Publicado: octubre 23, 2025, 8:45 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/presunto-asesino-madeleine-mccann-vive-tienda-campana-20251023141434-nt.html
Cuando salió de prisión el pasado mes de septiembre, Christian Brückner se registró legalmente en el estado federado de Schleswig-Holstein, en la costa norte de Alemania, en una vivienda alquilada previamente por su abogado. Al conocerse en el vecindario que acababa de instalarse … en la zona el principal sospechoso en el caso de la desaparición de Madeleine McCann y encontrándose el contrato todavía en periodo de prueba, fue rechazado por los propietarios pocas semanas después. A pesar de varios intentos de encontrar una vivienda en alquiler, Christian Brückner sigue sin tener hogar fijo y vive en las calles, según ha descubierto el semanario alemán ‘Der Spiegel’.
Al igual que cualquier otro ciudadano, tiene derecho a una vivienda social y a los albergues que diferentes organizaciones humanitarias mantienen para personas sin techo, pero por su propia decisión no ha solicitado estos recursos. Ha preferido dormir en una pequeña tienda de campaña en un parque de Kiel, muy cerca de la sede del bufete de abogados que defendió su causa durante el juicio y logró que fuese puesto en libertad. Por ahora, vive de las prestaciones estatales: unos mil euros al mes mientras siga rechazando la vivienda de protección oficial, 550 si la termina aceptando.
A sus 48 años, no parece lo más recomendable pasar el invierno al aire libre, pero nadie puede obligarle a establecerse en una dirección fija. Dos agentes de policías lo protegen día y noche, por turnos, de posibles ataques y vigilan de paso que no escape. A pesar de que lleva una tobillera electrónica y tiene que presentarse periódicamente en una comisaría de Policía, la salida directa al Mar Báltico le proporciona una constante posibilidad de fuga al extranjero. La señal que emite su tobillera no sería legalmente rastreable en la vecina Dinamarca y, si sale a aguas internacionales, la pista se perdería con suma facilidad.
Una «condena mediática»
Antes de plantar la tienda de campaña en el parque, Christian Brückner se alojó en varios hoteles en Kiel y en un refugio en Neumünster, pero una y otra vez la historia se repite. Apenas es identificado, comienzan a llegar periodistas y es invitado a abandonar el alojamiento, puesto que nadie quiere ser el vecino o compartir hotel con el hombre al que los fiscales alemanes dan por seguro asesino de Maddie. En varias ocasiones, Brückner ha sido insultado y amenazado, entre otras cosas.
Después de su liberación, Brückner «pasó horas en un refugio para personas sin hogar antes de que la ciudad lo ayudara a encontrar un apartamento». Su abogado, Friedrich Fülscher, un penalista alemán con sede en Kiel, se queja de que está siendo víctima de una «condena mediática», dado que la Fiscalía no pudo acusar formalmente a Christian Brückner del asesinato de la niña por falta de pruebas y porque nunca apareció el cadáver. Al margen de este caso, Brückner ha cumplido varias condenas por otros delitos sexuales graves con violencia y se multiplican los indicios que apuntan a su culpabilidad.
Fülscher, un penalista alemán con sede en Kiel, ha relatado que, «cuando intentó comprar una tarjeta SIM tras salir de la cárcel, la tienda alertó a los medios de comunicación, se distribuyeron imágenes de las cámaras de seguridad de la tienda y los periodistas acamparon fuera». En estas últimas semanas, las redes sociales se han incendiado en varias ocasiones con supuestos avistamientos de Brückner cerca de escuelas y se han distribuido hojas volantes con su rostro en las comunidades de vecinos, advirtiendo a los ancianos y a los padres que estén atentos, de manera que las autoridades se han visto obligadas a actuar para garantizar su seguridad.
En una ocasión, incluso, Brückner se ha presentado en la oficina del fiscal diciendo: «Mi nombre es Christian Brückner y me gustaría hablar con el señor Wolters. ¡Quiero recuperar mi vida!«. Cuando estuvo ante Wolters, el fiscal que desde 2021 mantiene su convicción de la culpabilidad de Brückner, le exigió una compensación que sus abogados, sin embargo, no han solicitado formalmente.
En varias conversaciones con periodistas, ha denunciado que tiene un «miedo constante» de ser atacado y que, aunque técnicamente está libre, su situación es muy precaria. Los movimientos de su tobillera electrónica están siendo constantemente vigilados desde Wiesbaden y cualquier viaje que quiera realizar requiere de un permiso policial. Insiste en que es un «chivo expiatorio» de una organización muy poderosa y que alguien intenta matarlo. Varios testigos aseguran que muestra comportamientos inadaptados y un tanto paranoides, lo que no resultaría extraño durante los años de prisión que pasó en régimen de aislamiento como medida preventiva contra posibles ataques de otros reclusos. En la prisión de Sehnde, además de celda individual y un régimen especial que le permitía comer apartado y hacer deporte en solitario, gozaba de biblioteca, televisión y videojuegos.