Publicado: febrero 17, 2025, 7:48 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/potencias-europeas-unidas-trump-divididas-ucrania-20250217215117-nt.html
La cumbre europea informal del Elíseo, convocada por Emmanuel Macron, confirmó en la tarde de este lunes la defensa de la libertad y soberanía de Ucrania, pero abrió varios procesos capitales para el futuro de Europa: incierto futuro de la guerra, futuro de una « … arquitectura de seguridad», posible envío de soldados europeos a los frentes ucranianos, independencia y soberanía de los aliados ante la «pinza» del «diálogo directo» entre Donald Trump y Vladimir Putin.
En la cumbre/reunión de trabajo del Elíseo participaron los jefes de Gobierno de Alemania (Olaf Scholz), el Reino Unido (Keir Starmer), Italia (Giorgia Meloni), Polonia, (Donald Tusk), España (Pedro Sánchez), Holanda (Dick Schoof) y Dinamarca (Mette Frederiksen), acompañados del presidente del Consejo Europeo, António Costa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Fue imposible, o no deseado, publicar un comunicado oficial anunciando los resultados y el calendario de nuevos encuentros multilaterales. Como anfitrión, Macron sostuvo una conversación telefónica con Trump. Como canciller de una gran potencia, Alemania, Olaf Scholz hizo un primer balance pedagógico de los logros, desencuentros y objetivos de los aliados.
La conversación personal de Macron con Trump tuvo dos objetivos: informar de los objetivos de la cumbre, para «evitar malentendidos»; y subrayar que «Europa no es enemiga de nadie, pero desea defender sus intereses e identidad».
«Vamos a continuar apoyando a Ucrania»
Scholz, por su parte, fue el primer líder europeo en presentar y comentar los primeros trabajos de la cumbre, desbrozando los trabajos por venir. «Ucrania puede y debe confiar en nosotros», comenzó afirmando el canciller alemán, agregando: «Vamos a continuar apoyando a Ucrania, su libertad, su independencia. Es inaceptable e impensable imponer a Ucrania el dictado de Trump y Putin».
A partir de esa posición de principio capital, Olaf Scholz matizó todos los grandes debates e históricos procesos donde está el futuro de Europa.
«Es altamente inapropiado y prematuro hablar del envío de tropas a Ucrania», declaró el canciller alemán, en la escalerilla de la puerta de entrada del Elíseo, agregando: «Debemos comenzar por echar los fundamentos de un nuevo sistema de seguridad europeo».
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Los líderes europeos en París
El envío de tropas europeas a Ucrania es un debate de gran calado que divide a los miembros de la Unión Europea (UE). Macron ha defendido el envío de varias decenas de millares de soldados europeos, con el fin de instalar una suerte de «fuerzas de interposición». Keir Starmer, el primer ministro inglés, ha defendido una posición bastante parecida, con matices.
Macron propuso, en su día, el envío de tropas antes incluso de la negociación de ningún acuerdo «impuesto» por la pareja Trump/Putin. Starmer, por su parte, sugiere que las tropas europeas podrían ser un «aval» y «confirmación» del proceso de paz… A juicio del primer ministro inglés, oficiando de «intermediario» de Trump, los EE.UU. debieran aportar a Ucrania una «red» protectora. Proyecto muy alejado de las tesis francesas o alemanas.
Entre esas posiciones, el canciller de Alemania considera totalmente «prematuro e inapropiado ese debate». A su modo de ver, la guerra continúa y puede continuar, mientras Ucrania no participe en una eventual negociación imprevista por Putin y Trump, que tienen sus propios puntos de vista.
Debilidad en el bloque
Entrando de manera elíptica en el debate abierto en la cumbre informal de París, el presidente ucraniano lamentó la «debilidad» de los europeos en materia de seguridad y defensa, sentenciando: «Temo honradamente que Europa es débil». Confesión trágica e inquieta.
La debilidad temida por Volodímir Zelenski quizá sea más patente cuando los participantes en la cumbre oficiosa de París, del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, al presidente del Consejo Europeo y la presidenta de la Comisión, Antonio Costa y Ursula von der Leyen, abordaron las posibles alternativas al proyecto de «nueva arquitectura de seguridad europea».
Donald Tusk, primer ministro de Polonia, resumió ese problema de alcance histórico con esta sentencia: «Debemos tomar buena nota de que las relaciones entre Europa y los EE.UU. han entrado en una nueva fase». Esa nueva fase también inquieta y divide a los aliados, abriendo un debate euroatlántico y continental, que Tusk resumió de este modo: «Los participantes en este encuentro de París somos conscientes que las relaciones trasatlánticas, la Alianza, la OTAN, nuestra antigua relación de amistad con los EE.UU. han entrado en crisis. Debemos tomar buena nota y actuar en consecuencia, para asegurar nuestra libertad e independencia».
Nadie duda que los EE.UU. de Trump han iniciado el «alejamiento» quizá definitivo de Europa. Queda por saber el «ritmo» y el «calendario» de ese «alejamiento», no solo militar, que tiene consecuencias estratégicas, institucionales y económicas de inmenso calado.
La UE lanzó hace semanas el proyecto de financiación de una todavía muy lejana Europa de la defensa, Europa de la seguridad, sin romper con la OTAN, pero independiente. Ese proyecto divide profundamente a la UE, cuyos miembros tienen responsabilidades muy distintas.
Algunos miembros de la UE, como Viktor Orbán, son contrarios al gasto europeo en defensa, para defender a Ucrania. Otros miembros, como Pedro Sánchez, son partidarios de defender a Ucrania, con unos presupuestos del Estado español que están en la cola del menor gasto europeo consagrado a seguridad y defensa.
Potencias nucleares
Entre esos extremos, las dos grandes potencias nucleares europeas, Francia y el Reino Unido, tienen posiciones muy distintas y poco compatibles. Macron ha repetido en muchas ocasiones que el arma atómica francesa está al servicio de la seguridad europea. Algunos consejeros eminentes, como Alain Minc, piden a Macron que vuelva a manejar el «sable nuclear» en defensa de Ucrania. Keir Starmer, por el contrario, está muy lejos de poner las armas atómicas inglesas al servicio del nuevo o futuro sistema de seguridad europeo.
En escorzo, como «resumen» del trabajo de fondo y forma de la cumbre oficiosa del Elíseo, volvieron a plantearse los grandes debates sobre el futuro político e ideológico que también enfrenta a Washington con las capitales europeas.
Stéphane Séjourné, exministro francés de Defensa, miembro del equipo europeo de Ursula von der Leyen, declaró tras finalizar el encuentro del Elíseo: «Siento vergüenza por las declaraciones de los dirigentes americanos. El vicepresidente de Trump ha dicho cosas horribles sobre la libertad y la democracia, defendiendo posiciones de las extremas derechas europeas, hostiles a la Unión Europea, favorables a Putin en Ucrania».
La defensa de la libertad y soberanía de Ucrania y Europa fue la gran confirmación de la cumbre oficiosa del Elíseo. El envío de tropas a Ucrania y la concepción de una nueva arquitectura de seguridad europea dejaron al descubierto divisiones profundas e imprevisibles.