Publicado: julio 1, 2025, 2:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/felix-sanz-roldan-defensa-europea-faltan-ideas-20250701092929-nt.html
Féliz Sanz Roldán (Cuenca, 1945) es un militar español que ha servido en las más altas instancias del Estado. Fue nombrado en 2004 jefe del Estado Mayor de la Defensa, puesto que desempeñó hasta 2008. Posterioremnte, fue el director del Centro Nacional de Inteligencia … entre los años 2009 y 2019.
¿Cuál es la situación de los conflictos abiertos en el mundo?
La pregunta es muy compleja porque conflictos vivos hay muchos. Basta consultar el documento ‘States in armed conflicts’ de la Universidad de Upsala, para ver que casi llegan al centenar los conflictos abiertos con participación directa o indirecta de los Estados. Interpreto que de lo que queremos hablar es más de su posible fin o, en razón a las preguntas siguientes, aquellos que de una forma más directa afectan al solar europeo. Es decir: o hablamos de cómo llegar a un orden mundial con ausencia de conflictos o de cuál es el estado actual y las posibilidades de evolución de los conflictos próximos.
Si se trata de un nuevo orden mundial, nos encontramos en un momento de búsqueda, con muchas indefiniciones, de ese orden. Otro momento más de cuantos hemos manejado en los últimos 10 años. La llegada del presidente Trump a la Casa Blanca no favorece el trazado de dicho orden: los dos polos, a los que comenzábamos a estar acostumbrados, ya no tienen el papel que preveíamos en un mundo bipolar ponderado. Uno de ellos -Estados Unidos- , basado en el poder, no hace otra cosa que perder parte de él, al cuestionar a sus aliados tradicionales; otro -China- basado en la influencia, no hace otra cosa que ganarla en áreas, como Europa, de tendencia natural a lo norteamericano. Rusia, que no tenía lugar en el tablero geopolítico, está volviendo a tenerlo por obra y gracia de Mr. Trump y las organizaciones internacionales se diluyen, a la espera de que vengan tiempos mejores.
En fin. No vemos el orden al que aspiramos ni la oportunidad de crearlo en el corto plazo.
Y las guerras que nos afectan de forma tan directa están también en una fase que hace muy difícil prever su fin o su futuro. En el caso de Ucrania, estamos en una fase de atrición, lo que da ventaja estratégica a Rusia, razón por la que no quiere negociar y de nada sirven los esfuerzos, prometidos, pero escasamente ejecutados, de Mr. Trump. El conflicto entre Israel y varios países de su entorno, fundamentalmente Irán, parece detenido por la debilidad de este último, pero tiene un arma: el terrorismo. Veremos si estos efectos, tan terribles, no nos llegan, en un futuro próximo.
Panorama difícil de manejar, pero si empezamos a entenderlo, ya iniciamos el camino de su posible solución.
¿Qué opina sobre la Cumbre de la OTAN?
Comenzó con una sensación mayoritaria de inseguridad por su futuro y terminó con la impresión de que OTAN está a salvo: los Estados Unidos no se han ido, aunque han impuesto al resto unas condiciones difíciles de cumplir; eso sí, para el año 2035. Ya se verá entonces.
A pesar del cortísimo comunicado, nos deja tranquilos las citas a las misiones tradicionales de la OTAN: seguridad cooperativa, gestión de crisis y seguridad y defensa, basada en los artículos 4 y 5 del Tratado de Washington. El reconocimiento expreso del valor del Artículo 5,y su defensa, de labios del presidente Trump, ha sido un logro importante.
Como también lo es el reconocimiento de Rusia como enemigo potencial para toda la zona euroatlántica y el apoyo expreso a Ucrania, «cuya seguridad contribuye a la nuestra».
Y, desde luego, continuar haciendo frente, a través de la adquisición de Paquetes de Capacidad que doten a la Alianza de cuanto necesita para cumplir con su misión, y con el firme propósito de seguir la adquisición y desarrollo de tales capacidades, a partir de 2029.
Califico la cumbre de singularmente buena para la Alianza y sus resultados, por esta razón, muy buenos también para su futuro. El caso de España pasará.
¿Cuál es el futuro de la defensa europea?
Para Europa, tener autonomía estratégica y, por tanto, dotarse de un sistema militar que la cree y la mantenga, ha sido y es vital. Desde 1991, en Maastricht, Europa tiene esa intención, nunca cumplida.
El temor a que Estados Unidos pusiera su foco en el Pacifico, después de la retirada de Afganistán, nos hizo desarrollar la ‘Brújula estratégica’ y los ‘Battle groups’, y cubrir así la sensación de orfandad que creó la posible retirada americana del espacio europeo.
La invasión de Ucrania provocó a vuelta de nuestro aliado tradicional y volvimos a dormir bien. La llegada de Mr. Trump nos ha traído, de nuevo, la necesidad de pensar en el instrumento militar de la Unión Europea. Es decir, ‘bussiness as usual’: siempre igual, adorando la idea, pero haciendo poco para implantarla.
Existen muchas soluciones. Yo me inclino por reforzar el pilar europeo de la OTAN -‘ESDI within the Alliance’- o el más tradicional de «fuerzas separables pero no separadas», ambas con un conjunto de cuarteles generales solo europeos.
Y se me ocurre alguna solución más, como ha ocurrido desde Maastricht. Las ideas ya están todas. Lo que ahora hace falta es voluntad política para ponerlas en práctica. Y de eso, aun andamos un poco escasos.