Publicado: octubre 31, 2025, 4:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/denuncian-decapitaciones-torturas-operacion-policial-narco-rio-20251031213130-nt.html
Los testimonios de familiares, pruebas recogidas por la Defensoría Pública y relatos de periodistas locales han desvelado la existencia de tortura e incluso decapitaciones durante la megaoperación policial en las favelas de Peña y Alemao, en la zona norte de Río de Janeiro, el … pasado martes. Un acción que se saldó con 121 muertos, según datos oficiales.
Los indicios de ejecuciones sumarias de narcotraficantes a manos del Gobierno de Río están empañando la versión del gobernador, Claudio Castro, quien ha considerado un «éxito» la acción sobre la facción criminal Comando Vermelho (CV).
La Defensoría Pública del Río de Janeiro (DPRJ) es una de las organizaciones que han informado de graves indicios de ilegalidad durante la ofensiva conjunta contra el CV. El defensor Marcos Paulo Dutra, coordinador del Núcleo de Derechos Humanos de la DPRJ, señaló que las denuncias de violaciones son «muy preocupantes», incluyendo «cuchilladas» y «decapitaciones», así como torturas de detenidos.
«Hemos hablado con los especialistas para ponernos de acuerdo, para que las periciales se realicen con tranquilidad y con mucho trabajo conjunto y precisión, porque los informes que recibimos aquí en Peña son muy preocupantes», declaró el defensor, que relató también casos de disparos a quemarropa, en la cabeza, en la cara y en el pecho.
Dutra también afirmó que, pese a algunas declaraciones de familiares, aún no han confirmado casos de cuerpos descuartizados, pero sorprendió al decir que hay indicios de que entre los muertos hay adolescentes e incluso niños. El informe, que cuenta 132 cadáveres, once más que la cifra oficial, se refiere a «un menor con complexión física de un niño».
Los periodistas Pedro Kirilos e Igor Soares, del diario brasileño ‘Estado de São Paulo’, informaron de que vieron más de un cuerpo decapitado en el camino que hicieron dentro del bosque Serra da Misericórdia, frontera entre las dos favelas, Peña y Alemao.
Según los periodistas, los cadáveres retirados por los propios vecinos hasta la Plaza Sao Lucas, donde fueron expuestos al mundo, estaban «amarrados y con marcas de cuchilladas».
Una vecina que presenció la masacre, Tamara Ferreira, contó a la prensa que «hicieron un depósito de cadáveres allá dentro de la favela: abrieron los cuerpos como si fuesen médicos», además de haber visto una cabeza colgada de un árbol.
Asesinados tras entregarse
El ama de casa Elieci Santana, de 58 años, contó a la Agencia Brasil, que su hijo Fábio Francisco Santana, de 36 años, le envió un mensaje diciendo que se estaba entregando y compartiendo su ubicación. «Mi hijo se entregó, salió esposado. Y le arrancaron el brazo en el lugar donde tenía las esposas», declaró la madre sobre su hijo, que consta en la lista oficial de muertos.
Ese relato de ejecuciones tras haberse entregado y rendido es muy común entre las familias que vienen denunciando sus casos a organizaciones de gobierno y no gubernamentales de defensa de derechos humanos.
La cocinera Tauã Brito, cuyo hijo Wellington murió durante la operación, dice que muchos aún estaban vivos ayer (por el miércoles) en el bosque, a pesar de haber recibido disparos. «Fui al Getúlio (Hospital Getúlio Vargas) para pedir que subieran con nosotros, para que pudiéramos salvar a esos chicos. Nadie podía subir. Estaban vivos», relató.
«Mi hijo se entregó, salió esposado. Y le arrancaron el brazo en el lugar donde tenía las esposas»
Elieci Santana
Según ella, los residentes comenzaron a entrar al bosque para buscar a los heridos y sobrevivientes, solo por la noche, después que la Policía se fuera. «Nos quedamos allí, cada uno buscando a sus hijos, a sus familiares». Emocionada, la madre de un supuesto narcotraficante afirmó que sus protestas «no servirán de nada. Esa es la verdad. Porque aquí hay mucha gente llorando, pero fuera hay mucha gente aplaudiendo. Lo que hicieron fue una masacre», lamenta.
La conmoción que ha desatado a nivel internacional esta masacre con escenas dantescas ha movilizado a las autoridades federales del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva –quien no estaba en Brasil ni ordenó la operación–, y de la Fiscalía. El Ministerio Público Federal (MPF) le exigió al Instituto Médico Legal (IML) de Río de Janeiro que adoptase el «protocolo de identificación de víctimas de desastres» para los más de 120 cuerpos.
Por su parte, el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, anunció el refuerzo de los trabajos de seguridad pública en Río con el envío de veinte peritos criminales de la Policía Federal. Los expertos trabajarán en análisis de balística, genética forense, medicina legal y necropsia para la identificación de cuerpos, una medida para dar «transparencia, independencia técnica y respeto a los derechos de las víctimas y de sus familiares». Las acciones del Gobierno federal buscan responder a los cuestionamientos de las familias y tratar de confirmar o refutar las denuncias de ejecuciones y tortura, además de ofrecer apoyo a los que están en duelo, según informó en una nota la Defensoría.
La Policía Civil de Río de Janeiro difundió ayer la lista de los fallecidos identificados, confirmando que, al parecer, la mayoría eran miembros y líderes de la dirección nacional del Comando Vermelho. Según el secretario de Policía Civil, Felipe Curi, las investigaciones de inteligencia muestran que en las favelas Peña y Alemão se realizaban «entrenamientos de tiros, para que los marginales fuesen formados aquí y volvieran a sus estados de origen para diseminar la cultura de la facción».
La mayoría con antecedentes
Entre los 117 sospechosos muertos, al menos 78 tenían antecedentes criminales y 42 estaban prófugos. Un total de 39 muertos identificados eran de otros estados brasileños, incluyendo jefes de facciones de lugares tan distantes como Amazonas, Pará y Bahía.
A pesar de las críticas internas y externas, el gobernador Cláudio Castro (PL) mantuvo su posición sobre el éxito de la operación, asegurando que su gobierno continuará la lucha contra el crimen organizado. «Nuestro trabajo es librar a la sociedad del tráfico de drogas, de la milicia, de todo aquel que perjudica nuestro derecho de ir y venir», afirmó Castro en sus redes sociales.
