Publicado: septiembre 28, 2025, 8:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/guerra-francia-alemania-nuevo-caza-europeo-20250927141707-nt.html
El Gobierno federal alemán se ha dado hasta fin de año para resolver sus diferencias con Francia en el programa del Sistema Aéreo de Combate del Futuro (FCAS, por sus siglas en inglés) que ambos comparten con España y cuyo objetivo es desarrollar un … nuevo cazabombardero europeo. El ambicioso programa está dotado con un presupuesto de 100.000 millones de euros y debe servir para sustituir tanto a los Eurofihgter que poseen Alemania y España como los Rafale franceses que construye Dassault Aviation.
El canciller alemán, Friedrich Merz, considera inaceptables las pretensiones industriales del fabricante francés y estaría considerando la búsqueda de socios alternativos, para lo que habría mirado hacia el Reino Unido, que también es socio en el Eurofighter, o incluso Suecia, que es de los pocos países con capacidad propia para construir aviones modernos. En los últimos días, el Gobierno de París ha lanzado mensajes conciliadores en público. Pero, esta semana, una fuente gubernamental francesa habría filtrado de forma interesada el mensaje de que «Francia podría construir un nuevo avión de combate por sí sola», sin necesidad de socios como Alemania.
El programa FCAS fue lanzado en 2017 con la idea de sumar la potencia industrial y tecnológica de las dos economías más importantes de la Unión Europea, en un proyecto que de todos modos no será realidad antes de 2040. España se sumó a este plan, que fortalecería la autonomía estratégica de Europa en un campo esencial, a pesar de la dolorosa experiencia de los elevados costes del Eurofighter, que se han atribuido en gran parte a la complejidad de fabricarlo como un proyecto multinacional. Sin embargo, en el seno de la UE las alianzas entre Francia y Alemania son siempre un buen síntoma, igual que se considera que sus discrepancias pueden contagiar a la vida política comunitaria.
Participación de Indra
En el proyecto FCAS, la parte española la representa Indra, que se encuentra atrapada en esta batalla entre dos gigantes sin mucho margen de maniobra. La tecnológica española tiene mucho que ganar en este proyecto, siempre que no se acabe encontrando enredada en una disputa ajena. En efecto, ya antes de entrar en la segunda fase operativa (la construcción de un prototipo), las tensiones entre Airbus, que es la parte alemana, con Dassault, amenazan con dar al traste con el proyecto. Los alemanes se quejan de que el socio francés exige demasiado protagonismo en el proceso de fabricación, mientras que Dassault insiste en que no puede trabajar si tiene que consultar cada paso con los alemanes y españoles. Los franceses parecen haber aprendido en cabeza ajena viendo los sobrecostes que ha tenido el Eurofighter. Por su parte, Berlín está frustrado por lo que considera una presión excesiva de la industria francesa para tener un papel preponderante en el programa y, por ello, estaría sopesando ahora opciones alternativas, incluyendo proceder sin Francia. «En algún momento, el parlamento tendrá que decir: ‘O necesitamos este avión o no’», comentó el diputado socialdemócrata Andreas Schwarz.
La publicación alemana especializada en defensa ‘Hartpunkt’ ha llegado a decir que Dassault pretende obtener una participación del 80% en el trabajo del sistema de armas de nueva generación (NGWS), que es el componente central del proyecto y que combina las posibilidades de un avión de combate de nueva generación con drones y conectividad en la nube. Luego, la parte francesa ha calificado como «exageradas» esas alegaciones, pero, al mismo tiempo, la amenaza de seguir por su cuenta el desarrollo de un nuevo cazabombardero moderno confirma indirectamente ese desequilibrio.
Más claro fue el director ejecutivo de Dassault, Éric Trappier, quien intervino esta semana en la inauguración de una nueva fábrica de Rafale. Allí afirmó que «si los alemanes quieren hacerlo solos, que lo hagan solos», aunque poco después el Ministerio de Defensa francés adoptó un tono más conciliador, comprometiéndose a alcanzar «una solución mutuamente aceptable para finales de año» y afirmando que los socios siguen «plenamente movilizados para prepararse para la fase dos».
Francia utiliza los Rafale y, dentro de Europa, también Grecia. Fuera de la OTAN, disponen de este aparato Qatar, Egipto y la India, que recientemente lo puso a prueba en combate con los aparatos chinos Chengdu J-10CE que opera Pakistán y que lograron derribar al menos un Rafale. El Eurofighter Typhoon está en los arsenales de los países que forman el consorcio que lo fabrica (Alemania, España, Reino Unido e Italia) y, dado su elevado coste, solamente ha llegado a atraer el interés de Austria, que lo mantiene en su flota aunque sin demasiado entusiasmo. Sin embargo, Arabia Saudí y otros países árabes sí que han adquirido un número relevante de unidades. El sueco Saab Gripen es claramente inferior, aunque ha tenido cierto éxito comercial fuera de Europa, debido sobre todo a su bajo coste comparado con las otras dos opciones europeas.