Publicado: diciembre 15, 2025, 11:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/jose-antonio-kast-viaje-pinochet-trumpismo-20251215172719-nt.html
Seguidor del movimiento apostólico Schöenstatt, de espiritualidad mariana, el domingo, antes de iniciar sus actividades que lo llevarían a convertirse en presidente electo, José Antonio Kast (59 años) concurrió con su esposa, la abogada Pía Adriasola, a rezar a una iglesia portando una bandera … chilena.
Padre de nueve hijos, proviene también de una familia numerosa de 10 hermanos cuyo progenitor Miguel Kast cumplió un destacado papel durante el régimen militar, primero como ministro de Planificación Social (Odeplan) y luego como secretario del Trabajo, debiendo implementar el recién creado sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) en la década de los años 80 del siglo pasado.
Kast estudió leyes en la Universidad Católica de Chile (UC), donde conoció al fundador del gremialismo e ideólogo de la dictadura, el senador Jaime Guzmán, asesinado en 1991 y quien reclutó en esa escuela al grupo de jóvenes que en los albores de la democracia dio vida a la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido que se erigió como heredero del pinochetismo.
Aunque en sus primeros años ejerció su carrera de abogado nunca abandonó su interés por la política, como demostró por primera vez cuando fue electo presidente de la Federación de Estudiantes UC. En 1996 fue elegido concejal municipal de una comuna rural del gran Santiago, donde todavía vive y luego se sumó, en 2002, a la bancada de la UDI en la Cámara de Diputados, donde ejerció durante tres períodos.
Disconforme con el camino que tomaba el partido, renunció a la UDI en 2016 para conformar un movimiento que defendiera el orden, la libertad y el crecimiento sin timidez. En su primera incursión presidencial como independiente, al año siguiente, perdió frente a Sebastián Piñera, quien se postulaba a la reelección al frente de la denominada derecha liberal. Convencido de que su ideario tenía respaldo ciudadano, Kast lo intentó nuevamente en 2021 ya como presidente del Partido Republicano (PR), ocasión en que se alzó como el más votado en la primera vuelta con un 27%, pero fue derrotado por Gabriel Boric en la segunda vuelta.
Contrario a la cultura woke
En esa ocasión su concepción cristiana, contraria al aborto en todas sus formas, al matrimonio homosexual, la adopción homoparental, la ley de identidad de género y un antagonismo abierto a todo lo woke, le hizo ganarse el rechazo de mujeres y jóvenes.
En su tercer intento, en el que este domingo resultó ganador, concentró todos sus esfuerzos en conquistar a los chilenos con una agenda centrada en seguridad, inmigración y crecimiento, evitando referirse a temas como su defensa de algunos violadores de derechos humanos condenados por la Justicia. Emplazado a que se definiera ante cuestiones como el indulto a militares, siempre remarcó que Chile necesita una reconstrucción urgente y de ahí su propuesta de encabezar un «gobierno de emergencia». «Soy un hombre de convicciones… Vamos a volver a hablar de Dios, la patria y la familia», dijo. Y aseguró que no había tiempo para otra agenda. Espacio que aprovechó muy bien el diputado del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, para restarle votos el pasado 16 de noviembre.
Su historia y creencias explican por qué Kast expresa tanta sintonía con líderes como Donald Trump, Javier Milei y Giorgia Meloni, sus referentes más allá de las fronteras, y declare su cercanía con Vox.
En el camino a la presidencia se reencontró con amigos de toda la vida que asumieron responsabilidades en los gobiernos de Piñera, pero que con los años también abandonaron las filas de la UDI, entre ellos, Rodrigo Alvarez y Claudio Alvarado, nombres que se mencionan como futuros miembros de su gabinete.
En el pasado, Chile se ordenaba entre los partidarios del Sí y No del plebiscito de 1988, que postulaba que Augusto Pinochet se mantuviera en el poder hasta 1997. Por lo mismo, desde Patricio Aylwin todos los presidentes electos, incluido Sebastián Piñera, habían votado en contra de esa opción. Tras el estallido social de 2019 y los dos procesos constitucionales esa lógica llegó a su fin y eso explica por qué los chilenos han elegido, como futuro presidente, a un hombre que votó Sí y lo defiende sin complejos.
