2011 arrasaron medio Oriente Próximo. Son, no obstante, un indicio claro de que Marruecos -un vecino y socio decisivo para España, por la inmigración y esos dos factores que se llaman Ceuta y Melilla- está a las puertas de una transición, que podría ser suave, como la de Hassan II con el actual Mohamed VI hace 26 años, o traumática.
De entrada, las reivindicaciones de los jóvenes marroquíes, en Rabat, Casablanca, Agadir y otras ciudades del reino son meramente sociales. Piden una educación pública de calidad y abierta a todos (corren rumores de privatización de centros), y también mejoras en la sanidad. La reciente muerte en un hospital de Agadir de ocho mujeres que entraron por urgencias para someterse a cesáreas sigue conmocionando a Marruecos. Los jóvenes gritan: «Los estadios están ahí ¿pero dónde los hospitales?», en una referencia a los preparativos de la Copa de África -que se jugará a finales de este año- y del Mundial de 2030, que Marruecos quiere organizar junto con España y Portugal.
Los jóvenes que protestan piden también la destitución del primer ministro, y en esa demanda su movimiento se convierte en político. Solo el rey Mohamed VI, monarca absoluto, tiene el poder de cambiar al jefe de gobierno cuando lo estima conveniente, pero nunca por presión en las calles.
La falta de perspectivas para la juventud de Marruecos -se estima que el paro juvenil alcanza al 36 por ciento- ha sido una constante en el país magrebí, y se ha resuelto hasta hoy con la emigración a Europa. Francia tiene casi dos millones de marroquíes, seguida de España con un millón. Italia y Bélgica son otros destinos tradicionales. Ahora, muchos jóvenes de Marruecos consideran que ha llegado la hora de cambiar las tornas: ni Europa les quiere, ni ellos desean emigrar.
Hay, según relataba a finales de agosto un artículo en ‘Le Monde’, «una atmósfera de fin de reinado de Mohamed VI» en Marruecos. El rey tiene solo 62 años, pero lleva mucho tiempo aquejado de la enfermedad de la sarcoidosis, que explica sus frecuentes ingresos hospitalarios en París, y un aspecto envejecido por la pérdida acentuada de peso. En la última Fiesta del Cordero no pasó inadvertida su incapacidad para arrodillarse.
A la salud se suma la falta de ejemplaridad, más acusada en medio de las tribulaciones del marroquí medio. El paso de los años no ha cambiado el amor de Mohamed VI por los placeres y las largas estancias en el extranjero. Un estudio de ‘The Economist’ sacó a la luz que el rey de Marruecos pasaba más de la mitad del año fuera del país, en destinos de recreo no conocidos; el gran terremoto de septiembre de 2023 le encontró, por ejemplo, en uno de ellos.
Para dar sucesión a la corona, Mohamed VI se casó con Lalla Salma, de la que se divorció en 2018. Uno de sus dos hijos, Moulay El Hassan, de 22 años, es el actual príncipe heredero. Después de años apartada de la vida pública, Lalla Salma ha vuelto a reaparecer por indicación de Palacio para indicar que la abdicación y sucesión podrían estar cerca. Hace 9 meses, El Hassan reemplazó por primera vez a su padre en la recepción oficial al presidente de China, Xi Jinping.
¿Será un fin de reinado fácil? Las protestas de los jóvenes marroquíes no lo sugieren. Por otro lado los medios islamistas, reprimidos pero presentes en Marruecos, azuzan el malestar popular por la actitud del país en la ‘crisis de Gaza’. Rabat es el único régimen árabe que respalda, tácitamente, a Israel desde el comienzo de la guerra en la Franja, para subrayar su deseo de estar del lado de Estados Unidos y su agradecimiento a éste por el apoyo a la postura marroquí en el Sahara.