La danza como herramienta terapéutica mejora el equilibrio (lo que, a su vez, reduce el riesgo de caídas) y el bienestar emocional de las personas que sufren alzhéimer u otros tipos de demencias. Así lo demuestra un estudio desarrollado por Ace Alzheimer Center de Barcelona y el Campus de Salud del Festival Peralada. Esta investigación siguió durante cuatro meses a 25 pacientes con alzhéimer moderado o avanzado de entre 45 y 80 años quienes participaban en dos talleres semanales (de una hora cada uno). El estudio ha confirmado que la cognifición de los pacientes ni mejoró ni empeoró, sino que se mantiene estable.