Publicado: septiembre 2, 2025, 4:45 pm
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Una semana después de su último acto oficial, el presidente Donald Trump reapareció este martes y aseguró que las noticias sobre su muerte eran, obviamente, exageradas. Calificó de «locura» los rumores y reprochó que hizo «muchas conferencias de prensa». «Después no hice más y … dijeron que había algo malo conmigo. Biden nunca hacía nada y nadie le preguntaba», dio Trump.
Después recordó que el viernes concedió una entrevista, escribió en su red social Truth y pasó tiempo en su club de golf. «Noticias falsas, los medios tienen muy poca credibilidad», remató, antes de justificar su ausencia como parte de «un fin de semana largo, con el festivo del lunes». El lunes era el Día del Trabajo en EE.UU.
Todo esto lo dijo el presidente durante una conferencia de prensa en el Despacho Oval, para anunciar que el comando central de la Fuerza Espacial vuelve de Colorado a Alabama.
Una serie de hematomas eran visibles en el dorso de la mano, disimulados bajo abundante maquillaje. Esto se había unido a la inusual ausencia de agenda pública durante siete días consecutivos, algo que había desatado especulaciones sobre su estado de salud. La Casa Blanca no ha ofrecido explicaciones sobre la causa de las lesiones ni sobre su prolongado silencio público en días pasados.
La última vez que el presidente figuró en agenda fue el martes previo, en una maratoniana sesión de su gabinete en la que, durante tres horas y 17 minutos -un récord en su mandato-, sus secretarios se dedicaron a elogiarlo sin descanso. Tras aquella comparecencia, Trump no volvió a tener actividad pública hasta este lunes. En la mesa de la Sala de Gabinete se apreciaban con claridad los hematomas en el dorso de su mano, sobre los que no ha ofrecido explicación alguna.
Especulaciones sobre la salud del presidente
En la era de las redes sociales, donde los rumores se propagan con rapidez y en tiempos de Joe Biden incluso llegaron a darlo varias veces por muerto, la ausencia de Trump en la Casa Blanca el miércoles, jueves y viernes desató especulaciones. El sábado, numerosos críticos aseguraban que, igual que cuando enfermó de covid, el presidente estaba de nuevo enfermo y oculto al país.
Volvió a jugar al golf el domingo y también el lunes, coincidiendo con el Día del Trabajador en Estados Unidos. Lo llamativo es que esa festividad suele pasarla en su club de Nueva Jersey, donde está más expuesto a socios y conocidos, pero esta vez la Casa Blanca cambió los planes. Se sabe porque el viaje había sido anunciado la semana anterior y fue cancelado a última hora, sin dar explicaciones.
Washington, un mentidero constante de rumores, bullía estos días como en la era de Biden, cuando se decía que necesitaba oxígeno, que lo trasladaban de urgencia y que las calles se cerraban para llevarlo, como en 2020, al hospital militar de Walter Reed.
«Preguntas exageradas»
La Casa Blanca acusó a la prensa de exagerar con sus preguntas y de alimentar el sensacionalismo con sus dudas. La portavoz, Karoline Leavitt, aseguró que el presidente Trump había estado en reuniones y precisó que el jueves almorzó con el director del Instituto Smithsonian, encargado de los museos de Washington, y que el viernes concedió una entrevista al medio digital Daily Caller. Su corresponsal afirmó haber visto y hablado con Trump, y sostuvo que lo encontró en buen estado.
Además, el viernes una música atronadora con los grandes éxitos que entusiasman al presidente -«God Bless the USA» de Lee Greenwood, «YMCA» de Village People- sonaba desde el nuevo sistema de sonido instalado en la rosaleda. El equipo de prensa explicó que era Trump quien había decidido poner música para agasajar a sus invitados.
La salud del presidente, que tiene 79 años, es desde la época de Biden un asunto que preocupa a muchos estadounidenses, sobre todo tras los intentos de la anterior Casa Blanca de ocultar el declive del exmandatario y acusar a los periodistas de sensacionalistas. Trump, desde luego, se muestra con más brío que su predecesor, pero las dudas de la prensa resultan igualmente legítimas dada su edad semejante.
A sus 79 años, el presidente ha perdido peso, pero sigue siendo conocida su afición a la comida rápida y a las hamburguesas. El asunto de los hematomas en las manos no ha sido aclarado, aunque algunos medios en EE.UU. han citado a analistas médicos que apuntan a que podrían deberse a problemas circulatorios o vasculares propios de la edad, lo que también explicaría la hinchazón de los tobillos. Los exámenes médicos difundidos por Trump insisten, en el tono hiperbólico que lo caracteriza, en que está «sano como un chaval».