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Juegos de guerra en Berlín: el Ejército alemán se prepara para una invasión rusa

Combatientes enemigos han tomado el control del metro de Berlín. Tienen rehenes, tanto civiles como soldados de la Bundeswehr. La situación es confusa: las unidades de reacción rápida del Ejército alemán que tienen orden de recuperar el sistema de transporte no saben cuántos … soldados enemigos armados hay dentro de cada vagón del tren de la línea U7 que se está acercando y que detienen en la estación de Jungfernheide, en el céntrico distrito de Charlottenburg, ni si los soldados reducidos siguen vivos o si hay civiles heridos.
Por su propia seguridad, cortan el suministro eléctrico de los raíles antes de acceder al lecho de las vías. Al abrirse las puertas del tren, se escuchan gritos de auxilio y comienzan los disparos. Este es el supuesto de los ejercicios militares que el Ejército alemán ha llevado a cabo en Berlín la noche del martes al miércoles. El batallón de guardia de la Bundeswehr, que suele desplegarse solamente con fines ceremoniales, debe prepararse ahora para intervenir si fuera necesario en el centro de la capital.
Creado en 1957, su misión es proteger las instalaciones y oficinas del Gobierno federal, así como las principales infraestructuras del barrio gubernamental, «un área de operaciones altamente compleja y con una gran población», decía después el comandante del batallón de la guardia, el teniente coronel Maik Teichgräber, en su comparecencia de balance de las maniobras nocturnas.

«El escenario de despliegue es muy realista, el metro es un buen medio para reubicar fuerzas dentro de la ciudad en caso de emergencia», explica el comandante Teichgräber, que abunda en las dificultades añadidas de una operación en una gran capital. Calles estrechas y edificios altos significan poca visibilidad y conexiones de radio difíciles.
El batallón de guardia se entrena durante cinco días esta semana en el centro de Berlín y en la Ciudad de la Lucha, un campo de entrenamiento policial en las instalaciones de una antigua planta química en Rüdersdorf. El nombre de las maniobras es ‘Bollwerk Bärlin’, que significa ‘Fortaleza del oso’ pero se pronuncia como «Fortaleza Berlín». No se especifica contra quién están combatiendo, pero el evidente contexto es la amenaza rusa.

Combate bajo tierra
Tropas alemanas, durante los ejercicios en el metro berlinés
Reuters

El pasado mes de octubre, drones no tripulados paralizaron el aeropuerto de la capital alemana y sobrevolaron infraestructuras críticas y bases militares. Ya nadie duda de que un ataque es plausible y cualquier preparación parece razonable. El consejo de ministros ha aprobado este miércoles dos resoluciones por las que la Bundeswehr se encargará de la defensa contra drones con fuerzas armadas, con provisión de tecnología de reconocimiento e intervención. «Sé que esto no es normal para vosotros, pero lo es para nosotros», responde Teichgräber a los periodistas.

«Alemania pudo vivir el último verano pacífico»

El ministro de Defensa, Boris Pisorius, lo ha dejado claro recientemente. «Ya no podemos hablar de coincidencias, es estrategia bélica», ha dicho esta semana sobre la amenaza rusa, durante la firma de un tratado con Suecia que refuerza la cooperación militar con el país nórdico. Y el pasado fin de semana, en una entrevista con ‘Frankfurter Allgemeine’, dejó helada a Alemania al afirmar que «Europa puede haber vivido ya su último verano pacífico».
El despliegue de soldados en el metro, en este contexto, no es exactamente sorpresivo para los usuarios, a esas horas por lo demás muy escasos. «Desde el inicio de la guerra de agresión rusa contra Ucrania, que viola el derecho internacional, la situación de seguridad en Europa ha cambiado fundamentalmente y, como resultado, la defensa nacional y de la alianza eficaz ha vuelto a cobrar protagonismo», justifica la Bundeswehr esta maniobra en su comunicado.
Los residentes alrededor de la estación de metro de Jungfernheide han sido informados con antelación mediante avisos, para que no se dejen llevar por el pánico cuando soldados enmascarados y armados irrumpan en la estación en mitad de la noche, y se ha instalado un puesto informativo en el que se insiste en que «no hay peligro, no se usará munición real».
Cuando los soldados llegan al último de los vagones, el humo de la munición de fogueo se impone sobre la pálida luz de las linternas. Resuenan los últimos disparos, mientras son puestos a salvo los civiles y asegurada la totalidad del tren con perros detectores de explosivos. El jefe sobre el terreno de la unidad, el sargento mayor Marco K., está satisfecho. Antes del último saludo militar, resume: «Mi fuerza ha actuado de forma muy profesional, todos sabían lo que tenían que hacer y lo han hecho. Y así debe ser. Creo que tenemos que estar preparados para todo».

Publicado: noviembre 19, 2025, 1:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/juegos-guerra-berlin-ejercito-aleman-prepara-invasion-20251119193909-nt.html

Combatientes enemigos han tomado el control del metro de Berlín. Tienen rehenes, tanto civiles como soldados de la Bundeswehr. La situación es confusa: las unidades de reacción rápida del Ejército alemán que tienen orden de recuperar el sistema de transporte no saben cuántos soldados enemigos armados hay dentro de cada vagón del tren de la línea U7 que se está acercando y que detienen en la estación de Jungfernheide, en el céntrico distrito de Charlottenburg, ni si los soldados reducidos siguen vivos o si hay civiles heridos.

Por su propia seguridad, cortan el suministro eléctrico de los raíles antes de acceder al lecho de las vías. Al abrirse las puertas del tren, se escuchan gritos de auxilio y comienzan los disparos. Este es el supuesto de los ejercicios militares que el Ejército alemán ha llevado a cabo en Berlín la noche del martes al miércoles. El batallón de guardia de la Bundeswehr, que suele desplegarse solamente con fines ceremoniales, debe prepararse ahora para intervenir si fuera necesario en el centro de la capital.

Creado en 1957, su misión es proteger las instalaciones y oficinas del Gobierno federal, así como las principales infraestructuras del barrio gubernamental, «un área de operaciones altamente compleja y con una gran población», decía después el comandante del batallón de la guardia, el teniente coronel Maik Teichgräber, en su comparecencia de balance de las maniobras nocturnas.

«El escenario de despliegue es muy realista, el metro es un buen medio para reubicar fuerzas dentro de la ciudad en caso de emergencia», explica el comandante Teichgräber, que abunda en las dificultades añadidas de una operación en una gran capital. Calles estrechas y edificios altos significan poca visibilidad y conexiones de radio difíciles.

El batallón de guardia se entrena durante cinco días esta semana en el centro de Berlín y en la Ciudad de la Lucha, un campo de entrenamiento policial en las instalaciones de una antigua planta química en Rüdersdorf. El nombre de las maniobras es ‘Bollwerk Bärlin’, que significa ‘Fortaleza del oso’ pero se pronuncia como «Fortaleza Berlín». No se especifica contra quién están combatiendo, pero el evidente contexto es la amenaza rusa.

Combate bajo tierra
Tropas alemanas, durante los ejercicios en el metro berlinés
Reuters

El pasado mes de octubre, drones no tripulados paralizaron el aeropuerto de la capital alemana y sobrevolaron infraestructuras críticas y bases militares. Ya nadie duda de que un ataque es plausible y cualquier preparación parece razonable. El consejo de ministros ha aprobado este miércoles dos resoluciones por las que la Bundeswehr se encargará de la defensa contra drones con fuerzas armadas, con provisión de tecnología de reconocimiento e intervención. «Sé que esto no es normal para vosotros, pero lo es para nosotros», responde Teichgräber a los periodistas.

«Alemania pudo vivir el último verano pacífico»

El ministro de Defensa, Boris Pisorius, lo ha dejado claro recientemente. «Ya no podemos hablar de coincidencias, es estrategia bélica», ha dicho esta semana sobre la amenaza rusa, durante la firma de un tratado con Suecia que refuerza la cooperación militar con el país nórdico. Y el pasado fin de semana, en una entrevista con ‘Frankfurter Allgemeine’, dejó helada a Alemania al afirmar que «Europa puede haber vivido ya su último verano pacífico».

El despliegue de soldados en el metro, en este contexto, no es exactamente sorpresivo para los usuarios, a esas horas por lo demás muy escasos. «Desde el inicio de la guerra de agresión rusa contra Ucrania, que viola el derecho internacional, la situación de seguridad en Europa ha cambiado fundamentalmente y, como resultado, la defensa nacional y de la alianza eficaz ha vuelto a cobrar protagonismo», justifica la Bundeswehr esta maniobra en su comunicado.

Los residentes alrededor de la estación de metro de Jungfernheide han sido informados con antelación mediante avisos, para que no se dejen llevar por el pánico cuando soldados enmascarados y armados irrumpan en la estación en mitad de la noche, y se ha instalado un puesto informativo en el que se insiste en que «no hay peligro, no se usará munición real».

Cuando los soldados llegan al último de los vagones, el humo de la munición de fogueo se impone sobre la pálida luz de las linternas. Resuenan los últimos disparos, mientras son puestos a salvo los civiles y asegurada la totalidad del tren con perros detectores de explosivos. El jefe sobre el terreno de la unidad, el sargento mayor Marco K., está satisfecho. Antes del último saludo militar, resume: «Mi fuerza ha actuado de forma muy profesional, todos sabían lo que tenían que hacer y lo han hecho. Y así debe ser. Creo que tenemos que estar preparados para todo».

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