Publicado: diciembre 1, 2025, 3:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/congreso-investiga-ataque-pentagono-narcolancha-remato-dos-20251201215529-nt.html
El episodio inaugural de la polémica campaña militar del Gobierno de Donald Trump contra narcolanchas está sacudiendo a la Casa Blanca y ha provocado una investigación por parte del Congreso de EE.UU. El asunto tiene que ver con las circunstancias del primero de … esos ataques, que se produjo el pasado 2 de septiembre, y en el que murieron las once personas que iban a bordo de un barco que, según la Administración Trump, transportaba droga a EE.UU. en aguas internacionales del Caribe.
En un primer momento, el ataque dejó dos supervivientes. Pero fueron liquidados con un segundo ataque, según reveló la semana pasada ‘The Washington Post’. Los equipos de videovigilancia del ejército de EE.UU. detectaron que dos de los supuestos narcotraficantes seguían agarrados a lo que quedaba de la lancha. El diario estadounidense aseguró que el comandante de la operación autorizó el lanzamiento de un segundo misil para acabar con ellos. Y que lo hizo en cumplimiento de una orden del secretario de Defensa, Pete Hegseth, de «matar a todo el mundo».
El episodio ha profundizado el debate sobre la legalidad de esta campaña militar contra el narcotráfico. La Casa Blanca defiende que es legal porque está «en guerra» contra los narcos, incluidos varios cárteles a los que ha designado como organizaciones terroristas. Pero muchos en EE.UU. consideran que ese tipo de ataques no tienen justificación legal. También algunos socios prioritarios de EE.UU., como Reino Unido, que han dejado de compartir inteligencia sobre operaciones de narcotráfico en el Caribe para no asistir en esos ataques.
El segundo ataque para ‘rematar’ a supervivientes eleva esas dudas legales. Este lunes, tanto la Cámara de Representantes como el Senado anunciaron la apertura de investigaciones para determinar lo ocurrido, con apoyo tanto de demócratas como de republicanos. En ambos casos, han asegurado que van a realizar una «supervisión rigurosa» de las circunstancias del ataque. Hubo al menos otro ataque con supervivientes posterior al del 2 de septiembre. En ese caso, el ejército de EE.UU. los rescató y los devolvió a sus países.
«Vamos a abrir una investigación. Vamos a tener comparecencias públicas. Vamos a poner a esas personas bajo juramento», dijo el senador demócrata Mark Kelly sobre los responsables del ataque. «Y vamos a descubrir qué pasó».
Los problemas con el segundo ataque vienen también de republicanos, donde apenas hay voces que cuestionen las decisiones de la Administración Trump. «Si eso ocurrió, sería algo muy serio», dijo el diputado Mike Turner. «Y sería un acto ilegal».
Los demócratas utilizan expresiones más gruesas. «Es muy posible que se haya cometido un crimen de guerra», ha defendido el senador Chris Van Hollen. Eso sería aceptando que el ataque está dentro de los límites de la legislación bélica, lo que él pone en cuestión. De lo contrario, «sería un simple asesinato», dijo.
El episodio pone el foco en Hegseth, una figura muy criticada desde su nombramiento por su limitada experiencia en defensa y seguridad nacional (tuvo una carrera militar modesta y se desempeñó como presentador de televisión durante muchos años).
El pasado viernes, tras la revelación periodística, Hegseth defendió el ataque, pero sin detallar si se había lanzado un segundo misil para matar a supervivientes. En medio del escándalo, fue la Casa Blanca quien reconoció por fin este lunes que sí había existido el segundo ataque. Pero defendió su legalidad y descartó que fuera Hegseth quien diera la orden del segundo misil. La cabeza de turco que podría haber encontrado la Casa Blanca es el almirante Frank Bradley, que dirige la comandancia sur del ejército de EE.UU. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó el segundo ataque y dijo que Bradley actuó «dentro de su autoridad y dentro de la ley».
Era una posición contradictoria con la que mantuvo Trump en la víspera, en la que trató de distanciarse del episodio y que mantuvo que él no hubiera ordenado el segundo ataque. «No sé nada sobre ello», dijo en un primer momento el presidente cuando los periodistas a bordo del Air Force One le preguntaron al respecto. También aseguró que Hegseth le había dicho que él no dio la orden de «matar a todo el mundo» ni de acabar con esos dos supervivientes en concreto.
«Yo no hubiera querido un segundo ataque», dijo después. Pero insistió en que tiene «total confianza» en Hegseth.
