Publicado: agosto 25, 2025, 10:15 pm
Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/alternativa-ozempic-dieta-mediterranea-calorias-poco-ejercicio-20250825205948-nt.html
En tiempos de Ozempic, Mounjaro y otros medicamentos antiobesidad que permiten adelgazar sin esfuerzo y prevenir las complicaciones del exceso de peso, un equipo de más de doscientos investigadores españoles ha demostrado que se pueden conseguir casi los mismos beneficios con pequeños cambios en el estilo de vida. La propuesta es más económica y no necesita inyecciones semanales. Bastaría con seguir una dieta mediterránea rica en aceite de oliva, legumbres, verduras y poca carne roja, hacer un poco de ejercicio semanal y bajar modestamente las calorías.
«Aplicado a gran escala estos pequeños cambios en poblaciones de riesgo tendríamos un impacto clínico relevante. Se lograría sin grandes sacrificios porque bastaría con reducir unas 600 calorías diarias. Y eso se consigue comiendo menos carbohidratos refinados (pan y arroz blanco o patatas…) y tomar carne roja solo una vez por semana», detalla a ABC Miguel Ángel Martínez, quien acaba de coordinar una nueva investigación donde se demuestra que con pequeños cambios se multiplican los beneficios de la dieta mediterránea.
Este catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra lleva casi tres décadas buscando evidencia científica que apoye las bondades de ese tesoro gastronómico que es la dieta tradicional española. Lo logró con el estudio Predimed, hasta ahora el más amplio realizado. Tras seguir durante una década a 7.500 participantes demostró que podría reducir en un 66 por ciento los problemas circulatorios, en un 30% los infartos e ictus o prevenir la aparición de la diabetes y el cáncer de mama. Así demostró que una dieta rica en grasa cuando el origen era aceite de oliva virgen extra o de frutos secos se conseguían más beneficios que con otras dietas más bajas en grasa.
Después de aquella investigación, se propuso otro reto. Se preguntó si podría ir más lejos y mejorar su consejo de dieta mediterránea. Así se ideó Predimed-Plus, gracias a una pregunta y a una ERC, una de las ayudas más prestigiosas que concede el Consejo Europeo de Investigación. Ahora, diez años después, la revista Annals of Internal Medicine publica los resultados de ese estudio que cuenta, además, como primer autor con el catedrático de Medicina Preventiva, Miguel Ruiz-Canela.
En él se concluye que a una persona con obesidad le bastaría con comer al estilo mediterráneo, reducir un poco las calorías y hacer ejercicio para que su riesgo de diabetes tipo 2 cayera en un 31% y perdieran peso. Solo tuvieron que cambiar un poco su estilo de vida.
La investigación ha merecido la publicación de un editorial en el que destaca cómo los buenos hábitos aún son importantes para conseguir resultados de salud a largo plazo, pese a la popularidad de los medicamentos antiobesidad.
Los investigadores de la Universidad de Navarra, Miguel Ángel Martínez y Miguel Ruiz Canela
Se trata del mayor estudio europeo nutricional que se ha diseñado como si fuera el ensayo clínico de un medicamento. Durante seis años se siguió a 4.746 personas entre 55 y 75 años con sobrepeso y obesidad, síndrome metabólico y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular y diabetes. Se compararon dos grupos: uno de intervención que siguió la dieta mediterránea hipocalórica con 600 kcal menos al día, un plan de ejercicio físico moderado (caminar a paso ligero o hacer ejercicio de fuerza y equilibrio) con otro que mantuvo la dieta mediterránea tradicional.
Prevención eficaz
Los resultados muestran que además de reducir el riesgo de diabetes, el grupo de intervención perdió de media 3,3 kg y redujo 3,6 centímetros su cintura. En resumen, se demostró que este plan es una herramienta preventiva eficaz del riesgo de diabetes, una de las pandemias del siglo XXI. Al profesor Martínez, coordinador del estudio, lo que más le sorprendió es que los beneficios se lograban además con rapidez, «desde el principio veíamos una divergencia en las curvas de los dos grupos». E insiste, «sin medicamentos».
Está convencido de que los agonistas del GLP-1, como Ozempic, «son unos fármacos maravillosos, necesarios para algunas personas». «Pero el 50% lo deja al cabo de un año. No aprenden a cuidarse, lo fían todo a las inyecciones y cuando dejan de pincharse la cosa empeora y mucho», insiste. Aunque el mayor argumento para apostar por pequeños cambios en estilo de vida «es que no habrá sistema sanitario que pueda asumir el coste de los medicamentos».