Dinamarca retira las pensiones vitalicias de sus políticos

El pasado mes de mayo, el Gobierno danés de la socialdemócrata Mette Frederiksen legisló el retraso de la edad de jubilación hasta los 70 años, que afectará a todos los nacidos a partir del 1 de enero de 1070. El Estado de bienestar danés … da así un doloroso paso para adaptarse a la pirámide poblacional y el mismo parlamento que aprobó la medida intenta ahora redimirse, de cara a los votantes, con un recorte de los propios privilegios.
Hasta ahora, con sólo un año ocupando un escaño en el Folketing, se ganaba el derecho a una pensión de por vida de unas 35.000 coronas mensuales, lo que equivale a unos 4.700 euros al mes. Y dependiendo del año de nacimiento, la jubilación de los políticos comenzaba bastante temprano, la mayoría se jubilaba tras cumplir los 60 años. En el futuro, los miembros del parlamento y los ministros ya no gozarán de estas generosas pensiones vitalicias y sólo recibirán los beneficios de la pensión legal, como el resto de los ciudadanos. Y de acuerdo a la nueva legislación, los políticos también pagarán el 18,07 por ciento de su salario mensual al fondo de pensiones estatal.
La integración de las pensiones de los políticos profesionales en la «almindelig arbejdsmarkedspension» (pensión normal del mercado de trabajo) ha sido durante casi una década motivo de disputas entre los grupos parlamentarios del Folketing. Ha sido necesario un gran pacto de Estado en el que ocho grupos parlamentarios han logrado ponerse de acuerdo sobre las nuevas reglas, que siguen esencialmente las recomendaciones de una comisión de expertos que emitió su dictamen en 2016.

Ya entonces estaba claro que el sistema anterior no sólo se encarecería cada vez más, sino que también era urgente reformarlo en vista de la edad de jubilación cada vez mayor de los ciudadanos. El pacto de Estado ha sido posible solamente porque la nueva normativa se aplicará a todos los políticos que ganen un mandato por primera vez a partir de las próximas elecciones. Cualquiera que ya esté en el parlamento o en el Gobierno y sea reelegido mantendrá los derechos adquiridos.
Desde todos los partidos que se han sumado al pacto se han escuchado declaraciones congratulándose por la reforma y denostando un sistema de privilegios a los que, sin embargo, los autores de tales declaraciones no van a renunciar. «Nuestro acuerdo hace que todo el sistema sea mucho más comprensible para los ciudadanos y, por lo tanto, también garantiza una mayor aceptación«, ha celebrado el presidente del grupo parlamentario socialdemócrata, Leif Lahn.
Pelle Dragsted, del opositor Partido Unificado Danés, ha hablado también de «privilegios completamente inapropiados», aunque ha criticado el hecho de que, como parte de la nueva regulación, también se aumentarán los salarios futuros de los políticos en activo. Porque la reforma supone también que, en adelante, un parlamentario recibirá casi 1,1 millones de coronas al año, lo que equivale a unos 145.000 euros, cuando actualmente, incluyendo un recargo libre de impuestos que se va a suprimir, la remuneración anual es de unos 127.000 euros.
El salario de los futuros primeros ministros de Dinamarca también aumenta: mientras que Mette Frederiksen recibe actualmente alrededor de 1,9 millones de coronas (257.000 euros) al año, se espera que sean casi 2,5 millones de coronas (332.500 euros) para sus sucesores. En opinión de Dragsted, se trata en este aspecto de una reforma «grotesca».
A largo plazo, los partidarios de la reforma argumentan que el Estado incluso ahorrará dinero. Concretamente, podría significar un ahorro de costes de hasta el 20 por ciento, 30 millones de coronas al año, es decir, más de cuatro millones de euros. Pero ninguno de los actuales miembros del parlamento vivirá para ver eso porque, sólo cuando haya fallecido el último de los políticos actuales, se completará el cambio del sistema danés en el plan de pensiones de sus representantes electos.