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El Ejército de Israel convierte los puntos de reparto de ayuda en «zonas de muerte»

A la espera de saber si la presión de Donald Trump sobre Benjamín Netanyahu sirve para tener un nuevo alto el fuego «la próxima semana», cuando el primer ministro israelí viaje de nuevo la Casa Blanca, sigue el baño de sangre diario en la Franja. … Cuatro días después de que el diario ‘Haaretz’ revelara que los soldados de Israel tienen orden de disparar a matar a los palestinos que acuden a los puestos de reparto de comida, el ejército dijo que investiga informes de civiles que han resultado «heridos» al acercarse a estos puntos. Los militares respondieron a la información de ‘Haaretz’ diciendo que han «se han aprendido lecciones», pero no especificaron cuáles eran.
Son ya más de 400 los gazatíes muertos en los puntos de reparto de ayuda de la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), según la cifra de la ONU, el ejército admitía hasta ahora «disparos de advertencia», pero uno de los soldados entrevistados por ‘Haaretz’ reveló que «es una zona de muerte. Donde estuve destinado, entre una y cinco personas morían a diario. Los tratan como una fuerza hostil: sin medidas de control de multitudes, sin gases lacrimógenos, solo el disparo de balas con todo lo imaginable: ametralladoras pesadas, lanzagranadas, morteros».
La GHF es el organismo impulsado por Israel y Estados Unidos para reemplazar a las agencias de Naciones Unidas y está gestionado por mercenarios. Sus puntos de reparto están situados al sur de Gaza, en zonas con fuerte presencia militar, y la ONU los califica de «trampas mortales» para unos civiles desesperados por el hambre provocado por el bloqueo total que impone Israel. Los soldados entrevistados, que sirvieron en estos centros, aseguraron al diario israelí que disparan contra quienes llegan antes del horario de apertura.

«Abrimos fuego temprano por la mañana si alguien intenta colarse a cientos de metros de distancia, y a veces simplemente cargamos contra ellos a corta distancia. Pero no hay peligro para las fuerzas», describió un soldado a ‘Haaretz’. «Sabes que no está bien. Sientes que no está bien, que los comandantes aquí se están tomando la justicia por su mano. Pero Gaza es un universo paralelo», añadió otro.

Netanyahu contra la prensa

Ante el estupor internacional que levantaron estas revelaciones, Netanyahu y su ministro de Defensa, Israel Katz, redactaron un comunicado conjunto en el que rechazaron «los viles libelos sangrientos publicados en el periódico Haaretz» y aseguraron que «son mentiras despiadadas diseñadas para desacreditar a las Fuerzas de Defensa, el ejército más moral del mundo». Pese a esta condena enérgica, el ejército admitió cuatro días después la apertura de una investigación y que «se han aprendido lecciones».
Un grupo de más de 170 organizaciones humanitarias pidieron devolver a la ONU la gestión de la distribución de alimentos en Gaza para acabar con las muertes diarias de civiles. «Los palestinos en Gaza se enfrentan a una disyuntiva imposible: morir de hambre o arriesgarse a que les disparen mientras intentan desesperadamente conseguir comida para alimentar a sus familias», denunciaron en un comunicado organismos como Oxfam, Médicos Sin Fronteras, Save the Children, el Consejo Noruego para los Refugiados y Amnistía Internacional. Israel no acepta a la ONU porque considera que la ayuda acaba bajo el control de Hamás y ha etiquetado a UNRWA como «organización terrorista».
Los ataques entre los dirigentes conservadores contra Haaretz llevaron incluso a prohibir su venta. Yair Maayan, alcalde de Arad, localidad al sur de Israel, acusó al periódico de «difamar al país al servicio de los terroristas». El político del Likud dijo que el periódico difunde «material antisemita al mundo entero con una falsa difamación. Que el cielo les haga pagar con la misma moneda. Prohibiremos traer el periódico que incita a los terroristas a la ciudad de Arad». El editor jefe del diario respondió diciendo que «seguiremos sirviendo lealmente a nuestros lectores en Arad», localidad de unos 28.000 habitantes.

Más de 75.000 muertos

Las conversaciones de Haaretz con oficiales y soldados revelaron que los comandantes ordenaron a las tropas disparar a la multitud hambrienta para dispersarla, aunque estaba claro que no representaban ninguna amenaza para los militares. Israel no permite la entrada de prensa internacional en Gaza desde el 7 de octubre y ha asesinado a más de 200 periodistas y trabajadores de medios locales y defiende su narrativa a base de comunicados del ejército. El relato de Haaretz expone a los militares a nuevos crímenes de guerra en una campaña de venganza en la que las autoridades de la Franja hablan de 56.000 muertos, pero expertos consultados por este mismo diario elevaron al menos a 100.000. Haaretz defendió que, además de las muertes por ataques israelíes, muchas personas mueren por los efectos indirectos de la guerra, como el hambre, el frío y las enfermedades.
El diario israelí citó un estudio realizado por el profesor Michael Spagat, economista del Holloway College de la Universidad de Londres y experto mundial en mortalidad en conflictos violentos. El equipo de Spagat realizó una encuesta en 2.000 hogares en el enclave palestino y la conclusión fue que «hasta enero de 2025, unas 75.200 personas murieron de forma violenta en Gaza durante la guerra, la gran mayoría causadas por municiones israelíes». El 56 por ciento de las víctimas mortales fueron niños de hasta 18 años o mujeres. Con estos números en la mano, ‘Haaretz’ señaló que Gaza «es uno de los conflictos más sangrientos del siglo XXI y ocupa el primer lugar en cuanto a la proporción de combatientes y no combatientes muertos, así como en cuanto a la tasa de mortalidad en relación con el tamaño de su población».

Publicado: julio 1, 2025, 4:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/ejercito-israel-convierte-puntos-reparto-ayuda-zonas-20250701181851-nt.html

A la espera de saber si la presión de Donald Trump sobre Benjamín Netanyahu sirve para tener un nuevo alto el fuego «la próxima semana», cuando el primer ministro israelí viaje de nuevo la Casa Blanca, sigue el baño de sangre diario en la Franja. Cuatro días después de que el diario ‘Haaretz’ revelara que los soldados de Israel tienen orden de disparar a matar a los palestinos que acuden a los puestos de reparto de comida, el ejército dijo que investiga informes de civiles que han resultado «heridos» al acercarse a estos puntos. Los militares respondieron a la información de ‘Haaretz’ diciendo que han «se han aprendido lecciones», pero no especificaron cuáles eran.

Son ya más de 400 los gazatíes muertos en los puntos de reparto de ayuda de la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), según la cifra de la ONU, el ejército admitía hasta ahora «disparos de advertencia», pero uno de los soldados entrevistados por ‘Haaretz’ reveló que «es una zona de muerte. Donde estuve destinado, entre una y cinco personas morían a diario. Los tratan como una fuerza hostil: sin medidas de control de multitudes, sin gases lacrimógenos, solo el disparo de balas con todo lo imaginable: ametralladoras pesadas, lanzagranadas, morteros».

La GHF es el organismo impulsado por Israel y Estados Unidos para reemplazar a las agencias de Naciones Unidas y está gestionado por mercenarios. Sus puntos de reparto están situados al sur de Gaza, en zonas con fuerte presencia militar, y la ONU los califica de «trampas mortales» para unos civiles desesperados por el hambre provocado por el bloqueo total que impone Israel. Los soldados entrevistados, que sirvieron en estos centros, aseguraron al diario israelí que disparan contra quienes llegan antes del horario de apertura.

«Abrimos fuego temprano por la mañana si alguien intenta colarse a cientos de metros de distancia, y a veces simplemente cargamos contra ellos a corta distancia. Pero no hay peligro para las fuerzas», describió un soldado a ‘Haaretz’. «Sabes que no está bien. Sientes que no está bien, que los comandantes aquí se están tomando la justicia por su mano. Pero Gaza es un universo paralelo», añadió otro.

Netanyahu contra la prensa

Ante el estupor internacional que levantaron estas revelaciones, Netanyahu y su ministro de Defensa, Israel Katz, redactaron un comunicado conjunto en el que rechazaron «los viles libelos sangrientos publicados en el periódico Haaretz» y aseguraron que «son mentiras despiadadas diseñadas para desacreditar a las Fuerzas de Defensa, el ejército más moral del mundo». Pese a esta condena enérgica, el ejército admitió cuatro días después la apertura de una investigación y que «se han aprendido lecciones».

Un grupo de más de 170 organizaciones humanitarias pidieron devolver a la ONU la gestión de la distribución de alimentos en Gaza para acabar con las muertes diarias de civiles. «Los palestinos en Gaza se enfrentan a una disyuntiva imposible: morir de hambre o arriesgarse a que les disparen mientras intentan desesperadamente conseguir comida para alimentar a sus familias», denunciaron en un comunicado organismos como Oxfam, Médicos Sin Fronteras, Save the Children, el Consejo Noruego para los Refugiados y Amnistía Internacional. Israel no acepta a la ONU porque considera que la ayuda acaba bajo el control de Hamás y ha etiquetado a UNRWA como «organización terrorista».

Los ataques entre los dirigentes conservadores contra Haaretz llevaron incluso a prohibir su venta. Yair Maayan, alcalde de Arad, localidad al sur de Israel, acusó al periódico de «difamar al país al servicio de los terroristas». El político del Likud dijo que el periódico difunde «material antisemita al mundo entero con una falsa difamación. Que el cielo les haga pagar con la misma moneda. Prohibiremos traer el periódico que incita a los terroristas a la ciudad de Arad». El editor jefe del diario respondió diciendo que «seguiremos sirviendo lealmente a nuestros lectores en Arad», localidad de unos 28.000 habitantes.

Más de 75.000 muertos

Las conversaciones de Haaretz con oficiales y soldados revelaron que los comandantes ordenaron a las tropas disparar a la multitud hambrienta para dispersarla, aunque estaba claro que no representaban ninguna amenaza para los militares. Israel no permite la entrada de prensa internacional en Gaza desde el 7 de octubre y ha asesinado a más de 200 periodistas y trabajadores de medios locales y defiende su narrativa a base de comunicados del ejército. El relato de Haaretz expone a los militares a nuevos crímenes de guerra en una campaña de venganza en la que las autoridades de la Franja hablan de 56.000 muertos, pero expertos consultados por este mismo diario elevaron al menos a 100.000. Haaretz defendió que, además de las muertes por ataques israelíes, muchas personas mueren por los efectos indirectos de la guerra, como el hambre, el frío y las enfermedades.

El diario israelí citó un estudio realizado por el profesor Michael Spagat, economista del Holloway College de la Universidad de Londres y experto mundial en mortalidad en conflictos violentos. El equipo de Spagat realizó una encuesta en 2.000 hogares en el enclave palestino y la conclusión fue que «hasta enero de 2025, unas 75.200 personas murieron de forma violenta en Gaza durante la guerra, la gran mayoría causadas por municiones israelíes». El 56 por ciento de las víctimas mortales fueron niños de hasta 18 años o mujeres. Con estos números en la mano, ‘Haaretz’ señaló que Gaza «es uno de los conflictos más sangrientos del siglo XXI y ocupa el primer lugar en cuanto a la proporción de combatientes y no combatientes muertos, así como en cuanto a la tasa de mortalidad en relación con el tamaño de su población».

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