Publicado: julio 5, 2025, 8:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/extrema-derecha-alemana-maquilla-discurso-convertirse-potencial-20250705135655-nt.html
Escuchando a Alice Weidel y a Timo Chrupalla, líderes de Alternativa para Alemania (AfD), no se diría que el partido esté en vías de abandonar su radicalidad. En la rueda de prensa previa al «retiro de estrategia» convocado por la directiva este sábado … en Berlín, ambos han arremetido en tromba contra el canciller Friedrich Merz, al que acusan de estar creando un nivel de deuda pública inédito en la historia de la República Federal.
Le han culpado de levantar el freno a la deuda de la ley fundamental; de desatender la seguridad de las fronteras alemanas mientras gasta ingentes cantidades de presupuesto en armas estadounidenses que después enviará a Ucrania; y de incumplir una tras otra sus promesas electorales en perjuicio de los ciudadanos, haciendo sangre especialmente en la reciente decisión de rebajar el precio de la electricidad a la industria, pero no a los hogares. Han hecho leña de la ola de abusos a mujeres y menores en las piscinas públicas alemanas, por parte de extranjeros «fuera de control ante chicas en bikini», y de la creciente presencia de clanes delictivos, que se hacen con el control de barrios enteros en las capitales alemanas.
Weidel ha comparado incluso a miembros de la coalición gubernamental con Hitler, concretamente a los socialdemócratas que el pasado fin de semana, en la conferencia del SPD, se mostraron partidarios de un procedimiento de prohibición de AfD. «Adolf Hitler fue el primero en prohibir otros partidos y restringir la libertad de prensa. Criminalizar a la AfD me recuerda a tiempos muy oscuros«, ha dicho.
El objetivo declarado de este «retiro de estrategia», sin embargo, es trabajar en una imagen menos radical, con la que apelar a votantes situados más en el centro pero descontentos. Sólo así podrá AfD elevarse desde el 23% que actualmente le otorgan las encuestas hasta una mayoría que le permita gobernar o, al menos, trazar alianzas con otros partidos, en lugar de seguir sometido al más absoluto ostracismo, como hasta ahora.
La Oficina Federal para la Protección de la Constitución ha declarado oficialmente a AfD como hostil a la ley fundamental y la directiva del partido ha invitado a los 151 miembros del grupo parlamentario para ponerse de acuerdo con ellos sobre algunas posiciones comunes, especialmente en política exterior, que desactiven las disputas internas y permitan adoptar un perfil más moderado. Se trata de cuestiones de estilo. Quieren aclarar, por ejemplo, cuándo se requiere un abucheo en la sesión plenaria y qué vestimenta es la adecuada para «expresar nuestra orientación». Pero también hay sobre la mesa, en esta reunión a puerta cerrada, cuestiones de fondo. Una de ellas es cómo AfD debe tratar con los otros partidos para convertirse en un potencial socio del gobierno.
Cirugía estética en su programa político
El documento político de siete puntos en el que se basa la reunión, dos términos de batalla han desaparecido: «cultura dominante alemana» y «remigración». Anteriormente, el partido exigía: «promover la remigración para crear viviendas para los autóctonos» y «cultura dominante alemana en lugar de multiculturalismo».
Ahora, el documento aconseja «relajar el mercado inmobiliario para los locales, limitando la inmigración». Salvo esta pequeña cirugía estética, su política permanece intacta. Se proponen «desactivar los factores de atracción», lo que en la práctica significa hacer la vida difícil a los inmigrantes, califican el islamismo como «la mayor amenaza a la seguridad de Alemania« y abogan por deportaciones masivas, »especialmente a Siria y Afganistán«. Defienden reducciones del impuesto sobre la renta y del impuesto de sociedades, así como abolir el de solidaridad y la prohibición de los motores de combustión interna. Quieren el regreso a la energía nuclear y que los gasoductos Nord Stream sean reparados y vueltos a poner en funcionamiento. Están decididos a reforzar la Bundeswehr como el servicio militar obligatorio e imponer el criterio «Alemania primero» en la defensa: terminar con las ayudas a ucrania y reorientar la política exterior hacia Rusia.
Hablan de una reducción drástica de las ayudas sociales, como sería la eliminación del llamado «Burgergeld» y abundan en una valoración dramática de la «situación desoladora» que atraviesa Alemania, provocada a su juicio por «las continuas decisiones equivocadas de los viejos partidos». «Los miembros se esfuerzan por una presencia unida y moderada en el parlamento para garantizar la capacidad política de acción y la credibilidad del grupo parlamentario», dice el borrador del documento filtrado por medios alemanes. Chrupalla quiere pedir un tono más moderado en las intervenciones en el Bundestag, donde el número de llamadas al orden en el pleno ha aumentado significativamente de las 47 del anterior período legislativo a las 135 registradas en los primeros meses del actual, que inició el 25 de marzo.
AfD reacciona así al endurecimiento de la política migratoria por parte del Gobierno Merz, que deja a la extrema derecha sin discurso, e intenta buscar su sitio como oposición. A pesar de su fuerza, el partido carece de una perspectiva clara del poder. En Sajonia-Anhalt, donde se celebrarán elecciones en septiembre del próximo año, se prevé un gobierno de partido único. Pero en el gobierno federal y el resto de los Bundesländer, esa posibilidad es ilusoria y AfD necesita presentarse como socio potencial.