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La caja negra del cáncer revela el pasado oculto de los tumores y predice su futuro

El cáncer no aparece de un día para otro. No es un salto brusco entre estar sano y enfermo, sino un proceso silencioso que se inicia cuando una sola célula comienza a dividirse y a generar variabilidad. Años después, cuando ya existen millones de células … tumorales, aparecen los primeros síntomas y se produce el diagnóstico. Cuando se diagnostica en la clínica, lo que vemos es solo una instantánea del presente: la biopsia muestra el tumor en ese momento, pero no revela cómo ha llegado hasta ahí.
Ese tumor tiene detrás una historia evolutiva oculta, como una «caja negra» que guarda información sobre su origen, su velocidad de crecimiento y su grado de diversidad.
Ahora, un equipo internacional coordinado desde el IDIBAPS ha descifrado cómo leer esa historia oculta. Lo ha hecho gracias a EVOFLUx, un algoritmo que analiza una marca epigenética llamada metilación del ADN. Lo que antes se interpretaba como simple «ruido» en los datos genómicos se revela ahora como la caja negra del cáncer, un registro silencioso de su evolución desde la célula original hasta el momento presente.

Marca epigenética

«Hemos descubierto es que esa historia queda registrada en el ADN, a través de una marca epigenética llamada metilación, y que puede ser descodificada con métodos matemáticos», explica a ABC Salud Iñaki Martín-Subero, investigador ICREA y jefe del grupo de Epigenómica Biomédica del IDIBAPS.
En la práctica clínica, los oncólogos suelen contar con «fotografías» estáticas del tumor: cómo luce en la biopsia, qué porcentaje de células se dividen, qué mutaciones presenta. Con EVOFLUx, en cambio, es posible reconstruir una película entera.
«Esta nueva herramienta nos permite leer la historia pasada del cáncer y conocer cuándo se originó el tumor, a qué velocidad ha ido creciendo y si ha creado diversidad celular», detalla Martín-Subero, coordinador del estudio que se publica en ‘Nature’. «Esto no solo es importante para comprender mejor la biología del cáncer, sino que también tiene aplicaciones clínicas muy directas».
«Reanalizamos datos epigenéticos antiguos desde una perspectiva completamente nueva», comenta Calum Gabbutt del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres.
La diferencia es crucial.
Asegura Martín-Subero que, igual que en psicología, «donde el mejor predictor del comportamiento futuro de alguien es cómo se ha comportado en el pasado, en cáncer sucede algo similar: los tumores que crecieron rápido en su historia tienden a seguir creciendo con agresividad; los que se formaron lentamente suelen ser menos peligrosos».

A la izquierda Iñaki Martín-Subero, a la derecha Martí Duran-Ferrer.

IDIBAPS

El método ya se ha aplicado en 2.000 muestras de leucemias y linfomas, con resultados validados clínicamente. «En algunos casos, como la leucemia linfática crónica, que no siempre requiere tratamiento inmediato, la herramienta ha permitido anticipar con años de antelación cuándo será necesario tratar al paciente», indica.
En el caso de la leucemia linfática crónica, añade Martín-Subero, «logramos predecir cuándo la enfermedad necesitará tratamiento con años de antelación».
En su opinión, «esto abre la puerta a una medicina mucho más personalizada, que se adapta al ritmo biológico real del tumor en cada paciente».

Después del diagnóstico

Sin embargo, aclara este investigador que ello no significa que se trate de una técnica de detección precoz para personas sanas. «No es una herramienta de prevención ni de cribado. Su utilidad está en descodificar la historia del cáncer una vez ya está diagnosticado».
Lejos de competir con las técnicas actuales, EVOFLUx se presenta como un complemento. Cuantos más ángulos se conozcan de la biología de un tumor, mejor será el diagnóstico, el pronóstico y la elección de la terapia. Lo novedoso de este enfoque es su capacidad para medir la «edad biológica» del cáncer y su trayectoria evolutiva.
«Cuanto más sepamos del tumor, desde más puntos de vista, mejor podremos diagnosticarlo y decidir cómo tratarlo», subraya Martín-Subero.
Aunque el trabajo publicado en ‘Nature’ se centra en cánceres de la sangre, los investigadores apuntan que el fenómeno podría ser universal para muchos tipos de cáncer. Datos preliminares de tumores sólidos sugieren que también en ellos la metilación del ADN guarda esta memoria evolutiva.

Publicado: septiembre 14, 2025, 6:15 am

Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/caja-negra-cancer-revela-pasado-oculto-tumores-20250909144025-nt.html

El cáncer no aparece de un día para otro. No es un salto brusco entre estar sano y enfermo, sino un proceso silencioso que se inicia cuando una sola célula comienza a dividirse y a generar variabilidad. Años después, cuando ya existen millones de células tumorales, aparecen los primeros síntomas y se produce el diagnóstico. Cuando se diagnostica en la clínica, lo que vemos es solo una instantánea del presente: la biopsia muestra el tumor en ese momento, pero no revela cómo ha llegado hasta ahí.

Ese tumor tiene detrás una historia evolutiva oculta, como una «caja negra» que guarda información sobre su origen, su velocidad de crecimiento y su grado de diversidad.

Ahora, un equipo internacional coordinado desde el IDIBAPS ha descifrado cómo leer esa historia oculta. Lo ha hecho gracias a EVOFLUx, un algoritmo que analiza una marca epigenética llamada metilación del ADN. Lo que antes se interpretaba como simple «ruido» en los datos genómicos se revela ahora como la caja negra del cáncer, un registro silencioso de su evolución desde la célula original hasta el momento presente.

Marca epigenética

«Hemos descubierto es que esa historia queda registrada en el ADN, a través de una marca epigenética llamada metilación, y que puede ser descodificada con métodos matemáticos», explica a ABC Salud Iñaki Martín-Subero, investigador ICREA y jefe del grupo de Epigenómica Biomédica del IDIBAPS.

En la práctica clínica, los oncólogos suelen contar con «fotografías» estáticas del tumor: cómo luce en la biopsia, qué porcentaje de células se dividen, qué mutaciones presenta. Con EVOFLUx, en cambio, es posible reconstruir una película entera.

«Esta nueva herramienta nos permite leer la historia pasada del cáncer y conocer cuándo se originó el tumor, a qué velocidad ha ido creciendo y si ha creado diversidad celular», detalla Martín-Subero, coordinador del estudio que se publica en ‘Nature’. «Esto no solo es importante para comprender mejor la biología del cáncer, sino que también tiene aplicaciones clínicas muy directas».

«Reanalizamos datos epigenéticos antiguos desde una perspectiva completamente nueva», comenta Calum Gabbutt del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres.

La diferencia es crucial.

Asegura Martín-Subero que, igual que en psicología, «donde el mejor predictor del comportamiento futuro de alguien es cómo se ha comportado en el pasado, en cáncer sucede algo similar: los tumores que crecieron rápido en su historia tienden a seguir creciendo con agresividad; los que se formaron lentamente suelen ser menos peligrosos».


A la izquierda Iñaki Martín-Subero, a la derecha Martí Duran-Ferrer.


IDIBAPS

El método ya se ha aplicado en 2.000 muestras de leucemias y linfomas, con resultados validados clínicamente. «En algunos casos, como la leucemia linfática crónica, que no siempre requiere tratamiento inmediato, la herramienta ha permitido anticipar con años de antelación cuándo será necesario tratar al paciente», indica.

En el caso de la leucemia linfática crónica, añade Martín-Subero, «logramos predecir cuándo la enfermedad necesitará tratamiento con años de antelación».

En su opinión, «esto abre la puerta a una medicina mucho más personalizada, que se adapta al ritmo biológico real del tumor en cada paciente».

Después del diagnóstico

Sin embargo, aclara este investigador que ello no significa que se trate de una técnica de detección precoz para personas sanas. «No es una herramienta de prevención ni de cribado. Su utilidad está en descodificar la historia del cáncer una vez ya está diagnosticado».

Lejos de competir con las técnicas actuales, EVOFLUx se presenta como un complemento. Cuantos más ángulos se conozcan de la biología de un tumor, mejor será el diagnóstico, el pronóstico y la elección de la terapia. Lo novedoso de este enfoque es su capacidad para medir la «edad biológica» del cáncer y su trayectoria evolutiva.

«Cuanto más sepamos del tumor, desde más puntos de vista, mejor podremos diagnosticarlo y decidir cómo tratarlo», subraya Martín-Subero.

Aunque el trabajo publicado en ‘Nature’ se centra en cánceres de la sangre, los investigadores apuntan que el fenómeno podría ser universal para muchos tipos de cáncer. Datos preliminares de tumores sólidos sugieren que también en ellos la metilación del ADN guarda esta memoria evolutiva.

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