Los jóvenes que se autolesionan tienen dificultades para procesar el aprendizaje por refuerzo negativo, es decir, para evitar comportamientos con consecuencias negativas. Esta dificultad se explica por una menor activación del núcleo accumbens, una región del cerebro clave en el procesamiento de recompensas y castigos. Esta alteración hace que estas personas tiendan a centrarse en el beneficio inmediato y a no considerra las consecuencias a largo plazo.