Publicado: abril 21, 2025, 4:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/primer-viaje-trump-segundo-mandato-funeral-papa-20250421231138-nt.html

El presidente Donald Trump ha confirmado este lunes que asistirá al funeral del papa Francisco en Roma. «Melania y yo iremos al funeral del papa Francisco, en Roma. ¡Esperamos estar allí!», escribió en su red Truth Social. Se trata de un gesto significativo en medio … del duelo por el pontífice fallecido a los 88 años, y tras una relación marcada por años de fricción entre el Vaticano y la Casa Blanca durante los mandatos de Trump. Aun no hay fecha para el sepelio, que será esta misma semana.
Preguntado por ABC sobre su mensaje a los católicos y si tiene algún favorito entre los posibles sucesores de Francisco, el presidente respondió antes: «Fue un buen hombre, trabajó duro, amaba al mundo. Fue un honor para Estados Unidos bajar nuestras banderas a media asta durante cuatro días. Hay grandes candidatos americanos a Papa, hombres estupendos. Quien sea elegido, si lo es, será porque tenía que serlo. Si no, es porque no debía serlo». Añadió: «Los católicos siempre han estado conmigo, me apoyaron durante la elección, y es un honor contar con ese respaldo. Siento mucho lo que están viviendo, porque amaban al Papa».
La declaración se produjo durante la tradicional carrera del huevo de Pascua en los jardines de la Casa Blanca, donde Trump participó junto a la primera dama, Melania Trump, en una celebración festiva con cientos de familias. En ese acto, el presidente pronunció unas palabras en recuerdo del pontífice: «Era un buen hombre y trabajó para mejorar el mundo».
En las elecciones de 2024, Trump recuperó con holgura el voto católico que había perdido en 2020, especialmente entre votantes latinos. Según una encuesta del Public Religion Research Institute, obtuvo el respaldo del electorado católico por un margen de dos dígitos, un vuelco significativo frente a ciclos anteriores. El giro fue evidente tanto entre católicos blancos como entre los hispanos, históricamente más cercanos al Partido Demócrata.
La decisión de Trump de acudir al funeral busca enviar un gesto de respeto institucional en un momento de transición clave para la Iglesia católica. La sucesión de Francisco tendrá implicaciones no solo religiosas, sino también políticas, especialmente en Estados Unidos, donde el voto católico volverá a ser determinante en los próximos años.
En Estados Unidos, los católicos representan en torno al 20% del electorado. Es un grupo diverso, dividido entre quienes apoyan posiciones progresistas en temas sociales y aquellos más próximos al conservadurismo doctrinal. Francisco fue una figura ampliamente respetada en Washington, aunque también objeto de críticas entre sectores tradicionales por su defensa de la inmigración, la lucha contra el cambio climático y la inclusión de grupos LGTB.
La noticia de su muerte ha generado una cascada de reacciones. El vicepresidente JD Vance, que lo visitó el domingo en la residencia de Santa Marta, fue el primer alto cargo en pronunciarse: «Mi corazón está con los millones de cristianos en todo el mundo que lo amaban», escribió. Recordó especialmente una homilía del Papa durante los primeros días de la pandemia, que calificó de «realmente hermosa».
Vance, convertido al catolicismo en 2019, es una de varias figuras relevantes del Gobierno que profesan esa fe. También lo son el secretario de Estado, Marco Rubio, y seis de los nueve jueces del Tribunal Supremo. Las banderas ondean a media asta en edificios federales, y en la Catedral de San Mateo en Washington se celebró una misa especial en memoria del pontífice, presidida por el arzobispo Wilton Gregory.
Trump, que se reunió con Francisco en el Vaticano en 2017, ha tenido una relación tensa con la Santa Sede. Las diferencias se agudizaron en su segundo mandato, con choques en torno a la migración, los derechos humanos y el papel público de la Iglesia. Aun así, Trump dedicó un mensaje de condolencias: «Descanse en paz el papa Francisco. ¡Que Dios lo bendiga a él y a todos los que lo amaron!».
La relación entre Trump y el Vaticano fue especialmente difícil por el impacto de sus políticas migratorias. Durante su segundo mandato, la Casa Blanca canceló contratos federales con agencias católicas de asistencia a refugiados, lo que obligó a cerrar programas y reducir operaciones. La Conferencia de Obispos, que gestionaba una histórica agencia de ayuda a migrantes, se vio forzada a suspender sus actividades tras la abrupta retirada de fondos.
Francisco, crítico con esas decisiones, llegó a advertir que expulsar a personas solo por su estatus migratorio atenta contra la dignidad humana y «terminará mal». En una carta a los obispos de EE.UU., cuestionó también el uso político de conceptos teológicos, como el «ordo amoris», invocado por el propio Vance para justificar políticas de expulsión. Francisco insistió en que el amor cristiano debe abrirse «sin excepción» y rechazó identificar a los migrantes con criminales.
A pesar de esas fricciones, Trump había enviado un mensaje de respeto al papa pocas semanas antes de su muerte. En marzo, con motivo del duodécimo aniversario de su pontificado, destacó la «relación duradera» entre Estados Unidos y la Santa Sede, basada en «la promoción de la paz, el diálogo interreligioso y la defensa de la libertad religiosa».