Publicado: octubre 11, 2025, 10:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/dentro-hospital-campana-secreto-otan-20251012124131-nt.html
«¡Corre, corre! ¡Cuidado. Al quirófano 1! ¡Paciente con hemorragia en la pierna derecha!». En este hospital todo son correcalles de gente en bata y uniforme militar y camillas que trasladan heridos de guerra, soldados que llevan cajas frigoríficas con sangre… La cantidad de heridos no para de crecer: … tienen que preparar en menos de un minuto todo el material para iniciar una operación. En otra sala, las camas están llenas de heridos, jeringuillas, vendas por aquí y por allá…
Podría parecer el hospital de un Ejército tocado y casi hundido por el rival: lesionados por todos lados. Nada más lejos de la realidad. Solo es un entrenamiento más del Ejército de Estados Unidos junto a varios miembros de la Alianza Atlántica como parte del ejercicio ‘Defender 25/Swift response’ que tuvo lugar el pasado mayo en Lituania, Estonia y Polonia. Y los heridos no son más que soldados que simulan esas heridas para que todo el ejercicio sea lo más real posible, tan real que hasta la prensa que presencia esta simulación se preocupa por el estado de salud de los soldados. Se trata de un ejercicio médico (Hospex, las siglas que utiliza la OTAN) con una serie de pruebas como simulacros de bajas múltiples, atención de traumas o triaje, entre otras.
Estamos en mitad del bosque lituano, cerca del pueblo de Vepriai, a unos 45 kilómetros de Kaunas, la segunda ciudad más grande del país. Escondido entre los bosques de pinos, imperceptible sobrevolando el lugar en helicóptero, este hospital ha sido construido en menos de 72 horas en lo que antes fue un antiguo búnker soviético donde el Ejército rojo escondía su arsenal.
Aún quedan inscripciones de soldados ucranianos que estuvieron allí en 1985
Así las cosas, ahora ese refugio subterráneo se ha convertido en un megahospital de campaña americano con cientos de soldados implicados. Toda una hazaña solo al alcance de unos pocos: el Ejército americano y su grupo 512º Hospital de Campaña Así se llama la compañía del Ejército americano que lidera la maniobra. «Mi parte favorita de este ejercicio es estar en el lugar en el que nos encontramos. Es un sitio histórico», asegura el sargento norteamericano Tristán Ramírez. Aún se mantienen inscripciones en cirílico en las paredes de estos refugios: «Járkov. RSS (República Socialista Soviética) de Ucrania. Noviembre 1985. Firmado por Vakulenko G. M. Turaev Yu. Z». se puede leer en las paredes. No tuvo que ser fácil para estos soldados rusos sobrevivir a las bajas temperaturas en este paraje lituanos.
Interoperabilidad OTAN
Lo que se buscaba con este ejercicio de los aliados es la interoperabilidad, es decir, que las fuerzas médicas de distintos países trabajen lo más coordinadas como sea factible. Esto incluye procedimientos comunes, usar el mismo lenguaje, unificar los traslados y la logística médica. También entrenar una capacidad de despliegue rápido: probar que un hospital de campaña se puede trasladar, montar y operar en una zona remota o bajo condiciones complejas.
«Lo que pretendemos es probar la capacidad de atender a múltiples pacientes en condiciones de combate real, asegurando la interoperabilidad con los aliados de la OTAN y la rapidez de despliegue», explica Meaghan Ciampa, capitán del Ejército americano que forma parte del 512 grupo del Hospital de Campaña.
Oculto en un paraje de los bosques lituanos está el hospital de campaña de la OTAN
Varios son los ejércitos implicados: Finlandia, Italia, Lituania, Finlandia, Suecia y Reino Unido, entre otros. También, pero como «mera observadora», estaba la teniente coronel de las Fuerzas Armadas españolas María Jesús Sánchez Carrillo, que también es médico. «Estoy aquí para observar la forma de trabajo del Ejército americano, así como los materiales que tienen y entrenara la interoperabilidad», cuenta. Las diferencias entre la forma de operar de uno y otro ejército son el punto clave para estas maniobras: «En Estados Unidos hay diferentes niveles que en España, aunque los protocolos y los materiales son prácticamente iguales. Ahí España no está nada desfasada», asegura.
Además de los propios búnkeres, el hospital cuenta con carpas modulares con estanterías para albergar equipos, camillas apiladas y mesas de instrumental. El tamaño estándar de un hospital de campaña de nivel básico que utiliza el grupo 512 suele ser de 32 camas; sin embargo, este hospital tiene capacidad para 64 camas con ampliaciones de hasta casi 150.
El centro se divide por sectores y recorrerlos lleva un buen rato. Tiene seis zonas operativas: recepción y triaje, urgencias-trauma, cirugía (con quirófanos portátiles), cuidados posoperatorios, laboratorios y farmacia, y logística y almacenamiento médico. Todo con la última tecnología y con un equipamiento que causaría la envidia de más de un hospital.
Amenaza rusa real
Pero, ¿por qué construir en medio de la nada un centro sanitario? Aunque tradicionalmente estos hospitales militares móviles se ubicaban en grandes espacios abiertos, la OTAN ahora se está entrenando para construirlos dentro de otras estructuras y ocultarlos así de los drones. Es lo que las guerras en Ucrania y Gaza les han enseñado: ya no vale con tener una cruz roja que señale ese lugar como centros de salud y, por lo tanto, se prohíba atacarlos por el derecho internacional. Tanto en la guerra de Ucrania como en la de Gaza estos lugares han sido bombardeados indiscriminadamente. En un recuento hecho por la Organización Mundial de la Salud de 2024, desde 2022 se contabilizaron casi 2.000 ataques rusos a instalaciones sanitarias ucranianas. Es decir, Rusia ignora el derecho internacional y que los hospitales y equipos médicos gozan de una protección especial en los conflictos armados. Por eso desde la Alianza Atlántica saben que las reglas del juego han cambiado y toca buscar alternativas: muros antidrones, que no parecen convencer a todo el mundo, por ejemplo.
Los países bálticos, en primera línea contra Rusia, podrían ser los próximos. En el último mes, Rusia ha intensificado sus sabotajes y agresiones contra varios países aliados como Polonia o Estonia. Por eso, a nivel militar y político ven fundamental este esfuerzo de mostrar la capacidad de reacción en todos los sentidos y estar preparados para una guerra donde los drones tengan un papel determinante, como ahora en Ucrania.
«No creo que este entrenamiento real lo hayamos visto en mucho tiempo, incluso (desde) Corea, la Segunda Guerra Mundial, donde se empiezan a analizar escenarios desagregados de bajas masivas», asegura en Lituania el teniente John Corbet. Una nueva forma de hacer la guerra frente a la que la OTAN tiene que reaccionar, por lo que pueda pasar.