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El M23 conquista Uvira y dinamita el tratado de paz entre República Democrática del Congo y Ruanda

El reciente acuerdo de paz firmado ante Donald Trump por los presidentes de Ruanda y República Democrática del Congo (RDC) ha saltado por los aires. La gran mayoría de los observadores y analistas internacionales consideran que el acuerdo quedará en papel mojado mientras no se … involucre en el mismo al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), promovido y financiado por Ruanda.
Se calcula que más de 400 civiles han muerto desde que este grupo armado intensificara su ofensiva en la provincia de Kivu del Sur, en el este de República Democrática de Congo, según informaron funcionarios regionales. A esto hay que sumar la reciente conquista de la ciudad estratégica de Uvira por parte del M23.
Esta última ofensiva se produce a pesar del acuerdo de paz mediado por Estados Unidos. Un acuerdo que no incluía al grupo rebelde, que está negociando por separado con Congo y acordó a principios de año un alto el fuego que ambas partes se acusan mutuamente de violar. El reciente tratado de paz obligaba a Ruanda a detener el apoyo a grupos armados y a trabajar para poner fin a las hostilidades.

EE.UU. da por seguro que el M23 opera con la asistencia del Gobierno ruandés, de ahí que Marco Rubio, secretario de Estado estadounidense, haya apuntado a las autoridades del país africano en su mensaje publicado en su cuenta de X: «Las acciones de Ruanda en el este de la República Democrática del Congo son una clara violación de los Acuerdos de Washington firmados por el presidente Trump, y Estados Unidos tomará medidas para garantizar que se cumplan las promesas», ha avisado.

Asesinatos

La realidad es que «más de 413 civiles han sido asesinados por balas, granadas y bombas, incluyendo muchas mujeres, niños y jóvenes» en localidades entre Uvira y Bukavu, la capital regional, según declaró el portavoz del gobierno de Kivu del Sur en un comunicado.
Según diversas fuentes de información, las fuerzas presentes en Uvira están compuestas por fuerzas especiales ruandesas y algunos de sus mercenarios extranjeros, «operando en clara violación del alto el fuego, así como de los acuerdos de Washington y Doha, en total desprecio de los compromisos asumidos«, agrega el citado portavoz.
Uvira es una importante ciudad portuaria en el extremo norte del lago Tanganica y está justo frente a la ciudad más grande de Burundi, Bujumbura.
Un anuncio del portavoz del M23, Lawrence Kanyuka, publicado en la plataforma social X, animaba a los ciudadanos que huyeron a regresar a sus hogares.
Congo, Estados Unidos y expertos de Naciones Unidas acusan a Ruanda de respaldar al M23, que tenía cientos de miembros en 2021. Ahora, según la ONU, el grupo cuenta con alrededor de 6.500 combatientes. Aunque Ruanda niega esa afirmación, el año pasado reconoció que tiene tropas y sistemas de misiles en el este del país vecino, supuestamente para salvaguardar su seguridad. Los expertos de la ONU estiman que hay hasta 4.000 tropas ruandesas en Congo.

Unión Afriacana

El presidente de la Unión Africana, Mahmoud Ali Youssouf, afirmó el jueves pasado que «lamenta profundamente estos enfrentamientos y la violencia perpetrada contra las poblaciones civiles, que van en contra del impulso generado por el Acuerdo Marco de Doha« entre Congo y AFC/M23, «así como el Acuerdo de Washington D.C. entre la RDC y Ruanda». También hizo un llamamiento a todas las partes «a ejercer moderación y a priorizar una solución política».
En un comunicado, la Embajada de Estados Unidos en Kinsasa ha instado al M23 y a las tropas ruandesas a cesar todas las operaciones ofensivas y a las Fuerzas de Defensa ruandesas a retirarse a su país.
Mientras, el Ministerio de Exteriores de Ruanda culpó a las fuerzas armadas congoleñas de las recientes violaciones del alto al fuego en un comunicado en X. «La RDC ha declarado abiertamente que no observaría ningún alto el fuego y que estaba luchando para recuperar territorios perdidos ante el AFC/M23, incluso mientras se desarrollaba el proceso de paz», indicó.
Más de 100 grupos armados compiten por territorios en el este de República Democrática del Congo, rico en minerales, cerca de la frontera con Ruanda, de los que el M23 es el más destacado. El conflicto ha provocado una de las peores crisis humanitarias del mundo, con más de siete millones de personas desplazadas, según las autoridades.
Los socios locales de la ONU reportan que más de 200.000 personas han visto obligadas a abandonar su hogar en toda la provincia desde el 2 de diciembre, con más de 70 muertos. Los civiles también cruzaron a Burundi, y ha habido reportes de proyectiles cayendo en la ciudad de Rugombo, en el lado burundés de la frontera, lo que genera preocupaciones sobre la posible extensión del conflicto allí.

Brutalidad extrema

La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidos de la grave situación humanitaria en el este de la RDC, donde el recrudecimiento de la ofensiva del M23 ha provocado cientos de miles de desplazados en los últimos días.
«Nuestros pacientes describen haber huido de aldeas bombardeadas y haber presenciado una brutalidad extrema. Los compromisos asumidos en las capitales tienen poco valor cuando no se acompañan de medidas concretas sobre el terreno. Mientras los civiles sigan siendo tratados como reemplazables, ningún proceso político traerá alivio real«, ha indicado el presidente internacional de MSF, Javid Abdelmoneim.
La ONG ha cifrado en 200.000 personas los desplazados, 40.000 de ellas hacia Burundi, debido a la ofensiva sobre Uvira, la cual certifica una escalada del conflicto cuando «la tinta apenas se ha secado en el acuerdo firmado en Washington».
Abdelmoneim ha afirmado ante los miembros del Consejo de Seguridad que estos acuerdos de paz solo sirven para «consolidar los intereses extractivos de actores poderosos en lugar de brindar alivio al pueblo de República Democrática del Congo« y ha acusado a todas las fuerzas involucradas en el conflicto cometer violaciones de Derechos Humanos, entre ellas »asesinatos sumarios, violencia sexual, saqueos y bloqueo de la asistencia humanitaria».
Jesús Romero, analista internacional especializado en el continente africano, considera que «la captura de Uvira por parte del M23 es la muestra más evidente de las carencias del acuerdo de paz firmado en Estados Unidos».
Según Romero, «el M23 no solo deja claro lo ineficaz del proceso liderado por Estados Unidos, también mina los esfuerzos diplomáticos de Qatar, quien había logrado en junio que M23 y el Gobierno de Kinsasa firmaran varios compromisos que han sido ignorados de forma continua».

Una farsa

Julián Gómez Cambronero, autor del libro ‘¿A quién le importa el Congo?’, explica que «tras la caída de la ciudad de Uvira se abre una situación explosiva para la región y el Congo, con el M23 –y por tanto Ruanda– enfrente del enemigo Burundi y la posibilidad de enfrentarse a su Ejército –que también defendía Uvira– y la duda de si el M23 seguirá camino hacia las grandes reservas mundiales de cobalto y la gran ciudad de Lubumbashi».
«Si ya era evidente que las sucesivas firmas de acuerdos, tanto en Washington como en Doha, eran una farsa, la firma de un celebrado acuerdo de paz en presencia de Donald Trump unos días antes de la toma de Uvira deja en evidencia todo el proceso de paz, al propio Trump y muestra al mundo, que no quería verla, la verdadera cara del régimen criminal de Kigali».

Publicado: diciembre 15, 2025, 5:46 am

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/m23-conquista-uvira-dinamita-tratado-paz-republica-20251215115248-nt.html

El reciente acuerdo de paz firmado ante Donald Trump por los presidentes de Ruanda y República Democrática del Congo (RDC) ha saltado por los aires. La gran mayoría de los observadores y analistas internacionales consideran que el acuerdo quedará en papel mojado mientras no se involucre en el mismo al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), promovido y financiado por Ruanda.

Se calcula que más de 400 civiles han muerto desde que este grupo armado intensificara su ofensiva en la provincia de Kivu del Sur, en el este de República Democrática de Congo, según informaron funcionarios regionales. A esto hay que sumar la reciente conquista de la ciudad estratégica de Uvira por parte del M23.

Esta última ofensiva se produce a pesar del acuerdo de paz mediado por Estados Unidos. Un acuerdo que no incluía al grupo rebelde, que está negociando por separado con Congo y acordó a principios de año un alto el fuego que ambas partes se acusan mutuamente de violar. El reciente tratado de paz obligaba a Ruanda a detener el apoyo a grupos armados y a trabajar para poner fin a las hostilidades.

EE.UU. da por seguro que el M23 opera con la asistencia del Gobierno ruandés, de ahí que Marco Rubio, secretario de Estado estadounidense, haya apuntado a las autoridades del país africano en su mensaje publicado en su cuenta de X: «Las acciones de Ruanda en el este de la República Democrática del Congo son una clara violación de los Acuerdos de Washington firmados por el presidente Trump, y Estados Unidos tomará medidas para garantizar que se cumplan las promesas», ha avisado.

Asesinatos

La realidad es que «más de 413 civiles han sido asesinados por balas, granadas y bombas, incluyendo muchas mujeres, niños y jóvenes» en localidades entre Uvira y Bukavu, la capital regional, según declaró el portavoz del gobierno de Kivu del Sur en un comunicado.

Según diversas fuentes de información, las fuerzas presentes en Uvira están compuestas por fuerzas especiales ruandesas y algunos de sus mercenarios extranjeros, «operando en clara violación del alto el fuego, así como de los acuerdos de Washington y Doha, en total desprecio de los compromisos asumidos«, agrega el citado portavoz.

Uvira es una importante ciudad portuaria en el extremo norte del lago Tanganica y está justo frente a la ciudad más grande de Burundi, Bujumbura.

Un anuncio del portavoz del M23, Lawrence Kanyuka, publicado en la plataforma social X, animaba a los ciudadanos que huyeron a regresar a sus hogares.

Congo, Estados Unidos y expertos de Naciones Unidas acusan a Ruanda de respaldar al M23, que tenía cientos de miembros en 2021. Ahora, según la ONU, el grupo cuenta con alrededor de 6.500 combatientes. Aunque Ruanda niega esa afirmación, el año pasado reconoció que tiene tropas y sistemas de misiles en el este del país vecino, supuestamente para salvaguardar su seguridad. Los expertos de la ONU estiman que hay hasta 4.000 tropas ruandesas en Congo.

Unión Afriacana

El presidente de la Unión Africana, Mahmoud Ali Youssouf, afirmó el jueves pasado que «lamenta profundamente estos enfrentamientos y la violencia perpetrada contra las poblaciones civiles, que van en contra del impulso generado por el Acuerdo Marco de Doha« entre Congo y AFC/M23, «así como el Acuerdo de Washington D.C. entre la RDC y Ruanda». También hizo un llamamiento a todas las partes «a ejercer moderación y a priorizar una solución política».

En un comunicado, la Embajada de Estados Unidos en Kinsasa ha instado al M23 y a las tropas ruandesas a cesar todas las operaciones ofensivas y a las Fuerzas de Defensa ruandesas a retirarse a su país.

Mientras, el Ministerio de Exteriores de Ruanda culpó a las fuerzas armadas congoleñas de las recientes violaciones del alto al fuego en un comunicado en X. «La RDC ha declarado abiertamente que no observaría ningún alto el fuego y que estaba luchando para recuperar territorios perdidos ante el AFC/M23, incluso mientras se desarrollaba el proceso de paz», indicó.

Más de 100 grupos armados compiten por territorios en el este de República Democrática del Congo, rico en minerales, cerca de la frontera con Ruanda, de los que el M23 es el más destacado. El conflicto ha provocado una de las peores crisis humanitarias del mundo, con más de siete millones de personas desplazadas, según las autoridades.

Los socios locales de la ONU reportan que más de 200.000 personas han visto obligadas a abandonar su hogar en toda la provincia desde el 2 de diciembre, con más de 70 muertos. Los civiles también cruzaron a Burundi, y ha habido reportes de proyectiles cayendo en la ciudad de Rugombo, en el lado burundés de la frontera, lo que genera preocupaciones sobre la posible extensión del conflicto allí.

Brutalidad extrema

La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidos de la grave situación humanitaria en el este de la RDC, donde el recrudecimiento de la ofensiva del M23 ha provocado cientos de miles de desplazados en los últimos días.

«Nuestros pacientes describen haber huido de aldeas bombardeadas y haber presenciado una brutalidad extrema. Los compromisos asumidos en las capitales tienen poco valor cuando no se acompañan de medidas concretas sobre el terreno. Mientras los civiles sigan siendo tratados como reemplazables, ningún proceso político traerá alivio real«, ha indicado el presidente internacional de MSF, Javid Abdelmoneim.

La ONG ha cifrado en 200.000 personas los desplazados, 40.000 de ellas hacia Burundi, debido a la ofensiva sobre Uvira, la cual certifica una escalada del conflicto cuando «la tinta apenas se ha secado en el acuerdo firmado en Washington».

Abdelmoneim ha afirmado ante los miembros del Consejo de Seguridad que estos acuerdos de paz solo sirven para «consolidar los intereses extractivos de actores poderosos en lugar de brindar alivio al pueblo de República Democrática del Congo« y ha acusado a todas las fuerzas involucradas en el conflicto cometer violaciones de Derechos Humanos, entre ellas »asesinatos sumarios, violencia sexual, saqueos y bloqueo de la asistencia humanitaria».

Jesús Romero, analista internacional especializado en el continente africano, considera que «la captura de Uvira por parte del M23 es la muestra más evidente de las carencias del acuerdo de paz firmado en Estados Unidos».

Según Romero, «el M23 no solo deja claro lo ineficaz del proceso liderado por Estados Unidos, también mina los esfuerzos diplomáticos de Qatar, quien había logrado en junio que M23 y el Gobierno de Kinsasa firmaran varios compromisos que han sido ignorados de forma continua».

Una farsa

Julián Gómez Cambronero, autor del libro ‘¿A quién le importa el Congo?’, explica que «tras la caída de la ciudad de Uvira se abre una situación explosiva para la región y el Congo, con el M23 –y por tanto Ruanda– enfrente del enemigo Burundi y la posibilidad de enfrentarse a su Ejército –que también defendía Uvira– y la duda de si el M23 seguirá camino hacia las grandes reservas mundiales de cobalto y la gran ciudad de Lubumbashi».

«Si ya era evidente que las sucesivas firmas de acuerdos, tanto en Washington como en Doha, eran una farsa, la firma de un celebrado acuerdo de paz en presencia de Donald Trump unos días antes de la toma de Uvira deja en evidencia todo el proceso de paz, al propio Trump y muestra al mundo, que no quería verla, la verdadera cara del régimen criminal de Kigali».

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