Publicado: octubre 14, 2025, 10:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/plan-paz-trump-merece-entusiamo-prudente-20251014161714-nt.html
La hoja de ruta de 20 puntos del Plan de Paz para Gaza se sintetiza en seis tramos esenciales, sucesivos o simultáneos: alto el fuego; liberación de secuestrados y de palestinos encarcelados; desmilitarización de Hamás; gobierno transitorio palestino supervisado por una Junta de Paz; … repliegue gradual de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y su relevo por una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF); y econstrucción de la Franja.
Acalladas las armas, al menos momentáneamente, Hamás liberó, el pasado lunes, los 20 secuestrados todavía vivos y entregó los restos mortales de cuatro, a la espera de poder completar la de otros 24 que, tal vez, sean difíciles de localizar. Asimismo, Israel inició la puesta en la calle de hasta 2.000 palestinos encarcelados, algunos de ellos con condenas de cadena perpetua. No conta que, entre ellos, figure Marwan al-Barghouti, figura carismática palestina condenado a cinco penas de cadena perpetua. Él podría ser figura clave en la potencial estructuración del llamado estado palestino.
Los dos primeros tramos están ya prácticamente cerrados tras la ceremonia de la firma del Plan desarrollada el pasado lunes en Sharm el Sheij (Egipto). Firmaron los jefes de estado de EE.UU., Egipto, Qatar y Turquía que, así, quedan como sus principales avaladores. Tal acto fue precedido por un fabuloso besamanos de líderes mundiales, recibidos por Trump en solitario, que ni Carlomagno hubiera aspirado a concebir. Bien que la pleitesía mostrada fuera solamente semiplanetaria, por la inasistencia de representantes de China, Rusia y la India.
Ahora viene el más crítico de los tramos: la desmilitarización de Hamás. Momento en el que resultará vital la fuerza norteamericana, cuya presencia se ha iniciado con un valioso contingente, de alrededor de 200 efectivos, como muestra de la firmeza del compromiso de Washington con el plan de paz. En función de su desarrollo, no sería descartable un pronto incremento del contingente militar estadounidense en la franja de Gaza, dependiente del Mando Central norteamericano (USCENTCOM).
El mayor riesgo es que bien Hamás como organización, o bien grupúsculos de ella o de otras milicias yihadistas rechacen desarmarse totalmente y rompan el alto el fuego. No es un buen indicador que grupos armados estén recuperando presencia en las zonas que las FDI han abandonado, mientras se produce un retorno masivo de desplazados hacia el norte de la Franja. Parecería que los terroristas no estén dispuestos a su «desmilitarización».
La constitución de un gobierno provisional, supuestamente tecnocrático y apolítico está ligada a todo lo anterior. Gobierno que estaría controlado internacionalmente por una Junta de Paz, en gestación y presidida por Trump, que habría de coordinar los esfuerzos internacionales y supervisar el resto del proceso. Tal organismo debería estar constituido antes de que las FDI hubieran abandonado totalmente la Franja, lo que probablemente no suceda hasta 2026.
La presunción del Gobierno español de haber jugado un ‘papel clave’ (el ridículo ministro Albares ‘dixit’) en la consecución de la paz, poco valdrá para la intención de Sánchez de colarse en la Junta. La pertinaz postura del Gobierno español de demonizar a Israel y alinearse ferozmente con las tesis de los terroristas de Hamás (que felicitaron reiteradamente a Sánchez), invalidarían a España para figurar de forma relevante en ese organismo mediador y supuestamente imparcial.
El repliegue de las FDI fuera de la Franja no debería realizarse hasta que su función de seguridad no haya sido traspasada a la ISF. Una fuerza, esta última, que no se improvisa y que tardará meses para recibir mandato, organizarse, estructurarse, definir cadenas de mando y desplegar. Falta saber qué país, al menos inicialmente, asumirá sobre el terreno el mando de las operaciones, aunque solo fueran de seguridad, porque la precisa definición del Mando es elemento esencial en cualquier formación militar. Especialmente en operaciones.
Finalmente, en algún momento de los anteriores tramos comenzaría la reconstrucción de la Franja, que se adivina ofrecer enormes oportunidades de negocio para los más avispados (entre los que los británicos siempre se han mostrado superexpertos). En definitiva, el Plan de Paz podría acabar las hostilidades, pero difícilmente liquidará la raíz principal del problema: el odio palestino al Estado de Israel, que excluye su reconocimiento. Por tanto, el plan de Trump hay que acogerlo con entusiasmo prudente.