El consumo de analgésicos opioides (destinados a reducir el dolor), con o sin receta, ha aumentado globalmente en España en los últimos años y esto es «atribuible a una mayor prescripción médica», como reconoce el Ministerio de Sanidad en sus informes. Su uso, más ceñido tradicionalmente a pacientes oncológicos, se ha extendido ahora a personas con dolor crónico. Solo en cuatro años, el la prescripción de estos fármacos se ha incrementado 1,3 puntos.