Publicado: febrero 17, 2025, 1:44 pm
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El colágeno es la proteína más abundante en el cuerpo humano y una de sus funciones es proporcionar estructura, elasticidad y firmeza a la piel. A partir de los 25 años, su producción se ralentiza, lo que conlleva la aparición de las arrugas y … la flacidez. Estimular el colágeno parece, a priori, la solución para combatir los signos del envejecimiento cutáneo y eso es precisamente lo más solicitado en las consultas de medicina estética en los últimos meses. También muchas famosas han decidido confiar en esta técnica para frenar el paso del tiempo. Tras años de abusos con los rellenos, los pacientes quieren envejecer de forma natural y respetando su rostro. Uno de los casos más llamativos ha sido el de Lindsay Lohan con un rostro más natural que hace años, al haber eliminado los rellenos y apostar por tratamientos con un resultado más armónico. Demi Moore también podría haber prescindido de los fillers para lucir a sus 61 años un rostro más natural y joven.
La doctora Carmen Fernández Ayestarán, médico estético, confirma que ese cambio en la petición de los pacientes ha llegado a las consultas en España. «Es cierto que ahora mismo hay una demanda creciente de los pacientes que buscan evitar los rellenos, pero en medicina estética no todo es blanco o negro. Creemos que las caras hiperrellenadas con ácido hialurónico están pasadas de moda y es algo que vamos a ir dejando de ver. Los inductores de colágeno, que, por otra parte, se llevan usando desde hace muchísimos años son una solución efectiva y natural, ya que estimulan la producción propia de colágeno».
Los inductores de colágeno son sustancias que, al ser inyectadas en la piel, activan los fibroblastos, las células encargadas de producir colágeno y elastina. El doctor Juan Antonio López López-Pitalúa, presidente de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) explica los tipos de inductores de colágeno. «Los más superficiales, como la policaprolactona, estimulan la formación de colágeno y, además, mejoran la dermis y la epidermis. Otros intermedios, como la hidroxiapatita cálcica, actúan más en profundidad y después hay otros que aún actúan más profundamente, como el ácido poliláctico, que ayudan a luchar contra la flacidez, el enemigo más difícil de tratar hoy en día».
Efectos graduales
A diferencia de la toxina botulínica o el ácido hialurónico, los dos tratamientos de medicina estética más populares hasta ahora, los inductores de colágeno no provocan un efecto inmediato, por lo que no están recomendados para pacientes que quieren un resultado instantáneo, y tampoco consiguen la misma respuesta en todos las personas. «Hay que tener la paciencia de esperar entre 4 y 6 semanas hasta que el cuerpo reaccione contra el producto que se administra. A veces los resultados no son los esperados, porque el cuerpo no reacciona a esa estimulación. No puedes formar colágeno, si no se toman las suficientes proteínas o, si se tiene una edad avanzada se formará menos colágeno que en una edad más joven», comenta el doctor Juan Antonio López López-Pitalúa. Por lo tanto no es un tratamiento que funciona en todas las personas.
Las ventajas de los inductores de colágeno son sus resultados naturales, progresivos y duraderos. Son productos que sirven para mejorar la calidad de la piel y aportar firmeza, sin dar volumen al rostro. Las doctoras Ángela Ojeda y Sara Domínguez, de STEM Beauty, explican que «con la formación de nuevo colágeno, la piel se vuelve más tersa y suave, reduciendo arrugas finas, mejorando parcialmente la flacidez y la elasticidad general. Aplicados en vectores adecuados, se consigue una cierta retracción en sentido anti gravitarorio; pero es cierto que nunca tendremos resultados como los de un lifting quirúrgico para tratar la flacidez establecida».
Los inductores de colágeno actúan en la causa del envejecimiento
La medicina regenerativa, de la que forman parte los inductores de colágeno, actúa respetando los rasgos de las personas y, según el presidente de la SEME «trata la causa que provoca el envejecimiento, y no tanto el efecto». Sin embargo, a pesar de la tendencia creciente, ni hay que reprobar otras técnicas, ni hay que confiar a ciegas en los inductores de colágeno, que tampoco están exentos de algunos problemas, como especifican las directoras de STEM Beauty, «hay que tener mucho cuidado en hacer las diluciones correctas, inyectarlos en el plano adecuado, con los vectores apropiados, y espaciar lo suficiente los tratamientos (mínimo 12 – 18 meses)».
Algunos de estos productos pueden llegar a tener una duración de hasta dos años, y aunque son reabsorbibles, hay que tener en cuenta que pueden dejar cierta ‘huella estética’. «Con estos tratamientos estamos induciendo reacciones locales a un cuerpo extraño (cicatrices internas), que sí estimulan la producción de colágeno pero también dejan una huella estética. No queremos demonizar este tratamiento, ya que, en las pacientes adecuadas y con técnica correcta pueden tener buenos resultados», señalan las doctoras Ángela Ojeda y Sara Domínguez.
Para hacer frente al paso del tiempo, la apuesta de los expertos es la individualización de los tratamientos, así como la combinación de las técnicas. La doctora Carmen Górriz, subdirectora de la Unidad de Medicina Estética de IMR, concluye «no hay un tratamiento mejor que otro, sino la correcta combinación de tratamientos para obtener un resultado integral. El ácido hialurónico reposiciona volúmenes, los inductores de colágeno activan el fibroblasto para generar mayor tensión en la piel, los neuromoduladores hacen que los músculos pierdan la fuerza necesaria para evitar las arrugas, los polinucleótidos regeneran la piel… ».