Publicado: diciembre 18, 2025, 9:15 pm
Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/hormonas-explican-mujeres-sufren-dolor-intestinal-20251217033926-nt.html
Las mujeres tienen una probabilidad mayor que los hombres de padecer el síndrome del intestino irritable (SII); se trata de una enfermedad crónica que causa dolor abdominal, hinchazón y molestias digestivas. Ahora, científicos de la Universidad de California en San Francisco (EE.UU.) han … descubierto la razón.
La culpa parece estar en los estrógenos. Un estudio que se publica en la revista ‘Science’ explica que los estrógenos activan vías previamente desconocidas en el colon que pueden provocar dolor y aumentar la sensibilidad intestinal de las hembras a ciertos alimentos y sus productos de degradación.
En su trabajo, cuando se administró estrógeno a ratones macho para imitar los niveles observados en las hembras, su sensibilidad al dolor intestinal aumentó hasta igualarse a la de las hembras.
Los hallazgos no sólo explican el predominio femenino en los trastornos de dolor intestinal, sino que también apuntan a posibles nuevas formas de tratar estas afecciones.
La investigación sugiere por qué las dietas bajas en FODMAP (que eliminan ciertos carbohidratos fermentables, como lactosa, fructanos (ajo, cebolla), galactanos (legumbres) y polioles (frutas como manzanas) ayudan a algunos pacientes con SII y por qué los síntomas intestinales de las mujeres a menudo fluctúan con sus ciclos menstruales.
«Hemos hallado una explicación científica rigurosa y, en el proceso, hemos identificado nuevos objetivos farmacológicos potenciales», señala Holly Ingraham, coautora principal del estudio.
Aunque se sabía que el intestino posee un sofisticado sistema de detección del dolor, «este estudio revela cómo las hormonas pueden aumentar esa sensibilidad al interactuar con este sistema a través de una interesante y potente conexión celular», asegura el coautor principal, David Julius, galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2021 por su trabajo sobre la sensación de dolor.
Investigaciones previas habían sugerido que el estrógeno era el responsable de las mayores tasas de SII en mujeres, pero no explicaban por qué.
Para comprender cómo podría estar involucrado el estrógeno primero había que determinar exactamente dónde actuaba la hormona en el intestino.
El equipo esperaba encontrar receptores de estrógeno en las células enterocromafines (CE), que ya se sabía que enviaban señales de dolor desde el intestino hasta la médula espinal.
Sin embargo, se encontraron con una sorpresa: los receptores de estrógeno se concentraban en la parte inferior del colon y en un tipo celular diferente, las células L.
Reacción en cadena
Los investigadores descubrieron una reacción en cadena. Cuando el estrógeno se une a las células L, estas liberan una hormona llamada PYY. El PYY hace que las células vecinas (EC) liberen serotonina. La serotonina activa los nervios del dolor. En ratones hembra, quitar los ovarios o bloquear el estrógeno, el PYY o la serotonina redujo mucho el dolor abdominal.
Durante décadas, se pensaba que PYY suprimía el apetito; de hecho, las compañías farmacéuticas incluso intentaron desarrollarlo como medicamento para bajar de peso. Sin embargo, esos ensayos clínicos fracasaron debido a un preocupante efecto secundario que nunca se explicó por completo: los participantes experimentaron graves molestias intestinales.
Los nuevos hallazgos concuerdan con esta observación y sugieren una función completamente nueva para el PYY.
El aumento de PYY no fue la única respuesta de las células L al estrógeno. Los niveles de otra molécula, llamada Olfr78, también aumentaron en respuesta a la hormona. Olfr78 detecta ácidos grasos de cadena corta, metabolitos producidos cuando las bacterias intestinales digieren ciertos alimentos. Con más receptores Olfr78, las células L se vuelven hipersensibles a estos ácidos grasos y se activan con mayor facilidad, liberando más PYY.
Esto significa que el estrógeno realmente está provocando este doble impacto: primero, aumenta la sensibilidad basal del intestino al aumentar el PYY, y luego también hace que las células L sean más sensibles a estos metabolitos que flotan en el colon.
Esta observación podría explicar por qué las dietas bajas en FODMAP ayudan a algunos pacientes con SII. Los FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) son carbohidratos que las bacterias intestinales fermentan en los mismos ácidos grasos detectados por Olfr78. Al consumir menos FODMAP, los pacientes podrían estar previniendo la activación de Olfr78 y, a su vez, impidiendo que las células L produzcan más PYY, la señal de dolor.
¿Y qué pasa en los hombres?
Si bien los hombres tienen esta misma vía celular, sus niveles más bajos de estrógeno la mantienen relativamente inactiva. Sin embargo, esta vía podría afectar a los hombres que toman medicamentos bloqueadores de andrógenos, los cuales bloquean los efectos de la testosterona y pueden elevar los niveles de estrógeno en algunos casos, lo que podría provocar efectos secundarios digestivos.
El nuevo trabajo sugiere posibles formas de tratar el SII tanto en mujeres como en hombres.
«Incluso para los pacientes que obtienen buenos resultados con una dieta baja en FODMAP, es casi imposible mantenerla a largo plazo», afirma Ingraham. «Pero las vías que hemos identificado podrían aprovecharse como nuevas dianas farmacológicas».
El equipo ahora está estudiando cómo podrían funcionar estos medicamentos, además de plantearse preguntas sobre qué otras hormonas, como la progesterona, podrían desempeñar un papel en la sensibilidad intestinal y cómo el embarazo, la lactancia y los ciclos menstruales normales afectan la función intestinal.
