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Estados Unidos asfixia la flota petrolera iraní y estrecha el cerco sobre Venezuela y China

Estados Unidos reforzó este jueves la presión sobre Irán con una nueva ronda de sanciones dirigida contra la llamada ‘flota fantasma’ que Teherán utiliza para exportar petróleo de forma encubierta y esquivar las restricciones en todo el mundo. El Departamento del Tesoro anunció penalizaciones … oficiales contra 29 petroleros y varias empresas navieras implicadas en el transporte de crudo y derivados iraníes, además de señalar a un empresario egipcio acusado de facilitar estas operaciones desde distintos países. La Casa Blanca sostiene que esas ventas ilegales financian acciones militares y de seguridad del régimen iraní y subraya que seguirá utilizando el instrumento sancionador para cortar esa fuente de liquidez.
La decisión llega pocos días después de que fuerzas estadounidenses se incautaran frente a las costas de Venezuela del petrolero The Skipper, un buque que llevaba años bajo sanciones por su vinculación con redes de contrabando de crudo iraní y que, según Washington, también había sido utilizado para transportar petróleo venezolano. El propio Donald Trump anunció la operación desde la Casa Blanca, mientras el Departamento de Justicia difundía imágenes de helicópteros y fuerzas especiales tomando el control del barco. El episodio anticipó el endurecimiento del pulso económico y legal que ahora formalizan el Tesoro y el Departamento de Estado.
Desde Washington se insiste en que estas sanciones no son simbólicas ni se limitan a engrosar listas burocráticas. El objetivo declarado es paralizar físicamente la operatividad de la ‘flota fantasma’. Al bloquear buques concretos, empresas gestoras y propietarios, cualquier activo bajo jurisdicción estadounidense queda inmovilizado y se prohíbe a personas o compañías de EE.UU. operar con ellos. En la práctica, esto dificulta el acceso a seguros, financiación, puertos, servicios técnicos y transacciones internacionales, encarece cada envío y multiplica los riesgos logísticos. La lógica es simple: hacer que cada barril exportado resulte más caro, más lento y más vulnerable.

El Tesoro sostiene que el propósito final no es castigar por castigar, sino privar a Irán de los ingresos petroleros que, según Washington, se destinan a programas militares, a redes de seguridad y a aliados armados en Oriente Próximo. «Seguiremos privando al régimen de los ingresos que utiliza para financiar su aparato militar y sus programas de armas», resumió el subsecretario para Terrorismo e Inteligencia Financiera, John K. Hurley. Las sanciones se adoptan al amparo de la orden ejecutiva que apunta directamente a los sectores petrolero y petroquímico iraníes y forman parte del memorando presidencial que reinstauró la política de máxima presión tras el regreso de Trump al poder.
Documentos publicados recientemente por ABC describen cómo el chavismo ha desviado durante años miles de millones de dólares procedentes del petróleo para sostener al régimen iraní y contribuir tanto a su programa nuclear como a su red de influencia exterior. Un informe entregado a la Fiscalía de EE.UU. y a la Casa Blanca por exagentes de inteligencia y ex altos cargos venezolanos cifra en 7.821 millones de dólares los fondos canalizados directa o indirectamente hacia Irán mediante fondos binacionales, créditos chinos, empresas públicas y proyectos industriales ficticios diseñados para evadir sanciones.
Según esa documentación, parte de ese dinero habría acabado en manos de la Guardia Revolucionaria y de aliados como Hizbolá y Hamás, además de financiar operaciones de influencia política en distintos países, incluida España.

El petróleo, moneda política y financiera

La Casa Blanca define el bloqueo de petroleros venezolanos como una operación de «denegación de liquidez». No se trata solo de impedir que la estatal PDVSA cobre por sus ventas, sino de inutilizar el crudo venezolano como activo financiero en mercados paralelos. Washington centra el tiro en las rutas marítimas hacia China, que es el destino de la mayor parte del petróleo venezolano, vendido con descuento debido a las sanciones. Esas rutas están dominadas por la ‘flota fantasma’: buques con cambios constantes de bandera, transbordos en alta mar y estructuras de propiedad opacas diseñadas para diluir el origen del crudo.
En ese esquema, el petróleo funciona como moneda política y financiera. Parte de los ingresos que entran en Venezuela desde China, sostienen fuentes estadounidenses, acaban por beneficiar a terceros países sancionados, en particular Irán. El Fondo Chino-Venezolano aparece como una de las piezas clave de esa triangulación. Un informe avanzado por ABC estima que solo un desvío conservador del 5% de ese fondo permitiría explicar más de 3.000 millones de dólares canalizados indirectamente hacia Teherán, a los que se sumarían otros flujos directos ligados a proyectos energéticos y petroquímicos.
Trump ha añadido además una exigencia política inédita al discurso sancionador. El presidente ha vinculado el mantenimiento del cerco a la devolución de activos que Estados Unidos considera expropiados en el pasado. «Mantendremos la presión hasta que Venezuela devuelva todo el petróleo, las tierras y los activos que nos robaron», afirmó esta semana. La referencia apunta a las nacionalizaciones impulsadas por Hugo Chávez a partir de mediados de los años 2000, cuando el Estado venezolano tomó el control de proyectos con participación de grandes compañías extranjeras, incluidas estadounidenses.

«Mantendremos la presión hasta que Venezuela devuelva todo el petróleo, las tierras y los activos que nos robaron»

Donald Trump
Presidente de EE.UU.

Desde el regreso de Trump al poder, Washington asegura haber sancionado a más de 180 buques vinculados a la ‘flota fantasma’, registrados bajo banderas de conveniencia como Panamá, Palaos, Islas Cook, Barbados o Jamaica. Muchos de ellos están gestionados por sociedades creadas únicamente para poseer un solo barco. El paquete anunciado este jueves incluye también la designación del empresario egipcio Hatem Elsaid Farid Ibrahim Sakr, acusado de coordinar transportes de derivados iraníes desde Emiratos Árabes Unidos y de participar en traspasos de carga de barco a barco, algunas con escalas en puertos controlados por los hutíes en Yemen.
Pese a todo, los datos de seguimiento marítimo muestran que el flujo de petróleo iraní hacia China sigue siendo elevado en 2025, en torno a 1,5-1,7 millones de barriles diarios. Para Washington, esa paradoja refuerza la necesidad de intensificar el cerco, como se hizo este jueves.

Publicado: diciembre 18, 2025, 3:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-amplia-bloqueo-petroleros-espanoles-venezuela-20251218200859-nt.html

Estados Unidos reforzó este jueves la presión sobre Irán con una nueva ronda de sanciones dirigida contra la llamada ‘flota fantasma’ que Teherán utiliza para exportar petróleo de forma encubierta y esquivar las restricciones en todo el mundo. El Departamento del Tesoro anunció penalizaciones oficiales contra 29 petroleros y varias empresas navieras implicadas en el transporte de crudo y derivados iraníes, además de señalar a un empresario egipcio acusado de facilitar estas operaciones desde distintos países. La Casa Blanca sostiene que esas ventas ilegales financian acciones militares y de seguridad del régimen iraní y subraya que seguirá utilizando el instrumento sancionador para cortar esa fuente de liquidez.

La decisión llega pocos días después de que fuerzas estadounidenses se incautaran frente a las costas de Venezuela del petrolero The Skipper, un buque que llevaba años bajo sanciones por su vinculación con redes de contrabando de crudo iraní y que, según Washington, también había sido utilizado para transportar petróleo venezolano. El propio Donald Trump anunció la operación desde la Casa Blanca, mientras el Departamento de Justicia difundía imágenes de helicópteros y fuerzas especiales tomando el control del barco. El episodio anticipó el endurecimiento del pulso económico y legal que ahora formalizan el Tesoro y el Departamento de Estado.

Desde Washington se insiste en que estas sanciones no son simbólicas ni se limitan a engrosar listas burocráticas. El objetivo declarado es paralizar físicamente la operatividad de la ‘flota fantasma’. Al bloquear buques concretos, empresas gestoras y propietarios, cualquier activo bajo jurisdicción estadounidense queda inmovilizado y se prohíbe a personas o compañías de EE.UU. operar con ellos. En la práctica, esto dificulta el acceso a seguros, financiación, puertos, servicios técnicos y transacciones internacionales, encarece cada envío y multiplica los riesgos logísticos. La lógica es simple: hacer que cada barril exportado resulte más caro, más lento y más vulnerable.

El Tesoro sostiene que el propósito final no es castigar por castigar, sino privar a Irán de los ingresos petroleros que, según Washington, se destinan a programas militares, a redes de seguridad y a aliados armados en Oriente Próximo. «Seguiremos privando al régimen de los ingresos que utiliza para financiar su aparato militar y sus programas de armas», resumió el subsecretario para Terrorismo e Inteligencia Financiera, John K. Hurley. Las sanciones se adoptan al amparo de la orden ejecutiva que apunta directamente a los sectores petrolero y petroquímico iraníes y forman parte del memorando presidencial que reinstauró la política de máxima presión tras el regreso de Trump al poder.

Documentos publicados recientemente por ABC describen cómo el chavismo ha desviado durante años miles de millones de dólares procedentes del petróleo para sostener al régimen iraní y contribuir tanto a su programa nuclear como a su red de influencia exterior. Un informe entregado a la Fiscalía de EE.UU. y a la Casa Blanca por exagentes de inteligencia y ex altos cargos venezolanos cifra en 7.821 millones de dólares los fondos canalizados directa o indirectamente hacia Irán mediante fondos binacionales, créditos chinos, empresas públicas y proyectos industriales ficticios diseñados para evadir sanciones.

Según esa documentación, parte de ese dinero habría acabado en manos de la Guardia Revolucionaria y de aliados como Hizbolá y Hamás, además de financiar operaciones de influencia política en distintos países, incluida España.

El petróleo, moneda política y financiera

La Casa Blanca define el bloqueo de petroleros venezolanos como una operación de «denegación de liquidez». No se trata solo de impedir que la estatal PDVSA cobre por sus ventas, sino de inutilizar el crudo venezolano como activo financiero en mercados paralelos. Washington centra el tiro en las rutas marítimas hacia China, que es el destino de la mayor parte del petróleo venezolano, vendido con descuento debido a las sanciones. Esas rutas están dominadas por la ‘flota fantasma’: buques con cambios constantes de bandera, transbordos en alta mar y estructuras de propiedad opacas diseñadas para diluir el origen del crudo.

En ese esquema, el petróleo funciona como moneda política y financiera. Parte de los ingresos que entran en Venezuela desde China, sostienen fuentes estadounidenses, acaban por beneficiar a terceros países sancionados, en particular Irán. El Fondo Chino-Venezolano aparece como una de las piezas clave de esa triangulación. Un informe avanzado por ABC estima que solo un desvío conservador del 5% de ese fondo permitiría explicar más de 3.000 millones de dólares canalizados indirectamente hacia Teherán, a los que se sumarían otros flujos directos ligados a proyectos energéticos y petroquímicos.

Trump ha añadido además una exigencia política inédita al discurso sancionador. El presidente ha vinculado el mantenimiento del cerco a la devolución de activos que Estados Unidos considera expropiados en el pasado. «Mantendremos la presión hasta que Venezuela devuelva todo el petróleo, las tierras y los activos que nos robaron», afirmó esta semana. La referencia apunta a las nacionalizaciones impulsadas por Hugo Chávez a partir de mediados de los años 2000, cuando el Estado venezolano tomó el control de proyectos con participación de grandes compañías extranjeras, incluidas estadounidenses.

«Mantendremos la presión hasta que Venezuela devuelva todo el petróleo, las tierras y los activos que nos robaron»

Donald Trump

Presidente de EE.UU.

Desde el regreso de Trump al poder, Washington asegura haber sancionado a más de 180 buques vinculados a la ‘flota fantasma’, registrados bajo banderas de conveniencia como Panamá, Palaos, Islas Cook, Barbados o Jamaica. Muchos de ellos están gestionados por sociedades creadas únicamente para poseer un solo barco. El paquete anunciado este jueves incluye también la designación del empresario egipcio Hatem Elsaid Farid Ibrahim Sakr, acusado de coordinar transportes de derivados iraníes desde Emiratos Árabes Unidos y de participar en traspasos de carga de barco a barco, algunas con escalas en puertos controlados por los hutíes en Yemen.

Pese a todo, los datos de seguimiento marítimo muestran que el flujo de petróleo iraní hacia China sigue siendo elevado en 2025, en torno a 1,5-1,7 millones de barriles diarios. Para Washington, esa paradoja refuerza la necesidad de intensificar el cerco, como se hizo este jueves.

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