Publicado: julio 15, 2025, 4:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/israel-interviene-siria-impedir-matanza-drusos-parte-20250715171739-nt.html
Primero fue la minoría chií, a la que se suponía cómplice de la dictadura de los Assad. Luego, la minoría cristiana. Y ahora es la minoría religiosa drusa la que es objeto de los ataques de las fuerzas suníes que llegaron hace siete meses … al poder en Damasco.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos cifra ya en 102 los muertos por los tres días de combates en la ciudad de Sueida, entre ellos 61 drusos –incluidos dos niños–, 18 beduinos (suníes), 16 miembros de las fuerzas de seguridad y siete personas no identificadas «que vestían uniformes militares», al tiempo que ha cifrado en «decenas» los heridos, incluidas personas en estado crítico.
El Gobierno de Damasco, que preside Ahmed al Sharaa –líder de un grupo islamista suní que predicó en su día la yihad contra la dictadura de los Assad–, afirma que tiene controlada la situación en Sueida tras el anuncio de un alto el fuego entre sus fuerzas y los grupos drusos que se defienden con armas. La situación sigue siendo confusa, pero hay pocas dudas de que fueron las fuerzas protegidas por Damasco las que iniciaron el fuego.
La diferencia entre la agresión contra las minorías chií (alauíes en Siria) y la cristiana estriba, esta vez, en que la minoría drusa cuenta con el respaldo de Israel. La religión drusa fue, en sus comienzos, una rama del islam chií que pronto tomó su propio camino y está hoy presente en varios países de Oriente Próximo. Entre otros en Israel, donde tiene una buena relación con el régimen sionista. Muchos drusos israelíes tienen parientes en el sur de Siria, y eso sirve de argumento al Gobierno de Tel Aviv para recordar periódicamente que la comunidad drusa de Siria está «bajo su protección especial».
De ahí que, tras la decisión de Al Sharaa de enviar a Sueida a fuerzas del ejército para detener los choques entre beduinos suníes y drusos, Netanyahu tomó también la decisión de enviar fuerzas israelíes. El primer ministro israelí y su ministro de Exteriores, Katz, emitieron un comunicado conjunto –que recoge la prensa hebrea–, en el que se afirma que dieron orden al Ejército de «atacar inmediatamente a las fuerzas y armas del régimen que entraron en Sueida en el marco de la actividad contra los drusos, algo que contradice su política de desmilitarización, que prohíbe la entrada de armas y fuerzas en el área sur de Siria que pudieran suponer un peligro para Israel».
La decisión demuestra la desconfianza profunda de Israel hacia el nuevo régimen islamista instalado en Damasco, a pesar de las promesas públicas de éste de respeto de las libertades y de democracia a medio plazo. Israel ha ampliado el territorio fronterizo que ocupa, en particular en torno a los Altos del Golán, ante la perspectiva de que el régimen de Al Sharaa se convierta en el futuro en otro vecino hostil, una vez que controle la situación en el interior.
De las tres comunidades religiosas atacadas estos últimos seis meses por los grupos suníes armados, dos han decidido crear milicias de autodefensa: los alauíes y los drusos. Los cristianos, que sufrieron hace semanas el peor ataque terrorista de su historia en una iglesia de Damasco, no cuentan con milicias y optan por el exilio, en un proceso gradual que amenaza con vaciar una de las comunidades más qantiguas del mundo.
La decisión del régimen de Al Sharaa de imponer su disciplina a las minorías religiosas aprovecha un momento de distracción de Occidente con otros conflictos. En particular el de Gaza, que tiene aún ocupado al Gobierno y a la opinión pública hebreas. Y el de Ucrania, que capta la atención de Europa y Estados Unidos.
Tras la caída de la dictadura de Bashar al Assad, Irán y Rusia han dejado de tener un apeadero firme en la región, circunstancia que ha hecho más ‘digerible’ el carácter islamista del nuevo régimen suní instalado en Damasco. Trump ha levantado viejas sanciones contra Siria «para darle una oportunidad de reconstrucción», pese a los episodios de persecución y matanzas de minorías religiosas, y las primeras normas de imposición de la Sharía, la ley islámica.