Pues parece que la Luna podría ser mucho más antigua de lo que creíamos aunque, hasta ahora, nos haya despistado gracias a un evento geológico que podría haber «maquillado su edad» durante mucho tiempo. Según apunta un artículo publicado este miércoles en la revista científica ‘Nature’, nuestro único satélite natural podría haberse formado originalmente hace unos 4.510 millones de años y, posteriormente, unos 160 millones de años más tarde, podría haber experimentado una «refusión» que habría ‘rejuvenecido’ su superficie y durante muchos años nos habría hecho creer que el suelo lunar es mucho más joven de lo que realmente es. Este sorprendente hallazgo plantea nuevas preguntas sobre su origen y sobre los procesos que moldearon nuestro vecindario espacial durante sus albores.