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La guerra de Ucrania se cuela en la cumbre del clima de Brasil

El tema de la guerra de Ucrania se ha colado entre tensiones diplomáticas que están haciendo naufragar una de las principales propuestas del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la COP30, la cumbre internacional sobre clima que se celebra en Belém, en … la Amazonia. Según la prensa local, Noruega, Finlandia, Alemania y Reino Unido, han cuestionado la posición neutral de Brasil con relación a Rusia durante las reuniones bilaterales y se han abstenido, por ello, a anunciar contribuciones concretas al Fondo de Preservación de Bosques Tropicales (TFFF por su sigla en inglés), un mecanismo propuesto por el líder brasileño como una alternativa para salvar los bosques tropicales.
El portal de noticias UOL, del grupo ‘Folha’ de São Paulo, reveló que la posición neutral de Lula en el conflicto Ucrania-Rusia fue un tema central en sus reuniones bilaterales con líderes europeos durante la COP30 en Belém. Según el medio, Noruega, Finlandia, Alemania y Reino Unido exigieron al líder brasileño una actuación más firme para presionar por el fin de la invasión rusa. La situación habría sido especialmente tensa con Finlandia, que comparte la frontera más larga de Europa con Rusia y se unió a la OTAN en 2023, donde este tema habría sido el eje de la conversación.
Aunque el presidente Lula se habría mostrado dispuesto a actuar, su Gobierno señaló que la Cumbre del G20 en Sudáfrica sería el foro adecuado para abordar la paz en Ucrania, y trató de separar los debates de la esfera climática, sin conseguirlo. Esa falta de acuerdo sería una de las razones para que los primeros ministros de Alemania y Reino Unido, salieran de Belém sin anunciar medidas concretas.

El TFFF fue anunciado por Lula en la Cumbre de Líderes de la COP30 como una de sus grandes apuestas en un evento en el que se esperan pocos avances. El Gobierno brasileño esperaba recaudar 125.000 millones de dólares para el fondo en esta cumbre, pero recibió apenas 5.500 millones, 3.000 millones de Noruega, 500 millones de Francia, mil millones de Indonesia y mil millones del propio Brasil.
En entrevista a UOL, el ministro de Medio Ambiente noruego, Andreas Eriksen, vinculó implícitamente la ayuda climática al contexto geopolítico, haciendo un llamamiento a la acción de Lula. «El primer ministro de Noruega fue bastante claro cuando estuvo aquí la semana pasada sobre la importancia de acabar con la invasión de Ucrania y de unirnos para que la ley internacional prevalezca», afirmó Eriksen.
El ministro noruego sugirió que Brasil podría complementar la presión occidental sobre Moscú. «Creo que Brasil tiene definitivamente un papel y puede unirse de manera diferente a la nuestra con otros países. Eso puede complementar nuestra forma de actuar para encerrar esa situación (la guerra en Ucrania), así como puede ayudar a combatir el cambio climático», declaró Andreas Eriksen, Ministro de Medio Ambiente de Noruega. Eriksen enfatizó la necesidad de abordar simultáneamente ambos desafíos: «Espero que podamos llegar a los dos objetivos, porque necesitamos resolver las guerras en Ucrania y en otros lugares y, al mismo tiempo, combatir el cambio climático».

La cancillería brasileña lo niega

Fuentes de la Cancillería brasileña negaron que haya una conexión directa entre la posición de Brasil sobre Ucrania y la retención de fondos climáticos. Asesores de Lula afirmaron que «no tendría sentido» condicionar los aportes, pues «no puede mezclarse el tema de seguridad con la cuestión climática».
Pero esa conexión fue hecha por el propio Lula al abrir la Cumbre de Líderes la semana pasada, cuando criticó los gastos militares y pidió que los recursos globales se orienten hacia soluciones climáticas. «Si los hombres que hacen guerra estuvieran aquí, ellos verían que es más barato ayudar al clima que hacer guerra», sentenció el presidente.
La diplomacia brasileña interpreta la presión europea como un reconocimiento de la influencia que tiene Lula sobre el presidente ruso, Vladímir Putin, una relación destacada por la reciente participación del líder brasileño en la conmemoración de la victoria sobre la Alemania nazi en Moscú.
Sin embargo, el objetivo inicial de la COP30 se ha vuelto inalcanzable y puede ser uno de los fracasos del evento. La falta de anuncios por parte de potencias como Alemania y Reino Unido han obligado a los negociadores brasileños a adoptar una meta «flexible» y a centrar sus esperanzas en que el resto de la conferencia, aún en marcha, se centre en la implementación de políticas más que en los grandes anuncios de financiación.

Publicado: noviembre 15, 2025, 1:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/guerra-ucrania-cuela-cumbre-clima-brasil-20251115163125-nt.html

El tema de la guerra de Ucrania se ha colado entre tensiones diplomáticas que están haciendo naufragar una de las principales propuestas del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la COP30, la cumbre internacional sobre clima que se celebra en Belém, en la Amazonia. Según la prensa local, Noruega, Finlandia, Alemania y Reino Unido, han cuestionado la posición neutral de Brasil con relación a Rusia durante las reuniones bilaterales y se han abstenido, por ello, a anunciar contribuciones concretas al Fondo de Preservación de Bosques Tropicales (TFFF por su sigla en inglés), un mecanismo propuesto por el líder brasileño como una alternativa para salvar los bosques tropicales.

El portal de noticias UOL, del grupo ‘Folha’ de São Paulo, reveló que la posición neutral de Lula en el conflicto Ucrania-Rusia fue un tema central en sus reuniones bilaterales con líderes europeos durante la COP30 en Belém. Según el medio, Noruega, Finlandia, Alemania y Reino Unido exigieron al líder brasileño una actuación más firme para presionar por el fin de la invasión rusa. La situación habría sido especialmente tensa con Finlandia, que comparte la frontera más larga de Europa con Rusia y se unió a la OTAN en 2023, donde este tema habría sido el eje de la conversación.

Aunque el presidente Lula se habría mostrado dispuesto a actuar, su Gobierno señaló que la Cumbre del G20 en Sudáfrica sería el foro adecuado para abordar la paz en Ucrania, y trató de separar los debates de la esfera climática, sin conseguirlo. Esa falta de acuerdo sería una de las razones para que los primeros ministros de Alemania y Reino Unido, salieran de Belém sin anunciar medidas concretas.

El TFFF fue anunciado por Lula en la Cumbre de Líderes de la COP30 como una de sus grandes apuestas en un evento en el que se esperan pocos avances. El Gobierno brasileño esperaba recaudar 125.000 millones de dólares para el fondo en esta cumbre, pero recibió apenas 5.500 millones, 3.000 millones de Noruega, 500 millones de Francia, mil millones de Indonesia y mil millones del propio Brasil.

En entrevista a UOL, el ministro de Medio Ambiente noruego, Andreas Eriksen, vinculó implícitamente la ayuda climática al contexto geopolítico, haciendo un llamamiento a la acción de Lula. «El primer ministro de Noruega fue bastante claro cuando estuvo aquí la semana pasada sobre la importancia de acabar con la invasión de Ucrania y de unirnos para que la ley internacional prevalezca», afirmó Eriksen.

El ministro noruego sugirió que Brasil podría complementar la presión occidental sobre Moscú. «Creo que Brasil tiene definitivamente un papel y puede unirse de manera diferente a la nuestra con otros países. Eso puede complementar nuestra forma de actuar para encerrar esa situación (la guerra en Ucrania), así como puede ayudar a combatir el cambio climático», declaró Andreas Eriksen, Ministro de Medio Ambiente de Noruega. Eriksen enfatizó la necesidad de abordar simultáneamente ambos desafíos: «Espero que podamos llegar a los dos objetivos, porque necesitamos resolver las guerras en Ucrania y en otros lugares y, al mismo tiempo, combatir el cambio climático».

La cancillería brasileña lo niega

Fuentes de la Cancillería brasileña negaron que haya una conexión directa entre la posición de Brasil sobre Ucrania y la retención de fondos climáticos. Asesores de Lula afirmaron que «no tendría sentido» condicionar los aportes, pues «no puede mezclarse el tema de seguridad con la cuestión climática».

Pero esa conexión fue hecha por el propio Lula al abrir la Cumbre de Líderes la semana pasada, cuando criticó los gastos militares y pidió que los recursos globales se orienten hacia soluciones climáticas. «Si los hombres que hacen guerra estuvieran aquí, ellos verían que es más barato ayudar al clima que hacer guerra», sentenció el presidente.

La diplomacia brasileña interpreta la presión europea como un reconocimiento de la influencia que tiene Lula sobre el presidente ruso, Vladímir Putin, una relación destacada por la reciente participación del líder brasileño en la conmemoración de la victoria sobre la Alemania nazi en Moscú.

Sin embargo, el objetivo inicial de la COP30 se ha vuelto inalcanzable y puede ser uno de los fracasos del evento. La falta de anuncios por parte de potencias como Alemania y Reino Unido han obligado a los negociadores brasileños a adoptar una meta «flexible» y a centrar sus esperanzas en que el resto de la conferencia, aún en marcha, se centre en la implementación de políticas más que en los grandes anuncios de financiación.

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