Publicado: noviembre 1, 2025, 10:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/mafia-nueva-york-padrino-poca-sangre-tecnologia-20251102172052-nt.html
Muchos podrían pensar que la mafia de Nueva York era algo del pasado. Aunque te quiera convencer de lo contrario el tipo –pantalón de chándal, panza, pelo engominado, esclava en la muñeca– que sale del almacén de una pizzería del sur de Brooklyn. O … la decoración navideña excesiva, cara y pretenciosa de las mansiones italianas de Dyker Heights. O el cochazo del que sale alguien con chaqueta de cuero y palillo en boca, antes de entrar en un ‘deli’ de mala muerte en Queens.
La mafia neoyorquina podría parecer desaparecida, sin el control que antes tenía en el tejido de la contrata pública, del sindicato, del favor político, de la concesión de licencias. Aunque te quiera convencer de lo contrario el camión destartalado que recoge y olvida basura en las aceras, o la lentitud de tantas obras, donde siempre parece que hay demasiado operario ocioso.
Pero la mafia ha saltado estos días a los titulares. Ha reaparecido y lo ha hecho con los nombres de siempre, eso que hacían correr un escalofrío en la espalda: los Gambino, los Bonanno, los Lucchese, los Genovese… Lo ha hecho por un asunto clásico en su línea de negocio –el fraude–, pero con el relumbrón de meter en el ajo a estrellas de la NBA.
La plana mayor del orden en Estados Unidos y la Gran Manzana –el director del FBI, la jefa de la policía de Nueva York, los fiscales, los investigadores, agentes de todo pelaje, con probabilidad también algún chivato– se citaron para anunciar una investigación y procesamiento contra la mafia. Los protagonistas eran miembros de la organización criminal con más leyenda de la historia del crimen: la Cosa Nostra, las ‘cinco familias’ de Nueva York.
Miembros de cuatro de esas cinco familias históricas –los Colombo siguen en activo, pero no estaban implicados en este caso– participaron en la trama, en la que se organizaban timbas de póker amañadas. En ellas, había figuras de reclamo como una estrella de la NBA, el exjugador y actual entrenador de los Portland Trail Blazers, Chauncey Billups. El que fuera excelente base y campeón en 2004 con los Detroit Pistons apunta a haber participado también en otra trama comunicada al mismo tiempo por las autoridades, relacionada con amaño de apuestas deportivas en partidos de la NBA.
El padre, ‘Lucly’ Luciano
Entre los señalados en las imputaciones de la Fiscalía por las timbas fraudulentas estaban Matthew ‘El luchador’ Daddino y Lee Fama, dos mafiosos vinculadas a la familia Genovese. La conexión deportiva de la estafa sacaría una sonrisa en su tumba en el cementerio de St. John, en Queens, a Salvatore Lucania, más conocido como Charles ‘Lucky’ Luciano.
Salvatore Lucania, más conocido como Charles ‘Lucky’ Luciano, es el padre de la mafia italoamericana
Foto del lugar de entierro de Luciano
A Luciano, que emigró a EE.UU. como niño a principios del siglo XX desde la pobreza de Sicilia, se le considera el padre de la mafia italoamericana, de la entente de las ‘cinco familias’, del establecimiento de la llamada ‘Comisión’. Él aprendió el oficio de otro icono del crimen, Arnold ‘El Cerebro’ Rothenstein, capo de la mafia judía neoyorquina. Rothenstein fue quien arregló las Series Mundiales de béisbol de 1919 –entonces, el evento más importante cada año en el país–, en la que los White Sox de Chicago se dejaron ganar para que otros ganaran de verdad en las apuestas. Luciano todavía era un malandro que formaba parte de la banda de Five Points, fundada por jóvenes criminales irlandeses e italianos y donde también se fogueó el más famoso de todos los mafiosos, Al Capone.
1962: muere de un infarto ‘Lucky’ Luciano, de los Genovese
Luciano se formó con Rothstein en la venta de alcohol –entonces prohibido–, las apuestas ilegales, los amaños deportivos y el lavado de todo lo robado. Después, aprovechó la llamada guerra de Castellmamarese, un enfrentamiento entre clanes mafiosos sicilianos, para eliminar a su cúpula y establecer en 1931 una nueva estructura en la mafia, más organizada, más ambiciosa y más violenta: las ‘cinco familias’ de Nueva York y, a nivel nacional, la llamada ‘Comisión’.
En lugar del tradicional ‘capo di tutti di capi’, ese organismo solucionaba conflictos entre familias, repartía negocios y coordinaba esfuerzos cuando era necesaria. Eso no evitó constantes derramamientos de sangre: asesinatos entre familias, guerras violentas para controlar la Comisión, traiciones, venganzas, ajustes de cuentas.
Se organizaban timbas de póker amañadas. En ellas, había figuras de reclamo como una estrella de la NBA, el exjugador y actual entrenador de los Portland Trail Blazers, Chauncey Billups
La trama destapada ahora por las autoridades, con cuatro grandes familias colaborando en el delito, es herencia de aquella estructura ideada por Luciano hace casi un siglo. Pero con algo poco habitual: unión para hacer negocio.
«Juntar a cuatro de las cinco familias en un solo escrito de imputación es algo extraordinariamente raro», aseguró la comisionada de la policía de Nueva York, Jessica Tisch. «Dice mucho de la cantidad de dinero que había encima de la mesa».
Una estafa de 7 millones
La investigación continúa, pero por ahora las autoridades han detectado que los timadores sacaron siete millones de dólares a las víctimas en timbas amañadas. Cómo serían de altos los vuelos de estas partidas de póker, que una sola persona perdió 1,9 millones en una noche.
Cada familia se llevó un trozo del pastel. Los Bonanno operaban partidas en Lexington Avenue. Los Gambino, en Washington Place. Los Genovese y los Lucchese se encargaban de recolectar los beneficios.
En esta trama, los actores tenían la afiliación a las familias con los nombres escuchados tantas veces pero la película no fue como la que se espera de la mafia. No fue ‘El Padrino’ de Francis Ford Coppola y Mario Puzzo, supuestamente inspirado en figuras de los Genovese y de los Bonanno («puede que sea ficción, pero para mí era nuestra vida», dijo Salvatore ‘Sammy el Toro’ Gravano, cuando salió de verla en el cine). Ni ‘Goodfellas’ de Martin Scorsese y Nicholas Pileggi, que bebió de los Gambino. Esto fue más algo entre ‘Ocean’s Eleven’ y una de James Bond: sin tiros en la nuca, sin cuerpos en un descampado de Long Island, con engaño y tecnología.
Los mafiosos organizaron unas timbas de póker con amaño de última generación. Las máquinas de revolver las cartas tenían sensores que leían cada una de ellas. Se transmitían las bazas a un ‘quarterback’ sentado en la mesa, que después gesticulaba en clave para chivar quién iba cargado.
El más famoso de los mafiosos italoamericanos
Al Capone se fogueó, como Luciano, el padre de la mafia italoamericana, en la joven banda Five Points fundada por irlandeses e italianos
El descubrimiento de la trama ha mostrado dos cosas: la mafia sigue existiendo, pero su ‘modus operandi’ es diferente. Menos sangre y más guante blanco. Más discreción y menos años en la cárcel. Los ajustes de cuentas, la violencia, la extorsión no han desaparecido. De vez en cuando, la prensa local da cuenta de ello. Pero no son comparables a la brutalidad de sus abuelos. O incluso de sus padres. La última figura de peso fue John Gotti, en la década de 1980, que ordenó la muerte de un ‘boss’ de los Gambino para ponerse él (después, fue delatado por el mismo ‘Sammy el Toro’).
Para entonces, el Gobierno ya se había empezado a tomar en serio a la mafia, a combatir sus tentáculos en la política, a crear tipos delictivos para cortarle los pies con más facilidad. Su poder se ha diluido en las últimas décadas, se han descabezado las familias, los barrios se han llenado de soplones de la policía. Cada vez sale menos a cuenta rajarle el cuello a alguien.
Entre 100 y 250 integrantes
Su tamaño también es mucho menor: las estimaciones de los expertos calculan que las familias tienen entre 100 y 250 integrantes, lejos de cuando eran verdaderos ejércitos que se colaban casi en cada aspecto de la vida neoyorquina.
El sensacionalista (y sensacional) diario local ‘The New York Post’, cuyos lectores han devorado la vida y milagros de los viejos matones de la mafia –Gotti era un habitual de sus portadas–, parecía indignado con estos mafiosos que no pegan tiros. «La mafia de la ciudad de Nueva York es una carcasa patética de lo que fue», publicaba hace unos días. «John Gotti se debe estar revolviendo en su tumba por lo débil y cabeza hueca que se han vuelto las cinco familias», añadía, antes de calificar a los mafiosos de hoy como «granujas de medio pelo», «soplones» y «zoquetes».
«Lo único que no ha cambiado en cien años es que tienes que seguir siendo italiano», decía al periódico una fuente policial. «Hoy dejan entrar a ladrones de coches. En los viejos tiempos, la mayoría de los ‘made men’ (integrantes de la mafia) tenían que haber matado a alguien. O, al menos, recaudar mucho dinero. Ahora les vale con migajas». También en el mundo del crimen organizado, cualquier tiempo pasado fue mejor.
