El ministro de Exteriores Sikorski, nuevo hombre fuerte del Gobierno de Polonia en medio del desgaste de Tusk - Colombia
Registro  /  Login

Portal de Negocios en Colombia


El ministro de Exteriores Sikorski, nuevo hombre fuerte del Gobierno de Polonia en medio del desgaste de Tusk

Las elecciones presidenciales de Polonia, en el mes de mayo, se convirtieron en una especie de referéndum sobre la figura del liberal Donald Tusk al frente del Gobierno. Y el resultado fue negativo. Perdió su candidato y el Ejecutivo de Varsovia sigue bloqueado … y con escaso margen de maniobra. Antes del juramento del nacionalista Karol Nawrocki como presidente, que tendrá lugar el próximo 6 de agosto y será escenificado con gran boato, Tusk anunciará este miércoles una remodelación de Gobierno con la que espera recuperar impulso y, al menos, parte del terreno político perdido.
La maniobra podría, sin embargo, volverse en su contra. La prensa polaca ha ido adelantando la reestructuración y desaparecen los sucesores razonables y hombres de confianza de Tusk, mientras que emerge la figura del ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski, como nuevo hombre fuerte, a la sombra de un Tusk agotado al que solamente sostiene su conexión con Bruselas.
Sus padres, dos ingenieros de Bydgoszcz, fueron activistas del movimiento opositor de sindicatos católicos Solidarnosc, de Lech Walesa, durante la época comunista. Antes de entrar en política, Sikorski estudió en Oxford y fue corresponsal de guerra en Afganistán y Angola. Trabajó para medios como ‘The Spectator’ y ‘The Observer’, y ganó el premio World Press Photo en 1988, por una imagen impactante del conflicto. Miembro del American Enterprise Institute y del Grupo Bilderberg, no le fue difícil abrirse paso en la política polaca. Firme defensor de la integración europea y de una política exterior activa, lideró en 2014 la misión de la UE en Kiev durante el Euromaidán, ayudando a frenar la violencia. También impulsó el Partenariado Oriental junto a Carl Bildt y promovió la creación del Fondo Europeo para la Democracia.

Su figura ha moldeado la política de Bruselas hacia Polonia, como eurodiputado entre 2019 y 2023. Ha sido presidente del Sejm, ministro de Defensa y de Exteriores desde 2023, habiéndose anotado el llamativo tanto de construir una de las pocas relaciones bilaterales amistosas con la Administración estadounidense de Donald Trump. Y cuenta con el apoyo estratégico de su esposa, la periodista y escritora estadounidense Anne Applebaum, investigadora del deterioro de las democracias en Europa del Este.
El nombramiento de Sikorski como vicepresidente se ha impuesto en medio de unas negociaciones internas llenas de roces y puñaladas. Szymon Hołownia, presidente del Sejm, ha expresado su apoyo, argumentando que fortalecerá la política exterior de Polonia. «Hay varias formas de reforzar la posición de un ministro dentro del gobierno. Una de ellas es el título de viceprimer ministro», ha adelantado también Jakub Stefaniak, subjefe de la Oficina del Primer Ministro, en declaraciones a Radio Polaca, sugiriendo que el nombramiento superaría la vicepresidencia y se acercaría a la copresidencia junto con Tusk, que accede en un momento de debilidad y para apuntalar su gobierno.
Holownia, al frente del partido Polska 2050, tiene 31 escaños cruciales que ayudan a Tusk a mantener su mayoría, pero coquetea descaradamente con la oposición nacionalista de Ley y Justicia (PiS). Ha admitido haberse reunido con altos funcionarios del PiS a principios de este mes, incluido el presidente Jaroslaw Kaczyński, para conversaciones nocturnas en un apartamento propiedad de Adam Bielan, eurodiputado del PiS.
Desmiente que el PiS se ofrezca a respaldarlo como nuevo primer ministro y explica que es «uno de los pocos políticos en Polonia que se reúne regularmente con representantes de ambos campos profundamente divididos» y que cree «firmemente que, especialmente en tiempos como estos, los políticos de diferentes lados deben hablar entre sí, o terminaremos destrozándonos unos a otros». Le fue muy mal en las presidenciales, en las que apoyó a Slawomir Mentzen, de extrema derecha, y al también extremista Grzegorz Braun, que enfrenta una investigación criminal por negar el Holocausto. Pero apoyar ahora a Sikorski le da finalmente oxígeno.
Además del surgimiento de Radoslaw Sikorski como nuevo hombre fuerte del Gobierno de Polonia, la remodelación del gabinete tendrá como consecuencia la creación de dos grandes ministerios, el de Energía y el de Economía, que absorberán algunos otros de los actuales. Pero los analistas polacos no esperan cambios sustanciales en la política de Tusk tras este realineamiento. «La renuncia de Tusk, eso sí, habría sido un cambio, además de abrir paso a un sucesor, pero sería un administrador de la bancarrota, por lo que el primer ministro persistirá y fingirá que está cambiando algo, aunque en realidad nada cambia», considera Stanisław Janecki, columnista del semanario ‘Sieci’.
El pueblo polaco, sin embargo, pide cambios. En la última encuesta de Opinia24, sobre si es necesario el reemplazo político o un cambio generacional, el 70% de los encuestados dijo «sí» y el 35% «definitivamente». El enfrentamiento entre los dos bloques, que mantiene a Polonia paralizada, comienza a ser percibido como un lastre para la economía, que espera lograr en 2025 un aumento del PIB superior al 3% y que requiere una política estable y colaboradora.

Publicado: julio 22, 2025, 10:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/ministro-exteriores-sikorski-nuevo-hombre-fuerte-gobierno-20250722181838-nt.html

Las elecciones presidenciales de Polonia, en el mes de mayo, se convirtieron en una especie de referéndum sobre la figura del liberal Donald Tusk al frente del Gobierno. Y el resultado fue negativo. Perdió su candidato y el Ejecutivo de Varsovia sigue bloqueado y con escaso margen de maniobra. Antes del juramento del nacionalista Karol Nawrocki como presidente, que tendrá lugar el próximo 6 de agosto y será escenificado con gran boato, Tusk anunciará este miércoles una remodelación de Gobierno con la que espera recuperar impulso y, al menos, parte del terreno político perdido.

La maniobra podría, sin embargo, volverse en su contra. La prensa polaca ha ido adelantando la reestructuración y desaparecen los sucesores razonables y hombres de confianza de Tusk, mientras que emerge la figura del ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski, como nuevo hombre fuerte, a la sombra de un Tusk agotado al que solamente sostiene su conexión con Bruselas.

Sus padres, dos ingenieros de Bydgoszcz, fueron activistas del movimiento opositor de sindicatos católicos Solidarnosc, de Lech Walesa, durante la época comunista. Antes de entrar en política, Sikorski estudió en Oxford y fue corresponsal de guerra en Afganistán y Angola. Trabajó para medios como ‘The Spectator’ y ‘The Observer’, y ganó el premio World Press Photo en 1988, por una imagen impactante del conflicto. Miembro del American Enterprise Institute y del Grupo Bilderberg, no le fue difícil abrirse paso en la política polaca. Firme defensor de la integración europea y de una política exterior activa, lideró en 2014 la misión de la UE en Kiev durante el Euromaidán, ayudando a frenar la violencia. También impulsó el Partenariado Oriental junto a Carl Bildt y promovió la creación del Fondo Europeo para la Democracia.

Su figura ha moldeado la política de Bruselas hacia Polonia, como eurodiputado entre 2019 y 2023. Ha sido presidente del Sejm, ministro de Defensa y de Exteriores desde 2023, habiéndose anotado el llamativo tanto de construir una de las pocas relaciones bilaterales amistosas con la Administración estadounidense de Donald Trump. Y cuenta con el apoyo estratégico de su esposa, la periodista y escritora estadounidense Anne Applebaum, investigadora del deterioro de las democracias en Europa del Este.

El nombramiento de Sikorski como vicepresidente se ha impuesto en medio de unas negociaciones internas llenas de roces y puñaladas. Szymon Hołownia, presidente del Sejm, ha expresado su apoyo, argumentando que fortalecerá la política exterior de Polonia. «Hay varias formas de reforzar la posición de un ministro dentro del gobierno. Una de ellas es el título de viceprimer ministro», ha adelantado también Jakub Stefaniak, subjefe de la Oficina del Primer Ministro, en declaraciones a Radio Polaca, sugiriendo que el nombramiento superaría la vicepresidencia y se acercaría a la copresidencia junto con Tusk, que accede en un momento de debilidad y para apuntalar su gobierno.

Holownia, al frente del partido Polska 2050, tiene 31 escaños cruciales que ayudan a Tusk a mantener su mayoría, pero coquetea descaradamente con la oposición nacionalista de Ley y Justicia (PiS). Ha admitido haberse reunido con altos funcionarios del PiS a principios de este mes, incluido el presidente Jaroslaw Kaczyński, para conversaciones nocturnas en un apartamento propiedad de Adam Bielan, eurodiputado del PiS.

Desmiente que el PiS se ofrezca a respaldarlo como nuevo primer ministro y explica que es «uno de los pocos políticos en Polonia que se reúne regularmente con representantes de ambos campos profundamente divididos» y que cree «firmemente que, especialmente en tiempos como estos, los políticos de diferentes lados deben hablar entre sí, o terminaremos destrozándonos unos a otros». Le fue muy mal en las presidenciales, en las que apoyó a Slawomir Mentzen, de extrema derecha, y al también extremista Grzegorz Braun, que enfrenta una investigación criminal por negar el Holocausto. Pero apoyar ahora a Sikorski le da finalmente oxígeno.

Además del surgimiento de Radoslaw Sikorski como nuevo hombre fuerte del Gobierno de Polonia, la remodelación del gabinete tendrá como consecuencia la creación de dos grandes ministerios, el de Energía y el de Economía, que absorberán algunos otros de los actuales. Pero los analistas polacos no esperan cambios sustanciales en la política de Tusk tras este realineamiento. «La renuncia de Tusk, eso sí, habría sido un cambio, además de abrir paso a un sucesor, pero sería un administrador de la bancarrota, por lo que el primer ministro persistirá y fingirá que está cambiando algo, aunque en realidad nada cambia», considera Stanisław Janecki, columnista del semanario ‘Sieci’.

El pueblo polaco, sin embargo, pide cambios. En la última encuesta de Opinia24, sobre si es necesario el reemplazo político o un cambio generacional, el 70% de los encuestados dijo «sí» y el 35% «definitivamente». El enfrentamiento entre los dos bloques, que mantiene a Polonia paralizada, comienza a ser percibido como un lastre para la economía, que espera lograr en 2025 un aumento del PIB superior al 3% y que requiere una política estable y colaboradora.

Artículos Relacionados